Nuevamente llegamos hasta usted para compartir algo mas del interesante tema que estamos desarrollando “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo” en contados instantes David Logacho estará frente a este micrófono para seguir compartiendo con nosotros este estudio.
I. Introducción. Saludos y bienvenida. Estudio de Hechos en la serie titulada: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico, vimos como Dios operaba milagros extraordinarios por medio del apóstol Pablo en Efeso, para autenticar tanto el mensaje como originado en Dios, como el mensajero como enviado por Dios. El poder era tal que aún se llevaban a los enfermos y endemoniados los paños o delantales que había usado Pablo y las enfermedades se iban y los demonios salían. Esto hizo que Satanás haga lo suyo para duplicar estas obras milagrosas, con la finalidad de desacreditar a Pablo y su mensaje. Pero veamos lo que aconteció. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Hechos 19 a partir del versículo 13.
II. En primer lugar notamos la táctica de Satanás. Hechos 19:13-14 dice: Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto.
Los exorcistas ambulantes eran personas impías al servicio de Satanás quienes por medio de conjuros expulsaban demonios. La palabra griega que se ha traducido como exorcistas significa uno que emplea una fórmulas o conjuros para la expulsión de demonios. Quien estaba detrás de todo esto era Satanás para mantener cautiva a la gente. No es que Satanás estaba luchando contra su propio reino, sino que al permitir que salgan demonios de una persona, por la acción del exorcista, la gente aclamaba al exorcista y su poder, que no era otro sino el del propio Satanás, pero después, más demonios y más peligrosos venían a morar en la persona de quien habían salido originalmente. Satanás vio como Pablo hacía milagros extraordinarios en el nombre de Jesús, y pensó que si sus socios, los exorcistas ambulantes lograban expulsar demonios también en el nombre de Jesús, la gente no sabría distinguir la diferencia entre lo que hacía Pablo y lo que hacían los exorcistas ambulantes. Satanás es astuto. Es el genio del engaño. Así que, puso manos a la obra. Para eso se valió de los siete hijos de un tal Esceva, quien era judío, jefe de los sacerdotes, los cuales se dedicaban al oficio del exorcismo ambulante. De Esceva no se sabe mucho aparte que se atribuía a sí mismo el título de jefe de los sacerdotes. Pero si fuera así debería estar en Jerusalén, no en Efeso. Es muy posible que no haya sido otra cosa sino un impostor. En todo caso, estos siete hombres, hallaron a un endemoniado y comenzaron a hacer sus conjuros, pero esta vez invocando nombre del Señor Jesús. Debe haber sido un espectáculo patético, porque hablando al endemoniado le decían: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Veamos qué es lo que sucedió. En segundo lugar tenemos la derrota de Satanás. Hechos 19:15-16 dice: Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
En esto se manifiesta el poder absoluto de Dios y su Hijo el Señor Jesucristo. Satanás y sus demonios no pueden hacer lo que a ellos se les antoja. El demonio, o el espíritu malo en el hombre habló por medio del hombre y dijo a estos siete hijos de Esceva: A Jesús conozco, y sé quien es Pablo, pero vosotros ¿Quiénes sois? El plan de Satanás acaba de fallar. El nombre de Jesús no es un mero estribillo de encantamiento para poner en acción lo sobrenatural. Inmediatamente el hombre endemoniado se abalanzó sobre los siete hijos de Esceva y los dominó. Eran siete contra uno, pero a pesar de eso, el demonio actuando por medio del endemoniado pudo más que los siete hijos de Esceva, de tal manera que estos pobres individuos tuvieron que salir a la carrera dejando atrás su ropa y rastros de sangre porque el demonio los dejó desnudos y heridos. Es cosa seria enfrentarse al poder maligno sin estar debidamente capacitado para hacerlo. En tercer lugar veamos el efecto que tuvo este hecho en la comunidad de Efeso. Hechos 19:17-20 donde dice: Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
