Es muy grato saludarle amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio es el libro de Daniel. En nuestro último estudio bíblico vimos la profecía dada por Dios a Daniel en cuanto a las frecuentes guerras que iba a haber entre dos reinos que iban a surgir de la división del imperio Griego a la muerte de Alejandro Magno. El rey del norte, se refiere a Siria y el rey del sur, se refiere a Egipto. Todo lo profetizado se cumplió en su tiempo a la perfección. En la última escaramuza, el rey del sur, Tolomeo IV Filopator logró una sonada victoria sobre el rey del norte Antíoco III el Grande, y eso trajo una relativa calma que duró unos trece años, tiempo en el cual el rey del norte recuperó fuerza para volver a la carga. Esto será el tema de nuestro estudio bíblico de hoy.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Daniel 11 a partir del versículo 13. Permítame leer la porción bíblica desde el versículo 13 hasta el versículo 19. Note lo que Dios anunció a Daniel en el año 536 AC. La Biblia dice: Y el rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá apresuradamente con gran ejército y con muchas riquezas.
Dan 11:14 En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán para cumplir la visión, pero ellos caerán.
Dan 11:15 Vendrá, pues, el rey del norte, y levantará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas para resistir.
Dan 11:16 Y el que vendrá contra él hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder.
Dan 11:17 Afirmará luego su rostro para venir con el poder de todo su reino; y hará con aquél convenios, y le dará una hija de mujeres para destruirle; pero no permanecerá, ni tendrá éxito.
Dan 11:18 Volverá después su rostro a las costas, y tomará muchas; mas un príncipe hará cesar su afrenta, y aun hará volver sobre él su oprobio.
Dan 11:19 Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra; mas tropezará y caerá, y no será hallado.
Todo esto se cumplió con una precisión admirable, algo que solamente Dios lo puede hacer. Sólo es cuestión de poner nombres para ver como la historia certifica lo que Dios anunció siglos antes que suceda. Lo que tenemos para nuestro estudio de hoy, abarca un período de aproximadamente unos 130 años. En este tiempo los Seleucidas, reyes de Siria se trabaron en duro y continuo combate contra los Tolomeos, reyes de Egipto. A pesar que hubo varios reyes que reinaron durante este periodo de tiempo, sin embargo en la profecía se mantiene la identificación del rey del norte para el rey de turno en Siria y rey del sur para el rey de turno en Egipto. En el relato notamos una serie de victorias y derrotas en los dos bandos. El conflicto que estamos considerando, tuvo lugar en el reinado de Antíoco III, el grande, en Siria quien reinó del 224 al 187 AC y Tolomeo IV Filopator, en Egipto, quien reinó del 225 al 205 AC. Al haber perdido la última batalla, el rey del norte buscó venganza y se convirtió en el agresor. El texto muestra que se preparó de lo mejor para la batalla, según el versículo 15. Se sabe que marchó hacia el sur atravesando por el territorio de Israel, la tierra gloriosa, tomando posesión de ella sin encontrar ninguna resistencia. Las últimas palabras en el versículo 16 denotan que en ese tiempo Israel estuvo totalmente en la mano del rey del norte. El versículo 17 trata sobre un hecho histórico plenamente confirmado. Antíoco III el grande estaba dispuesto a todo con tal de obtener lo que quería. Tanto es así, que propuso a Tolomeo IV Filopator, su rival, que su joven hija, que se llamaba Cleopatra, se comprometa a casarse con el hijo todavía infante de Tolomeo IV Filopator, quien debía heredar el trono de Egipto. Las familias reales aceptaron el compromiso y en su tiempo se llevó a cabo el matrimonio. Esto es lo que normalmente se acepta como interpretación de esa parte que dice: y hará con aquel convenios, y le dará una hija de mujeres para destruirle. Antíoco III el grande, tenía en mente que su hija sea más fiel a él que a su esposo, de modo que pueda cumplir con el plan de usurpar el trono de Egipto en algún momento. Pero el complot falló. Sucede que en lugar de ser una fiel aliada de su padre y por tanto leal a Siria, Cleopatra prometió fidelidad y lealtad a su esposo egipcio. De esta manera se cumplió la profecía cuando dice que no permanecerá ni tendrá éxito. Cuando falló el plan de Antíoco III el grande de usurpar el trono de Egipto, buscó controlar la costa mediterránea de Asia menor y también las islas. Esta acción agitó la ira de los Romanos, quienes ejercían dominio sobre algunas de las islas. Un príncipe romano obligó a Antíoco III el grande a desistir de la agresión, y de esta manera el rey sirio retornó a su país donde pasó sus últimos días. Esto se profetizó en los versículos 18 y 19. Este es el momento donde por primera vez entra en escena el imperio romano, el cuarto reino de hierro de la visión en Daniel 2. Ahora veamos lo que Dios anunció a Daniel que vendría después. Leo el texto en Daniel 11:20 Y se levantará en su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla.
