Saludos cordiales amigo oyente, al inicio de un nuevo estudio bíblico sobre los eventos futuros. Al hablar de eventos futuros, una de las primeras cosas que viene a la mente es Armagedón. ¿Qué significa esta intrigante palabra? Pues eso será el tema que David Logacho nos traerá el día de hoy.
Según los que conocen el idioma hebreo, el nombre Armagedón viene de dos palabras hebreas, har y Megiddo, que puestas juntan significan Monte Meguido.
La palabra Meguido significa lugar de tropas o lugar de matanza. También se llama la Planicie de Esdraelón o el Valle de Jezreel. El área es de 22 por 32 Km. aproximadamente y forma lo que Napoleón llamó un campo natural de batalla.
Fue en este campo donde Barac derrotó a los reyes de Canaán. Fue en este campo donde Gedeón hizo añicos al ejército madianita y fue en este campo donde perdió la vida Saúl. Tito lo usó como un pasadizo natural para ejércitos romanos y lo propio hicieron los cruzados de la edad media. El general británico Allenby lo usó cuando derrotó al ejército turco en 1917.
Sin lugar a dudas que este territorio ha recibido ya la sangre dé mucha gente armada, pero todavía no ha sido bañado en tanta sangre como lo será en la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Su relato lo encontramos en Apocalipsis 16:17-21 donde dice: “El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande”
El séptimo juicio y final se inicia con el ángel derramando la séptima copa por el aire. Esto debe haber herido gravemente a Satanás porque él es el Príncipe de la potestad del aire. Inmediatamente se escuchó una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho esta.
Esta frase indica el clímax del juicio de Dios sobre un mundo impío y rebelde. Comienza la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. Esta batalla es en realidad la culminación de una campaña militar. Una campaña que se dio en fases.
La primera fase de esta campaña se dará cuando el rey del sur, que en realidad es una confederación Árabe Africana lance un masivo ataque en contra de Israel.
La segunda fase de esta campaña se dará cuando el rey del Norte, que es Rusia y sus aliados igualmente lancen un feroz ataque sobre Israel. Estas dos fases acontecerán cuando se abra el segundo sello y según lo que ya estudiamos, salga el caballo bermejo que tiene el poder de quitar la paz de la tierra.
Según el profeta Daniel, el rey del norte se lanzará sobre Israel contando con el ejército del rey del sur como aliado, pero su avance le conducirá al mismo Egipto y lo tomará.
Aquí comienza la tercera fase de la campaña. Mientras el rey del norte esté en Egipto, oirá noticias preocupantes del oriente y del norte. Las noticias tendrán que ver con que el ejército del oriente está listo para marchar sobre Israel. El ejército del oriente estará formado por 200 millones de soldados bien adiestrados y equipados. Esto aconteció cuando sonó la sexta trompeta y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
Además oirá que los ejércitos del Anticristo están preparándose también para entrar en combate para liberar a Israel del dominio del rey del norte. El rey del norte entonces agrupará todo su ejército en Israel y Tendrá su cuartel general en Jerusalén.
La cuarta fase de la campaña, acontecerá cuando el rey del norte sea completamente aniquilado no se sabe sí por intervención directa de Dios o en batalla. Zacarías 14:12 describe la forma como terminarán los que ataquen Jerusalén, dice: “Y esta será la plaga conque herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: La carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca”
Por años los estudiosos de la Biblia se han preguntado qué plaga puede ser esta. Pero en épocas recientes, con la aparición de armas tan destructoras como la bomba de neutrones, se puede pensar que la plaga no será otra cosa sino el efecto de la explosión de una bomba parecida a la de neutrones sobre el ser humano.
Según los que han investigado como afecta esta explosión a la gente, literalmente la carne se corrompe sobre los huesos, los ojos se consumen en sus cuencas y la lengua se deshace en sus bocas.
Sin el rey del Norte, los ejércitos del Anticristo no tendrán problema en ocupar Jerusalén.
La quinta fase de la campaña se dará cuando el ejército de Oriente llegue a Israel donde estarán bien fortificados los ejércitos del Anticristo, pero previamente, los ejércitos de las naciones del mundo se congregarán en Israel en apoyo al ejército del Anticristo para contrarrestar la invasión del ejército de 200 millones del Oriente.
En este instante se tendrá sobre Armagedón a absolutamente todos los ejércitos existentes en el mundo, dispuestos a trabarse en un feroz combate. No menos de unos 300 millones de soldados armados con las más sofisticadas máquinas de guerra. Es el fin del mundo. Con razón que Apocalipsis 14:20 dice lo siguiente sobre esta guerra: “Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”
¿Puede Ud. imaginar amigo oyente? La guerra será tan cruenta que la sangre de las victimas cubrirá una área enorme hasta una altura de más de un metro. Es ciertamente el fin de todo. Y como si esto fuera poco, la naturaleza toda sufrirá una convulsión semejante.
Primero la atmósfera. Dice el texto que hubo relámpagos y voces y truenos. Luego le toca el turno a la corteza terrestre. Se sacudirá con un gran temblor, que abrirá la puerta a un terremoto tan grande, cual no hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Yo no sé si Ud. ha estado alguna vez en un terremoto. Yo no he estado en ninguno pero los que han pasado por una experiencia así, dicen que es algo espantoso.
Bueno, el terremoto más espantoso que se pueda imaginar está todavía por venir. Como consecuencia, Jerusalén se dividirá en tres partes y las ciudades de las naciones quedarán reducidas a escombros. Es el momento de venganza de un Dios que ha sido constantemente afrentado por una humanidad incrédula y rebelde. Luego del terremoto, los mapas ya no servirán porque los montes y las islas no estarán en el lugar que antes estaban.
Pero lo dantesco del espectáculo no se detiene. Dice el texto que del cielo cayeron sobre los hombres granizo como del peso de un talento. El talento se estima que pesa como 56 kilos. ¡Imagine el daño que algo así podría ocasionar a la gente!. Es Dios derramando su ira sobre un pueblo que fue llamado incontable número de veces a la reconciliación, pero cada llamado recibió el rechazo como respuesta.
Esta gente habrá endurecido tanto su corazón que a ningún momento pensará siquiera en reconciliarse con Dios. En lugar de reconciliarse con él lo maldecirán. El texto dice: y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.
Qué lamentable. En lugar de reconocer el poder y la grandeza de Dios y de volverse a él de corazón, la gente de aquella época blasfemará contra Dios.
Hemos visto la campaña militar que finalmente conducirá a la última guerra mundial en el sitio denominado Armagedón. El desenlace será fatal para todos. No habrá vencedores ni vencidos, sino que todos terminarán derramando su sangre en aquel valle de la matanza. Los que no participen en la guerra sufrirán temblores y un terremoto tan severo que no quedará monte ni isla en su lugar y sobre eso, sufrirán la caída de granizo tan pesado como nunca hubo ni habrá.
Solo pensar en lo que todo esto significa es causa pánico, no se diga estar presente. Pero Ud. amigo oyente no tiene que estar presente en aquel caos. Sí Ud. hoy mismo reconoce su necesidad de un Salvador, y recibe a Cristo como su Salvador personal, Ud. quedará protegido para siempre de todos los juicios de la tribulación y entre ellos de este terrible conflicto conocido como Armagedón. No se detenga. Reciba a Cristo mientras puede ser hallado. Mañana quizá sea demasiado tarde.
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