Reciba cordiales saludos de su amigo David Logacho. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy en el evangelio según Lucas. Después de una agotadora jornada en el atrio del templo de Jerusalén, al caer la noche, el Señor Jesús se retiró a Betania en el monte de los Olivos, en donde pasó la noche. Mientras el Señor Jesús descansaba plácidamente, Satanás y sus instrumentos estaban muy activos buscando la forma como matar al Señor Jesús. Sobre esto trata el estudio bíblico de hoy.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Lucas capítulo 22. Vamos a estudiar desde el versículo 1 hasta el versículo 13. Este pasaje bíblico se divide en dos partes. En la primera parte, versículos 1 a 6 encontramos el complot del enemigo para entregar al Señor Jesús y en la segunda parte, versículos7 a 13 encontramos la preparación de la cena pascual. Vayamos a lo primero. Lucas 22:1-6 dice: Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua.(A)
Luk 22:2 Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; porque temían al pueblo.
Luk 22:3 Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;
Luk 22:4 y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría.
Luk 22:5 Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero.
Luk 22:6 Y él se comprometió, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.
Pascua, Pentecostés y Tabernáculos eran las tres fiestas más importantes del calendario festivo judío. La ley que Dios dio a Israel por medio de Moisés demandaba que todo varón judío debe ir a Jerusalén a celebrar estas fiestas. La fiesta de la Pascua se enfocaba sobre la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Lucas registra que estaba cerca la celebración de esta fiesta. A la fiesta de la Pascua también se la conocía como la fiesta de los panes sin levadura. Las estrechas calles de Jerusalén deben haber estado abarrotadas de gente, no se diga los diferentes atrios del templo de Jerusalén. Algo digno de notar es que para celebrar adecuadamente la fiesta de la pascua, los judíos tenían que hacer preparativos con anticipación. Dentro de esto, tenían que escoger un cordero sin tacha para ser inmolado y para comer su carne asada al fuego con panes sin levadura y hierbas amargas. Además de esto, tenían que comer panes sin levadura por siete días. Si alguien comía algo leudado durante este tiempo debía ser cortado de Israel. Por eso se requería que el primer día no haya ni trazas de levadura en una casa. La levadura simboliza el pecado en la Biblia. Fue en estas circunstancias que los principales sacerdotes y los escribas buscaban como matar al Señor Jesús. No era algo sencillo, porque temían que esto podría incentivar una sublevación entre el pueblo. Interesante como los principales sacerdotes y los escribas sacaron toda la levadura de sus casas, pero no sacaron la levadura de sus vidas, porque allí anidaba el odio a muerte a una persona inocente como el Señor Jesús. Esto ilustra la condición de tantas personas que se cuidan de cumplir con todos los preceptos de su religión, con el solo propósito de esconder la podredumbre de su carácter. Cuando a los principales sacerdotes y a los escribas se les terminaron las ideas sobre como matar al Señor Jesús, entró Satanás en la escena. Lo hizo por medio de su instrumento llamado Judas. Lucas dice que su sobrenombre era Iscariote, para distinguirlo de otros discípulos que también se llamaban Judas. Además Lucas dice que era uno del número de los doce. Lucas registra también que Satanás entró en Judas Iscariote. Esto significa que Judas Iscariote fue energizado o movido por Satanás, porque Judas Iscariote no fue nunca un verdadero creyente a pesar de ser parte de los doce, sus pecados nunca fueron borrados y en consecuencia nunca recibió vida eterna. Judas Iscariote es el prototipo de un apóstata. Un apóstata no es un creyente que pierde su salvación. Un apóstata es un incrédulo que por un tiempo finge ser creyente, como Judas Iscariote al ser parte de los doce, pero en algún momento se muestra tal como es, como Judas Iscariote quien se puso a órdenes de Satanás. Mientras los principales sacerdotes y los escribas se rompían la cabeza tratando de encontrar la forma como matar al Señor Jesús, se presentó ante ellos Judas Iscariote acompañado de los jefes de la guardia. Judas Iscariote presentó su plan para entregar al Señor Jesús. Lo tenía todo bien pensado. Al oírlo, los principales sacerdotes y los escribas se alegraron y se pusieron de acuerdo con él en cuanto al dinero que iba a recibir a cambio de entregar al Señor Jesús. Treinta piezas de plata. De allí en adelante, todo era cuestión de que Judas Iscariote encuentre la oportunidad para entregar al Señor Jesús, sin que lo sepa el pueblo, de modo que se evite cualquier alboroto. En este punto cabe una pregunta interesante. ¿Qué es lo que motivó a Judas Iscariote a traicionar al Señor Jesús de esta manera? Por un lado la codicia. Judas Iscariote era un ladrón. Juan 12:4-6 dice: Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
