Saludos cordiales amigo oyente, bienvenido estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio es la santidad. Hemos visto que cada creyente, automáticamente, se constituye en un pobre modelo de Cristo o en un buen modelo de Cristo, dependiendo de su conducta. ¿Se ha puesto a meditar en esta verdad amigo oyente? Pero esta no es la única razón para buscar la santidad. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará acerca de otras razones para ser santos. Esta serie es una adaptación del libro titulado Sed Santos, escrito por William McDonald.
¿Por qué todo verdadero creyente busca la santidad? ¿Por qué todo verdadero creyente canta de corazón: Más como Cristo anhelo ser? Son muchas las razones, amigo oyente. Veamos las más importantes. Primero, porque es un mandato. 1ª Pedro 1:15-16 dice: «si no, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo» La santidad en los creyentes no es una opción, sino un mandato. Muchos creyentes han sido arrastrados a pensar que como ya son salvos pueden vivir como ellos quieran. Esto no es así amigo oyente, porque los creyentes hemos sido ordenados a vivir vidas santas y si no lo estamos haciendo estamos en desobediencia continua a Dios. Segundo, porque hemos recibido una nueva naturaleza que anhela santidad. 1ª Juan 3:9 dice: «Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios» Esa simiente de Dios que todo creyente verdadero posee odia el pecado y no puede pecar. El instinto natural de esta nueva simiente es un odio al pecado y constantemente motivará al creyente a vivir una vida santa. El creyente no siempre se deja guiar por esta nueva naturaleza y cede a los impulsos de la vieja naturaleza y por eso cae en pecado y pierde su santidad. Tercero, porque la falta de santidad en un creyente trae deshonra al nombre del Señor Jesús. Los incrédulos, de alguna manera, dan por sentado que los seguidores de Cristo debemos vivir como Cristo vivió, con lo cual estamos totalmente de acuerdo porque así dice la Biblia. Por tanto, cuando un creyente vive un estilo de vida carente de santidad se da oportunidad a los incrédulos para que denigren el precioso nombre de Cristo. Cosa horrenda es, amigo oyente, ser motivo para que el nombre de Cristo sea vituperado. Cuando la prensa sacó a la luz pública la falta de integridad de un famoso predicador evangélico, un ateo reconocido en el ámbito mundial dijo: He ahí, una muestra más de que la religión es nada más que un juego sucio y feo. Cuarto, otra razón para vivir en santidad resulta de pensar en lo que costó a nuestro Señor Jesucristo el perdonamos y limpiamos de todos nuestros pecados. Hablando del sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario, 1ª Pedro 2:24 dice: «quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis sanados» Ningún creyente en sus cabales querrá seguir viviendo en aquello que justamente hizo que nuestro amado Salvador sea clavado a una cruz. ¿Se ha puesto a pensar amigo oyente, que cada chisme, cada mentira, cada mal pensamiento, cada mala palabra, cada inmoralidad, cada ofensa, etc., etc. fue tomada en cuenta por Dios para castigar por ello a su amado Hijo el Señor Jesucristo? ¿Cómo podemos perseverar en lo que hizo sufrir tanto a quien nos amó tanto que dio su vida por nosotros? Quinto, porque la falta de santidad en la vida de un creyente es una piedra de tropiezo tanto para creyentes como para incrédulos. Cuando un incrédulo ve que un creyente está viviendo en impiedad, llega a la conclusión que el evangelio no hace ninguna diferencia en la vida de una persona y en algún momento pierde interés por acercarse a Dios por medio de Cristo. Mark Twain se alejó del cristianismo porque llegó a saber de creyentes que apoyaban la esclavitud, usaban vocabulario soez y se metían en negocios turbios. En cierta ocasión, E. S. Jones estaba conversando con Mahatma Gandhi. Sr. Gandhi, le dijo: Estoy muy deseoso de ver que el cristianismo eche raíces definitivamente en la India, de tal forma que el cristianismo deje de ser algo foráneo, algo que se asocia con gente extranjera y gobiernos extranjeros, sino que sea parte de la vida nacional de la India y contribuya al progreso de esta noble nación. ¿Qué sugeriría Ud. para que esto se haga una realidad? Gandhi, en tono ceremonioso y