Cuando el poder de Dios se manifiesta de una forma tan contundente, como en el caso de los exorcistas ambulantes en Efeso, el nombre de Dios es magnificado entre los creyentes y es causa de temor entre los incrédulos. Esto fue lo que sucedió en Efeso. Nadie se quedó sin saber lo que había pasado con los hijos de Esceva. Los judíos incrédulos y los gentiles incrédulos estaban sobrecogidos de temor. Los creyentes, tanto de trasfondo judío como de trasfondo gentil, no encontraban palabras para engrandecer, exaltar o magnificar al Señor Jesucristo. Pero note que lo que hicieron los creyentes. Muchos de ellos, a pesar de ya ser creyentes, todavía estaban coqueteando con el pecado del ocultismo, de la magia, la adivinación, el horóscopo, y todo lo demás, pero a raíz del incidente con los hijos de Esceva, muchos creyentes confesaron y dieron cuenta de sus hechos. Asimismo, muchos creyentes que se sentían atraídos por el ocultismo, reconocieron que estaban muy equivocados y como muestra de su sincero arrepentimiento trajeron los libros de magia y los quemaron delante de todos. Lucas registra que el valor de los objetos para realizar magia que se quemaron ascendía a cincuenta mil piezas de plata. Esto es mucho dinero. Alguien ha echado números y ha llegado a la conclusión que esto equivale al salario de 150 personas por todo un año. El ocultismo es contrario a la voluntad de Dios amable oyente. Cuidado con recurrir a los brujos a los adivinos, a los esotéricos, a los espiritistas, a los astrólogos, a los parasicólogos. Toda esta gente está inmersa cual más cual menos en el ocultismo, el mundo obscuro de Satanás y por tanto es algo muy peligroso. Cuidado con confiar en la suerte, cuidado con la lotería, los sorteos, los casinos. Cuidado con el popular y aparentemente inofensivo horóscopo. Pues sucede que este incidente con los hijos de Esceva y seguramente muchos otros, contribuyeron para el crecimiento de la iglesia de Cristo en Efeso. Eso es lo que tenemos en cuarto lugar según Hechos 19:20 donde dice: Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
La palabra del Señor crecía, esto significa que abarcaba cada vez mayores regiones de la provincia romana de Asia. La palabra del Señor también prevalecía poderosamente, esto significa que se imponía poderosamente sobre cualquier enemigo. Finalmente, en cuarto lugar consideremos los planes futuros de Pablo. Hechos 19:21-22 dice: Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia.
Esta sección nos muestra que Pablo siempre tenía un plan para lo que hacía. Seguramente en oración buscaba la dirección de Dios para saber lo que debía hacer. Pablo jamás salió sin saber a dónde iba. Estando en Efeso, luego del incidente con los hijos de Esceva, Pablo se propuso a sí mismo, esto es lo que significa que se propuso en espíritu, ir a Jerusalén, no sin antes recorrer Macedonia y Acaya en Europa, con Filipos en Macedonia y Corinto en Acaya. La razón para esto es porque Pablo supo de la gran necesidad material que había entre los hermanos en la fe de Jerusalén y resolvió dar una oportunidad a los hermanos en la fe de Macedonia y Acaya para que ayuden a los hermanos en la fe de Jerusalén con una generosa ofrenda. Pero Pablo no tenía planificado quedarse en Jerusalén. Su ímpetu misionero le estaba guiando hacia Roma, la capital del imperio dominante de ese tiempo. Según la Epístola a los Romanos, Pablo inclusive acariciaba la idea de llegar a España. Qué maravilloso es cuando los hermanos y las iglesias se esfuerzan por llevar la palabra de Dios a los lugares más recónditos de este mundo. De manera que conforme a sus planes, guiados por el Espíritu Santo, Pablo se puso a trabajar y para ello envió a Macedonia, esto es a Filipos, a dos que le estaban ayudando en Efeso, a Timoteo y Erasto, y él, es decir Pablo, se quedó por algún tiempo más en Efeso y las áreas contiguas. De Timoteo ya conocemos lo suficiente, pero de Erasto no se sabe mucho, aparte que estaba colaborando con el equipo misionero de Pablo en Efeso. En otras partes aparece el nombre Erasto, pero no se puede precisar si se trata del mismo Erasto que fue enviado por Pablo a Macedonia, acompañando a Timoteo. En nuestro próximo estudio bíblico vamos a estudiar acerca del gran disturbio que causaron los plateros de Efeso. Espero su compañía.
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