Cordiales saludos amable oyente. Es un gozo para mí compartir este tiempo junto a usted. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando la Epístola de Pablo a Filemón, en la serie titulada: Amor Cristiano en Acción. En esta oportunidad vamos a estudiar como Pablo se pone a sí mismo en el lugar del esclavo Onésimo para que Filemón lo reciba.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Filemón versículo 17. Luego de expresar su sentir de retener a Onésimo junto a él, para que en lugar de Filemón, le sirva en sus prisiones por el evangelio, Pablo dijo que no quería hacer nada sin el consentimiento de Filemón con la finalidad de que el favor de Filemón no sea por obligación sino voluntario, Pablo insistió a Filemón que reciba a Onésimo, diciendo lo que leemos en el versículo 17. Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.
La palabra “compañero” es la traducción de la palabra griega “koinonós” que significa uno que tiene algo en común con otro. Pablo se ofreció voluntariamente a asociarse con Filemón, para tratar adecuadamente el caso del esclavo fugitivo Onésimo. Para esto, Pablo propone dos efectivas estrategias. La primera, que Filemón reciba a Onésimo como si Onésimo fuera el mismo Pablo. Recíbele como a mí mismo, le dijo. Como compañero de Filemón, Pablo no podía salir de Roma para ir a Colosas, pero podía enviar a Onésimo como su representante personal. Por tanto, Pablo dice: La manera que tú trates a Onésimo es la manera como tú me tratarías a mí. Esta es una maravillosa ilustración de lo que Cristo ha hecho por cada uno de nosotros los creyentes. Entre Cristo y el creyente existe tal identificación que el Padre recibe al creyente como si fuera Su mismo Hijo, Cristo Jesús. En Efesios 1:6, Pablo dice que los creyentes somos aceptos en el Amado. En 2 Corintios 5:21, Pablo dice que los creyentes hemos sido hechos justicia de Dios en Cristo. Estar en Cristo es la única forma para que Dios nos pueda recibir. El verbo recibir en Filemón 17 significa recibir a alguien dentro de la familia. Imagine a un esclavo entrando a la familia de su amo. Cuanto más que un pecador culpable como yo entre a la familia de Dios. Muy bien. La segunda estrategia es que Filemón ponga a la cuenta de Pablo todo lo que Onésimo hizo mal antes de escapar de su amo. De esto trata los versículos 18 y 19. La Biblia dice: Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.
Phm 1:19 Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también.
Aquí notamos una vez más el tino y la amabilidad que utilizó Pablo tanto en su trato con Onésimo como con Filemón. Todo hace pensar que Onésimo no sólo huyó de la casa de su amo, sino que también se llevó consigo algunas cosas de valor. Pero Pablo no se apresuró a condenar a Onésimo diciendo que es un fugitivo y ladrón. Cuán importante es que seamos cuidadosos en nuestro trato con las personas que llegan a los pies de Cristo. Muchas de estas personas ya están recibiendo las consecuencias de sus malas decisiones y lo que menos necesitan es tratarlos de una manera condenatoria. Cuando cada de nosotros que somos creyentes nos acercamos a Dios por medio de Cristo, Dios no nos recriminó por todo el pecado que cometimos, sino que nos recibió con amor a pesar de todo nuestro pecado. Volviendo a Filemón, Pablo escribió a su amigo Filemón diciendo: Si Onésimo en algo te dañó o te debe, ponlo a mi cuenta. Cuando Pablo se refiere al daño, probablemente tenía en mente el daño que causó Onésimo cuando huyó de la casa de su amo Filemón. Cuando Pablo se refiere a la deuda, probablemente tenía en mente lo que Onésimo robó de su amo Filemón. Pablo no sugirió que Filemón pase por alto la falta cometida por Onésimo y que se olvide de la deuda. Por eso Pablo pidió a Filemón que todo lo ponga a su cuenta. Inclusive, para que todo sea legal conforme a la costumbre de la época, Pablo escribió con su propia mano una especie de pagaré. Era una garantía de que lo que se debía se iba a pagar. Se requería algo más que amor para resolver el problema. El amor debe estar dispuesto a pagar el precio. Dios no nos salva sólo por su amor, porque aunque Dios ama al mundo, no por eso todo el mundo es salvo. Dios salva a los pecadores por su gracia, según lo que dice Efesios 2:8-9 y la gracia es el amor que está dispuesto a pagar el precio. Por ser santo, Dios no podía ignorar o pasar por alto la deuda que todos