Saludos cordiales amigo oyente. Es un gozo darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy. A partir de hoy, vamos a iniciar una nueva serie de estudios bíblicos, cuyo tema es la primera epístola del apóstol Pedro.
Qué privilegio, amigo oyente, dar inicio a esta nueva serie de estudios bíblicos, esta vez, tomando como tema la primera carta del apóstol Pedro. Como es ya una costumbre, lo primero que haremos, antes de emprender con un análisis del contenido de la carta, es dar la debida atención a algunos detalles que nos ayudarán a comprender mejor lo que el autor está comunicando a sus lectores. Hablaremos sobre el fautor de la carta, los destinatarios de la carta, la fecha de escritura de la carta, lugar de escritura de la carta y el tema general de la carta. Muy bien, en cuanto al autor de la carta, tanto la evidencia interna como la evidencia externa apuntan a que la carta fue escrita por el apóstol Pedro. Las evidencias internas más importantes son en primer lugar, lo que encontramos en el primer versículo del capítulo 1, donde leemos: «Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión, en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia» En este versículo, se identifica por nombre al autor de la carta. El autor es Pedro. Pero a lo mejor, alguien podría argumentar diciendo, Pedro es un nombre común, debe haber habido muchos con el nombre de Pedro en la época que se escribió esta carta ¿cómo sabemos a cual de los tantos Pedros se refiere este versículo? Para responder a esa inquietud, debemos fijarnos en lo que resta del versículo que acabamos de leer. Allí encontramos que este Pedro, el autor de la carta era además apóstol de Jesucristo. Esto ayuda bastante a identificar al autor de la carta. Hubo un solo apóstol de Jesucristo que se llamó Pedro, por tanto, amigo oyente, el autor de la primera carta de Pedro no es otro sino el apóstol Pedro, también llamado Simón, hijo de Jonás, hermano de Andrés. Otra evidencia interna, a favor de que el apóstol Pedro es el autor de esta carta, es, en segundo lugar, el estilo de escritura. Si uno compara el contenido de esta carta, con el contenido de los discursos del apóstol Pedro que se encuentran en el libro de los Hechos, va a encontrar muchas similitudes. Estas similitudes apoyan el hecho que la primera carta de Pedro fue escrita por el apóstol Pedro. En cuanto a la evidencia externa, podemos decir que personajes de renombre en la iglesia primitiva, como Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría dieron por sentado que el apóstol Pedro es el autor de la carta que es materia de nuestro estudio. Vayamos ahora a los destinatarios de la carta. 1ª Pedro 1:1 dice que Pedro, el apóstol de Jesucristo, dirigió la carta a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. A causa del dominio romano sobre territorio judío, muchos judíos se vieron obligados a buscar el exilio. En el libro de los Hechos encontramos que había judíos piadosos viviendo fuera del territorio judío. Estos judíos escucharon las Buenas Nuevas de Salvación probablemente la primera vez que Pedro predicó en Jerusalén y recibieron a Cristo como Salvador. Una vez salvos volvieron a sus lugares de origen y allí continuaron con su vida cristiana. Los lugares citados corresponden a un territorio ubicado al Sur del Mar Negro en lo que se conocía como Asia Menor y que corresponde a la actual Turquía. Fue a estos creyentes, mayormente de ascendencia Judía, a quienes se dirige el apóstol Pedro en esta hermosa carta. Sobre la fecha de escritura, un análisis del contenido de la carta a la luz de lo que se sabe de la biografía del apóstol Pedro, indica que esta carta debió haber sido escrita hacia el año 63 DC, justamente antes de que estallase, la persecución de Nerón en contra del cristianismo en el año 64 DC. Pedro mismo, según la tradición, fue martirizado por Nerón hacia el año 67 DC. Acerca del lugar de escritura de la carta, tenemos información en 1ª Pedro 5:13 donde dice «La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan» Pedro escribió la carta desde un lugar identificado como Babilonia en este