A la muerte de Antíoco III el grande, su hijo quien se llamaba Seleuco Filopator intentó gobernar en Siria. El reino estaba tan endeudado con los romanos, por las precarias condiciones en que lo dejó su Antíoco III el grande, que se hizo necesario recaudar mucho dinero en calidad de impuestos para pagar la deuda. En la profecía se le llama a este rey uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino. Pero poco tiempo después este rey fue depuesto. No se puede precisar como murió. La Biblia simplemente dice que fue quebrantado aunque no en ira ni en batalla. Cuando todo esto se reveló en profecía a Daniel, todo era futuro, algo que iba a suceder siglos después. Pero en su tiempo se cumplió a la perfección, y para nosotros ya es pasado. Siguiendo con la profecía que Dios dio a Daniel, a partir del versículo 21 del capítulo 11 tenemos la profecía relativa a la obra de un perverso rey Seléucida, cuyo nombre fue Antíoco IV Epífanes. Daniel 11:21-26 dice: Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos.
Dan 11:22 Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto.
Dan 11:23 Y después del pacto con él, engañará y subirá, y saldrá vencedor con poca gente.
Dan 11:24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por un tiempo.
Dan 11:25 Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ejército; y el rey del sur se empeñará en la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición.
Dan 11:26 Aun los que coman de sus manjares le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos.
La importancia de este rey Seléucida, Antíoco IV Epífanes está dada por los detalles que la profecía revela sobre él. Su reino se extendió por casi once años, del 175 al 164 AC. Es el mismo personaje que en la profecía de Daniel 8 aparece como el cuerno pequeño. Era el hijo menor de Antíoco III el grande y por lo tanto no tenía el derecho a heredar el trono. La profecía lo describe como un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino, pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos. Esto se cumplió tal como fue profetizado, porque Antíoco IV Epífanes no llegó a ser rey por derecho o por demanda popular sino por medio de sus intrigas. Era un maestro del engaño. Llegó al trono con la promesa de un programa de paz, como lo hará el Anticristo. Antíoco IV Epífanes es tipo del Anticristo. Como en su tiempo lo hará el Anticristo, Antíoco IV Epífanes se manifestó como un loco blasfemo quien odiaba a muerte a Jehová y a los judíos. Muchos lo llaman el Anticristo del Antiguo Testamento. Muy temprano en su carrera, Antíoco IV Epífanes demostró ser todo menos un hombre de paz. Barrió con todos sus oponentes derrotando con éxito a todos sus enemigos. No se puede precisar de quien se trata el príncipe del pacto, pero muchos lo identifican como el sumo sacerdote Onías III. El pacto podría referirse a la ley de Moisés. Este rey hará alianzas con otros países, pero todo será un engaño. Encubiertamente se introducirá en los lugares más fértiles de la tierra y mostrándose generoso distribuirá despojos entre la gente. De esta manera ganará la confianza del pueblo para que le apoyen en su ataque contra el rey del sur. Querrá el control de Egipto y su riqueza, y luego de muchas batallas finalmente doblegará a Egipto, pero no por fuerza militar sino por medio de una conspiración instigada por él al interior en el gobierno de Egipto. En nuestro próximo estudio bíblico, veremos más cosas que se profetizó sobre este perverso rey y que se cumplieron con asombrosa precisión. Espero su compañía.
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