teníamos con él por ser pecadores, por eso Dios pagó la deuda por nuestro pecado, al permitir que Su Hijo unigénito muera en la cruz del Calvario. Pablo estaba dispuesto a pagar por todo el daño causado por Onésimo. Ponlo a mi cuenta, dijo Pablo. Los teólogos llaman a esto la doctrina de la imputación. Es una hermosa doctrina. Imputar significa atribuir a otro una culpa, delito o acción. Cuando Cristo murió en la cruz, mis pecados fueron puestos en Su cuenta; y Él fue tratado de la manera que yo debí haber sido tratado. Cuando yo confié en Él como mi Salvador, su justicia fue puesta a mi cuenta; y por eso Dios me acepta porque estoy en Cristo. Cristo Jesús dijo al Padre. “Él ya no te debe nada, porque yo pagué absolutamente su deuda cuando morí en la cruz del Calvario en lugar de él. Así que, recíbele como a mí mismo. Déjalo entrar en la familia. ¿Qué le parece? Maravilloso, verdad. Esto es justamente lo que sucedió en el plano espiritual y por esto los creyentes somos miembros de la gran familia de Dios. De modo que, amable oyente, si usted todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, usted todavía está en deuda con Dios, y si sale de este mundo como deudor, le espera una eternidad de tormento en fuego. Pero la buena noticia es que todo su pecado ya fue puesto a la cuenta de Cristo, y Cristo la pagó en su totalidad cuando murió en la cruz del Calvario. Lo único que falta es que usted reciba por la fe a Cristo como su único y personal Salvador y cuando lo haga, la justicia de Cristo será puesta sobre usted Dios el Padre le recibirá como hijo en su familia. No tarde más en tomar esta decisión y si ya la ha tomado, disfrute de su posición como hijo de Dios en la familia de Dios. Retornando a Filemón, luego de que Pablo aseguró a Filemón que él iba a pagar cualquier cosa que las malas decisiones de Onésimo habían ocasionado, Pablo dijo a Filemón: Por no decirte que tú mismo te me debes también. Esto denota que Pablo llevó a los pies de Cristo a Filemón. Pablo apela a esta relación especial para animar a su compañero Filemón a recibir a Onésimo. Filemón y Onésimo no eran solamente hermanos en la fe, sino que ambos, fueron ganados para Cristo por Pablo. Esto era un motivo más para que Filemón esté dispuesto a cumplir con lo que le estaba rogando Pablo, esto es, recibir a Onésimo. Pero hay más. Parece también que por el hecho que Pablo guió a Cristo a Filemón, en cierto sentido, Filemón quedó en deuda con Pablo. Esto es lo que se desprende de Filemón 20. La Biblia dice: Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor.
Otra vez notamos a Pablo tratando con tino y consideración a Filemón. Le trata de hermano. Hermano en la fe, por supuesto. Hermano es el mejor título que podemos anteponer a nuestro nombre los que somos creyentes. El mundo está acostumbrado a utilizar títulos deslumbrantes antes del nombre de una persona para agregar brillo a la persona, pero los creyentes debemos reconocer que a los ojos de Dios todos somos iguales sin importar los títulos académicos y todos debemos hacer brillar a la persona de Cristo. Como Pablo guió a Filemón a Cristo, Pablo esperaba obtener algún beneficio de parte de Filemón, no un beneficio material, sino un beneficio espiritual. Pablo dice: Tenga yo algún provecho de ti en el Señor. Pablo se refería a que Filemón reciba a Onésimo conforme a su pedido. Si Filemón lo hacía, esto traería gran consuelo en el Señor al corazón de Pablo. Este era el beneficio que Pablo estaba buscando de Filemón. Pablo cierra el principal asunto de su carta, expresando su confianza de que Filemón cumpla con su pedido. Filemón 21 dice: Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.
Pablo tenía fe de que su pedido a Filemón iba a ser atendido debidamente. Pero además, Pablo confiaba que Filemón, no sólo reciba a Onésimo sino que haga aún más de lo que le ha dicho. Esto abre un abanico grande de posibilidades. Tal vez Pablo tenía en mente que Filemón, además de recibir a Onésimo, le conceda la libertad para que Onésimo regrese a Roma, o le tenga confianza para que se ocupe de asuntos importantes, o le utilice en alguna función en la iglesia de Colosas, o alguna otra cosa más. La obediencia de Pablo no necesariamente tenía que limitarse a recibir a Onésimo. Los creyentes debemos estar dispuestos a hacer más de lo que se nos ha pedido.
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