versículo. La gran pregunta es: Babilonia, ¿es un nombre literal o simbólico? Bueno, si lo tomamos como algo literal, entonces la carta debió haber sido escrita desde alguna ciudad denominada Babilonia. Inclusive podría ser la capital del imperio babilónico de antaño. El problema es que no se sabe si en esta época había alguna ciudad que se llamaba Babilonia y tampoco se sabe si estaba todavía en pie la antigua Babilonia. Más aún, definitivamente se desconoce en absoluto que Pedro hubiera estado alguna vez en su vida en alguna ciudad llamada Babilonia. Es por esto que Babilonia se lo toma más bien como algo figurativo para indicar la ciudad de Roma. Esto no es nada extraño, porque en el libro de Apocalipsis, a la ciudad de Roma se le llama Babilonia. Además, por la tradición se sabe que Pedro pasó la última década de su vida en Roma. Ante eso, podemos afirmar entonces que 1ª Pedro fue escrita desde Roma, conocida como la Babilonia. Por último, veamos cuál es el tema general de la carta. Para ello, debemos citar 1ª Pedro 5:12 donde leemos «Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis» La primera carta de Pedro, amigo oyente tiene como propósito, testificar o mostrar lo que es la verdadera gracia de Dios. Los creyentes, expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, tenían algún conocimiento de la gracia de Dios, pero ese conocimiento era fragmentario o superficial. Les hacía falta conocer más a fondo lo que es la verdadera gracia de Dios. Aquí es donde justamente radica el valor eterno del contenido de esta carta. Nosotros también amigo oyente, tenemos un conocimiento muy limitado de lo que es la gracia de Dios. Para muchos de nosotros, la gracia de Dios se reduce exclusivamente a obtener una entrada libre al cielo. Por supuesto que el cielo nos pertenece por gracia, porque nadie llegará al cielo por mérito propio, pero la gracia de Dios trae aparejada muchas otras cosas más que poco o nada conocemos. Por ejemplo, mire lo que dice 1ª Pedro 4:10 «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» La gracia de Dios no está solamente para darnos entrada libre al cielo, amigo oyente. Este texto nos habla de la multiforme gracia de Dios. Esto significa que la gracia de Dios tiene múltiples facetas. Es algo parecido a lo que sucede cuando un haz de luz incide sobre un prisma. Ocurre el fenómeno conocido como refracción de la luz. Como resultado, del prisma brotará un hermoso arco iris. Así es la gracia de Dios. Parece que fuera algo simple, pero vista con detenimiento podemos reconocer que es multiforme o multicolor. ¿Conoce Ud. la multiforme gracia de Dios? Si no la conoce, entonces 1ª Pedro es para Ud. Estoy seguro que tanto Ud. como yo, nos deleitaremos admirando todo lo que trae aparejada la multiforme gracia de Dios. Es increíble, pero muchas veces, por nuestra negligencia en mirar con detenimiento las cosas espirituales, nos perdemos de tantas cosas hermosas. Somos como aquel personaje que heredó de su abuelo una vieja Biblia. Cuando recibió la herencia dijo: Bah, ¿qué hago yo con este viejo libro en mi casa?, y sin más preámbulo la tiró en un baúl de cosas viejas. Un día, luego de muchos años, se puso a ordenar las cosas viejas de aquel baúl y se volvió a encontrar con la vieja Biblia. Por curiosidad comenzó a hojear sus páginas, y oh sorpresa, entre las páginas encontró un billete de 100 dólares que el abuelo había escondido en la vieja Biblia, junto a una nota que decía: Esto es un anticipo del premio que recibirá aquel que escudriñe este libro. Las páginas de este libro le abrirán el tesoro sin igual, que rinde dividendos tanto en esta vida como en el más allá. Mi desafío, amigo oyente, es que juntos exploremos los tesoros de la gracia de Dios en la 1ª carta de Pedro. Esta carta entonces fue escrita por el apóstol Pedro a los expatriados de la dispersión, alrededor del año 63 DC desde Roma con el propósito de dar testimonio de la verdadera gracia de Dios. Espero que me acompañe en nuestro próximo estudio bíblico donde comenzaremos a admirar la multiforme gracia de Dios.
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