Gracias por estar nuevamente con nosotros, es un privilegio contar con su sintonía, hoy continuaremos con el interesante tema que está desarrollando nuestro hermano David Logacho, “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo”, tenga su Biblia a mano y acompáñenos a conocer que es lo que dios nos quiere decir acerca de esto.
I. Introducción. Saludos y bienvenida. Estudio del libro de Hechos en la serie titulada: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. En nuestro estudio bíblico último dejamos a Pedro recuperando el aliento bajo la oscuridad de la noche, luego que fue milagrosamente liberado de la cárcel en la que estuvo esperando su ejecución por obra y gracia del malvado Herodes Agripa I. Dios preservó la vida de Pedro, pero no preservó la vida de Jacobo. ¿Por qué Dios no liberó a Jacobo de la mano de Herodes, así como lo hizo con Pedro? La razón descansa en la soberanía de Dios. No es que Jacobo era malo y por eso Dios permitió que muera a espada por orden de Herodes, mientras que Pedro era bueno y por eso Dios le preservó la vida. Nada de eso, sino que simplemente en los inescrutables planes y propósitos de Dios, era necesario que Jacobo muera y que Pedro conserve la vida, al menos por un tiempo más, por cuanto, según la tradición, años más tarde, Pedro también murió como mártir, y una muerte terrible, porque parece que cuando iba a ser él también crucificado, pidió a sus verdugos que lo cuelguen del madero cabeza abajo, porque no consideraba digno morir como murió su maestro. Así que amable oyente, cuando en su vida sucedan cosas que aparentemente no tienen explicación, no se desespere, no se rompa la cabeza pensando ¿Por qué? Si Dios lo permitió es porque eso era necesario dentro de los planes soberanos de Dios. Dicho esto, vamos al pasaje bíblico que nos corresponde estudiar el día de hoy. Se encuentra en Hechos 12 a partir del versículo 12. En este pasaje bíblico tenemos dos desenlaces. El de Pedro a quien trató de matar Herodes y el de Herodes quien trató de matar a Pedro. Vayamos a lo primero.
II. Hechos 12: 12-18 dice: Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos. Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar. Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro.
Pues, este fue el desenlace de Pedro, a quien trató de matar Herodes. Recuerde que Pedro estaba tan sorprendido por la forma como fue liberado, que no sabía si estaba soñando o viendo una visión, o si era la realidad. Pero cuando volvió en sí y estuvo seguro que fue algo real lo que pasó, se puso a meditar en lo maravilloso que fue el Señor para con él al librarle de la mano de Herodes y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Habiendo considerado esto, Pedro debe haberse preguntado: ¿Y ahora que hago? Era muy tarde en la noche y hacía frío. Pedro hizo lo correcto, se dirigió a la casa de María. Esta mujer es una de las varias mujeres que se llamaban María. En este caso era madre de un joven discípulo que se llamaba Juan, nombre que significa: la gracia o la misericordia del Señor, sin embargo, Juan tenía por sobrenombre Marcos, nombre romano que está relacionado con Mardoqueo. Más tarde, este joven discípulo fue motivo para una discordia no pequeña entre el apóstol Pablo y Bernabé. Además, este joven discípulo fue el escritor del Evangelio que lleva su nombre. Incidentalmente, según Colosenses 4:10, este joven discípulo era sobrino de Bernabé o primo de Bernabé como se lee en algunas otras versiones del Nuevo Testamento. Pedro sabía que en la casa de María estaban algunos hermanos haciendo oración sin cesar por él. Al llegar a la casa de María, Pedro tocó la puerta que daba al patio de la casa y salió a responder una muchacha que se llamaba Rode. Este nombre significa: Rosa. Pues Rosita fue la actora de uno de los episodios más jocosos que yo encuentro en la Biblia. Imagínese. Oye la voz de Pedro, y se ponte tan contenta, que en lugar de abrir la puerta, sale disparada atravesando el patio hacia la casa donde estaban orando los hermanos. Tal vez gesticulando y gritando decía: Pedro está afuera, Pedro está afuera. Los hermanos se dejaron contagiar de la emoción de Rosita y en lugar de abrir la puerta para que entre Pedro, se pusieron a debatir con Rosita. Todos le decían: Rosita, has perdido la cabeza, estás loca. Pero Rosita aseguraba que Pedro estaba afuera. Ante esto, los hermanos llegaron a la conclusión equivocada que quien debe estar afuera a la puerta debe ser el ángel