grave dijo: Yo sugeriría… Primero, que todos Uds. cristianos… empiecen a vivir como Jesucristo. Segundo, yo sugeriría que Uds. practiquen su religión sin adulterarla y diluirla. Tercero, yo sugeriría que Uds. pongan énfasis en el amor, porque el amor es el centro y el alma de la cristiandad. Es indudable que la falta de santidad en los creyentes es una piedra de tropiezo para los incrédulos. Cuentan que el mismo Gandhi, alguna vez dijo: De no haber sido por los cristianos yo me hubiera hecho cristiano. Pero la falta de santidad en la vida de un creyente no solo es piedra de tropiezo a los incrédulos sino también a los creyentes. La falta de santidad en un creyente hace que los creyentes que le rodean se sientan desanimados y propensos a ellos también vivir en impiedad. Eso se ve a menudo en nuestras iglesias. Cuando un creyente fracasa espiritualmente, sufren los creyentes que confiaron en él y sufre la congregación en general porque el testimonio de la iglesia toda queda por el suelo. Si quien ha fracasado espiritualmente es un líder de la iglesia local, el sufrimiento es peor, porque en su caída arrastra a una cantidad de creyentes tiernos que tenían puesta su mirada en él. Sexto, vivir en santidad es importante porque es el mejor estilo de vida que pueda haber. Es lo mejor para el espíritu de la persona, es lo mejor para el alma de la persona y es lo mejor para el cuerpo de la persona. La santidad ayuda a mantener un buen estado de salud emocional y física. La santidad nos libra de vivir con remordimiento, con culpa, con vergüenza, con temores y tantas otras enfermedades emocionales. La santidad nos lleva a vivir una vida con significado, una vida donde el gozo está siempre presente. Salmo 16:11 dice: «Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre» Séptimo, la santidad es importante en la vida de un creyente por el hecho de que el Espíritu Santo mora en el cuerpo del creyente. 1ª Corintios 6:19 dice: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» Esta es una realidad, amigo oyente. En Ud. y yo que somos creyentes mora nada más y nada menos que la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo no es cualquier persona, él es Dios, santo, puro, todopoderoso y todo lo demás que es parte de la deidad. Cosa seria es que un creyente viva en impiedad, porque está pretendiendo mezclar a Dios con el pecado. 2ª Corintios 7:1 dice: «Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios» Jamás deberíamos perder ese sentir de asombro por el hecho de que una de las personas de la deidad mora en nosotros permanentemente y es nuestra constante compañía. Días atrás un joven creyente me preguntó si era lícito ir a un lugar no recomendado, o al menos cuestionable, para un creyente. Le dije: ¿Cómo te sientes al saber que el Espíritu Santo que mora en ti, va a ir a aquel lugar? Esto fue suficiente para que este creyente desista de su deseo de contaminar su cuerpo yendo a lugares impropios. Octavo, vivir en santidad es importante porque nos da libertad de conciencia para hablar de Cristo a otros. La santidad amigo oyente, otorga plena libertad para servir al Señor, mientras que el pecado hace que automáticamente nos cerremos a servir al Señor. ¿Se ha preguntado alguna vez, por qué existen tantos creyentes que jamás testificarían del Señor a otros? Una de las razones es porque la falta de santidad ha sellado los labios de esa persona, poniendo su credibilidad en entredicho. Noveno, la santidad es importante porque nos da confianza para orar. 1ª Juan 3:21-22 dice: «Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él» Si guardamos iniquidad en nuestro corazón, el Señor no nos escucha. La falta de santidad desconecta nuestra línea de oración. Décimo, la santidad en la vida es importante porque nos ayuda a mantener nuestro contacto con Dios. El creyente que a causa de su impiedad sigue de lejos al Señor, está en constante peligro. Esté en peligro de tomar una decisión equivocada o entrar en una relación equivocada o ceder a alguna tentación que terminará por arruinar su vida y anularlo en el servicio al Señor. Como vemos, amigo oyente, existen sobradas razones para vivir una vida santa. Mi deseo es que con la ayuda del Señor podamos aplicar esta enseñanza a nuestras vidas.
Leave a comment