Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando la primera carta de Pablo a Timoteo en la serie titulada: Claves para ser un buen ministro de Jesucristo. En nuestro último estudio bíblico vimos que para ser un buen ministro de Jesucristo es necesario no enseñar diferente doctrina. Eso es lo que dice 1 Timoteo 1:3. El resultado de enseñar diferente doctrina son disputas en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la fe. En el estudio bíblico de hoy vamos a ver, por contraste, cual es el resultado de enseñar la doctrina correcta, la cual fue entregada por los apóstoles y profetas.
Si las circunstancias lo permiten, le sugiero que abra su Biblia en 1 Timoteo 1:5-11. En este pasaje bíblico tenemos la razón para enseñar sana doctrina, y el resultado de enseñar mala doctrina. En cuanto a lo primero, 1 Timoteo 1:5 dice: Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,
Según lo que vimos en nuestro último estudio bíblico, Pablo dejó a Timoteo en Efeso con el solemne encargo de mandar a algunos que no enseñen diferente doctrina ni presten atención a fábulas y genealogías interminables. Lo único que estaban consiguiendo estos falsos maestros era que la congregación en Efeso se sumerja en disputas, en lugar de hacer crecer la obra de Dios que es por la fe. El diablo es muy astuto amigo oyente. Una de sus tácticas favoritas, es utilizar falsos maestros en las iglesias, los cuales con sus falsas doctrinas provocan disputas y divisiones en la congregación de modo que la congregación se mantenga ocupada en ventilar sus diferencias a tal punto que se olvide de cumplir con lo que Dios espera de ella. Es la típica táctica de distracción para evitar que avance la obra de Dios. Pablo se encontraba perturbado por esta situación y encargó a Timoteo que haga todo lo necesario para corregirla. La razón de Pablo para hacer este encargo a Timoteo fue que en la iglesia en Efeso se manifieste el amor, no la disputa, pero no un amor cualquiera sino un amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida. Un amor nacido de corazón limpio es la acción de sacrificio en beneficio de la persona amada, el cual no guarda ninguna motivación escondida. No es amor por interés. Un amor de buena conciencia es la acción de sacrificio en beneficio de la persona amada el cual no incomoda o perturba en absoluto a la conciencia. La conciencia es el árbitro que Dios ha puesto en la vida del creyente para mostrarle lo que está bueno y lo que está malo. Un amor de fe no fingida es la acción de sacrificio en beneficio de la persona amada el cual parte de un sincero deseo del bien del otro, un amor que no usa máscaras. Un buen ministro de Jesucristo es aquel que por medio de enseñar sana doctrina incentiva la manifestación del amor verdadero en la congregación. Es interesante notar la relación entre la doctrina que se enseña en una iglesia y la conducta de esa iglesia. Si la doctrina que se enseña en una iglesia es sana, la conducta de esa iglesia será buena, pero si la doctrina que se enseña en una iglesia no es sana, la conducta de esa iglesia no será buena. En la iglesia de Efeso no se estaba enseñando sana doctrina y no es de sorprenderse que en lugar de amor verdadero había disputas dentro de la iglesia. Veamos cuál fue el resultado de enseñar falsa doctrina en la iglesia de Efeso. 1 Timoteo 1:6-7 dice: de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
Los falsos maestros en la iglesia de Efeso estaban enseñando doctrina diferente y como resultado cosecharon disputas en lugar del amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida. A esto se refiere Pablo cuando dice que algunos se desviaron. Como resultado se apartaron a vana palabrería. Esto significa que sus enseñanzas se redujeron a discusiones inútiles. Cuando uno mira la situación en muchas iglesias de hoy en día, encontrará exactamente esto, discusiones inútiles. En muchos púlpitos se habla de todo menos de lo que Dios dice en su Palabra y la gente se siente muy complacida con esto porque jamás le van a hablar del pecado, jamás le van ha hablar de la necesidad de un arrepentimiento, jamás le van a hablar de la necesidad de vivir en santidad, jamás le van a hablar de las consecuencias del pecado. Son vanas palabrerías, discusiones inútiles. Quiera el Señor que en la iglesia donde Usted se congrega se use la palabra de Dios para explicar lo que significa y la manera como se aplica al diario vivir. Los falsos maestros en la iglesia de Efeso estaban tan orgullosos de ellos mismos que se daban de ser doctores o expertos en la ley de Moisés, como los rabinos de aquel tiempo, pero en realidad no entendían ni lo que hablaban ni lo que afirmaban. Esto nos provee del indicio de que estos falsos maestros deben haber tenido una fuerte influencia de los judaizantes, nombre que se aplica a supuestos creyentes de trasfondo judío, quienes enseñaban que para ser salvos es necesario recibir al Señor Jesucristo como Salvador, pero además someterse a algunos ritos propios del judaísmo como por ejemplo la circuncisión, guardar el séptimo día como día de reposo, y no comer alimentos que la ley de Moisés consideraba como inmundos. El grave error de los judaizantes era añadir cosas a la sola fe en la persona y obra del Señor Jesucristo para ser salvos. Por medio de Timoteo, Pablo va a reconvenir a los falsos maestros en la iglesia de Efeso, con lo que tenemos en 1 Timoteo 1:8-11 donde dice: Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;
1Ti 1:9 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
1Ti 1:10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
1Ti 1:11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.