Joh 12:5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Joh 12:6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
Judas Iscariote tal vez notó que se estaba agotando el dinero de la bolsa y su codicia le motivó a buscar alguna otra manera de obtener algún dinero mal habido. Pero es muy posible que Judas Iscariote haya tenido otra motivación más sórdida. Antes de la traición, al igual que todos los otros discípulos, Judas Iscariote debe haber estado muy confiado en que en algún momento el Señor Jesús iba a establecer su reino en este mundo, y debe haber estado esperando aprovechar de los privilegios de ser socio del Rey. Pero cuando vio el odio de los principales sacerdotes y los escribas en contra del Señor Jesús y sobre todo cuando se convenció que el Señor Jesús iba a morir, a Judas Iscariote se le hizo humo todo lo que anhelaba. De un momento a otro reconoció que todo lo que le había motivado a estar entre los doce se desvaneció. Esto debió haber creado un gran sentimiento de hostilidad en contra del Señor Jesús, al punto que decidió entregarlo, no necesariamente por cobrar las treinta piezas de plata, que no era mucho en verdad, sino como venganza porque según él, el Señor Jesús le privó de algo que esperaba con tanta pasión. Cuidado amable oyente con permitir que la codicia reine en su corazón. Le puede conducir a conductas horrendas, como sucedió con Judas Iscariote. Dejemos a Judas Iscariote buscando la oportunidad para entregar a traición al Señor Jesús y enfoquémonos en lo que Lucas prosigue relatando. Pues el tiempo avanzó y llegó el día de la celebración de la fiesta de la Pascua. Como buen judío, el Señor Jesús ordenó que se hagan los preparativos necesarios para la celebración de la cena pascual. Note lo que dice Lucas 22:7-13. Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua.
Luk 22:8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.
Luk 22:9 Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?
Luk 22:10 El les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
Luk 22:11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Luk 22:12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.
Luk 22:13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
Llegó el momento para celebrar la pascua o la fiesta de los panes sin levadura. Un elemento crucial era sacrificar el cordero de la pascua. Esto se hacía el catorce del mes de Nisán, entre las dos tardes. Esto significa al final del día catorce y al inicio del día quince. El día quince era el primer día de la fiesta de los panes sin levadura. Era un día de reposo de gran solemnidad. Los judíos contaban los días desde las seis de la tarde hasta las seis de la tarde del día siguiente. Fue así como el Señor Jesús envió a Pedro y a Juan, con la orden de ir y preparar la pascua para comerla con todos los discípulos. La pregunta de estos dos discípulos fue: ¿Dónde quieres que la preparemos? Es aquí donde se manifestó una vez más la omnisciencia del Señor Jesús. Básicamente pronunció una profecía. Les dijo: Al entrar en Jerusalén, les va a salir al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganle hasta la casa donde entre este hombre. Una vez adentro, hablen con el dueño de la casa y díganle: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él les va a mostrar un gran aposento alto ya dispuesto; preparen allí la pascua. Asombroso. Tantos detalles juntos. El cumplimiento por el simple azar es prácticamente imposible. Sólo alguien como Dios quien conoce el futuro como si fuera el presente, pudo haber hecho así. El pasaje bíblico termina diciendo: Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua. En nuestro próximo estudio bíblico examinaremos lo que aconteció en la celebración.
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