de Pedro. Los judíos pensaban que cada persona tiene su ángel de la guarda. A todo esto, el pobre Pedro seguía afuera golpeando la puerta, muerto de frío y seguramente también de temor por cuanto Herodes podría echarle mano otra vez. Eventualmente Rosita y los hermanos hicieron lo que debieron haber hecho al principio. Abrieron la puerta y cuando vieron a Pedro en persona se quedaron atónitos o maravillados. El murmullo debe haber sido muy grande porque Pedro les hizo una señal con la mano para que se callen. Luego les contó detalladamente lo que había pasado, como el Señor le había sacado de la cárcel. Inmediatamente Pedro pidió que informen de lo sucedió a Jacobo y al resto de hermanos de la iglesia. Este Jacobo es el medio hermano del Señor Jesús, hijo de José y María, la madre de Jesús, quien era uno de los líderes en la iglesia de Jerusalén. Dicho esto, Pedro salió y se fue a otro lugar. Esta es la última vez que Pedro aparece en primer plano en la historia de la iglesia de Cristo. Un poco más tarde hace una fugaz aparición en Hechos capítulo 15, pero para todo propósito práctico, Pedro desaparece de la escena. Ha llegado la hora para que suba al escenario el apóstol Pablo. Cuando amaneció se armó la grande entre los soldados al mando de Herodes quienes estaban custodiando a Pedro en la cárcel. Nadie sabía nada. Nadie vio nada. Nadie podía dar ninguna explicación. El hecho es que en cierto instante a todos les constaba que Pedro estaba acostado durmiendo, atado con cadenas a dos soldados que estaban junto a él, y con otros dos soldados a la puerta de la celda y con todos los demás soldados en su lugar, pero en el siguiente instante Pedro había desaparecido. Dejemos aquí a Pedro, a quien Herodes trató de matar, y pongamos nuestra mirada en Herodes, quien quiso Matar a Pedro. Hechos 12: 19-23 Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí. Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey. Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos.
¿Cómo se habrá sentido Herodes cuando le informaron que Pedro ya no estaba en la cárcel? Por sus antecedentes, debe haber literalmente explotado. Luego de la infructuosa búsqueda, Herodes interrogó a los guardias y como no pudieron explicar lo que había sucedido, ordenó que sean llevados a la muerte. ¡Qué triste! Ellos no tuvieron culpa alguna de lo sucedido, pero a pesar de eso murieron por el capricho de Herodes. Tal vez para reponerse del revés, Herodes salió de Judea y se fue a Cesarea y se quedó allí. Como antecedente, Herodes estaba enemistado con los de Tiro y de Sidón, pero gracias a la intervención de un camarero mayor de Herodes, llamado Blasto, quien fue sobornado, los de Tiro y de Sidón hicieron las paces con Herodes, porque eso les interesaba debido a que su territorio era abastecido por el territorio de Herodes. Tal vez para celebrar el acuerdo, cierto día Herodes se vistió de gala y se sentó en el tribunal y les arengó. Un historiador de esa época llamado Josefo dice que Herodes estaba vestido con una ropa que reflejaba la luz del sol, al punto que parecía que Herodes estuviera rodeado de resplandor. La gente que le oía estaba pensando que quien estaba hablando no era Herodes sino Dios mismo y por eso comenzaron a gritar: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Herodes debe haber estado muy complacido de que la gente le confunda con Dios, pero eso fue lo último que hizo, porque ese mismo instante un ángel del Señor le hirió, como castigo por haber pretendido usurpar el lugar de Dios. El historiador Josefo dice que la enfermedad fue tan fulminante que su cuerpo se le fue pudriendo en vida, hasta que murió. Así fue el final de alguien que se opuso a la obra de Dios. El capítulo 12 de Hechos termina mostrando cómo estaba la iglesia de Cristo y lo que pasó con Bernabé y Saulo. Hechos 12:24-25 dice: Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba. Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.
A pesar de la gran oposición la iglesia crecía y se multiplicaba. A decir verdad, cuando existe oposición, la iglesia crece más y es más fuerte espiritualmente. Por otro lado, cuando Bernabé y Saulo cumplieron con su misión de entregar la ofrenda a los ancianos de la iglesia de Jerusalén, retornaron a Antioquía desde donde salieron, pero esta vez llevaron consigo al joven discípulo hijo de María, llamado Juan, sobrino de Bernabé y que tenía el sobrenombre de Marcos.
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