La ley de Moisés es buena, esto habla de su carácter, porque en esencia la ley de Moisés manifiesta el carácter de Dios y tiene como propósito mostrar al hombre que es pecador por nacimiento y por práctica y que es imposible que por su propio mérito el hombre pueda cumplir con las elevadas demandas de Dios para poder tener comunión con Dios, o para ser salvo. Es por esta razón que Pablo dice que la ley es buena, si uno la usa legítimamente. El uso legítimo de la ley de Moisés es cuando se reconoce que no fue dada para el justo, sino para el pecador, de modo que el pecador pueda reconocer su pecado y una vez reconocido esto el pecador pueda reconocer que no puede acercarse a Dios por sus propios medios, sino que necesita de la obra maravillosa de Cristo cuando tomó el lugar del pecador para morir en la cruz del Calvario. Esta es la razón por la cual Pablo dice que la ley de Moisés fue dada para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos. Son tres pares de calificativos que mirados globalmente sintetizan justamente lo que condenan los cinco primeros mandamientos del decálogo o los diez mandamientos, en los cuales de trata el asunto de la relación del hombre con Dios. Luego tenemos que la ley de Moisés fue dada para los parricidas y matricidas, los que violan el quinto mandamiento, para los homicidas, los que violan el sexto mandamiento, para los fornicarios, para los sodomitas, o para los homosexuales, los que violan el séptimo mandamiento, para los secuestradores o para los que roban personas, los que violan el octavo mandamiento, para los mentirosos y perjuros, los que violan el noveno mandamiento, y en general para cuanto se oponga a la sana doctrina, los que violan no sólo el décimo mandamiento sino cualquiera de los otros nueve. La sana doctrina, amigo oyente, es parte integral del glorioso evangelio del Dios bendito. El mensaje del evangelio no es de manufactura humana, sino de manufactura divina. El autor es Dios, es un mensaje que proviene del cielo. El evangelio es glorioso porque en él se manifiesta la gloria, la magnificencia de Dios. Cambiar este glorioso evangelio por cualquier otra cosa por más buena que parezca, sería como cambiar oro por basura. Fue Dios quien encomendó a Pablo anunciar este glorioso evangelio del Dios bendito, y Pablo jamás fue infiel con ese llamado. No olvide amable oyente que al compartir el evangelio con otros estamos compartiendo el glorioso evangelio del Dios bendito, cuidado con adulterarlo o modificarlo de cualquier manera como lo hicieron algunos en la iglesia en Efeso. Que el Señor le bendiga.
Antes de finalizar nuestro programa le invito a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DÍA que hoy nos habla acerca de una joven que necesita de alguien a su lado, es decir una pareja, ella lleva algún tiempo en los caminos del Señor y a causa de eso ha terminado con su novio, pero se siente sola. ¿Qué puede hacer? Nuestra dirección en la Internet es: labibliadice.org además puede copiar el programa de hoy, le repito nuestra dirección: labibliadice.org Ha sido un placer estar junto a usted y le esperamos en nuestra próxima edición.
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