Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Daniel. En nuestro último estudio bíblico, dejamos al mensajero de Dios, listo para entregar a Daniel una extraordinaria profecía sobre el futuro cercano como el futuro lejano del pueblo de Israel. Veamos lo que tenemos.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Daniel 11 a partir del versículo 2. Lo primero que notaremos es la profecía relativa al imperio medo-persa. Daniel 11:2 dice: Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia.
Como no podría ser de otra manera, lo que el ángel va a comunicar a Daniel, es la verdad, porque proviene de Dios y Dios no puede mentir. En cuanto al imperio medo-persa, habrá todavía tres reyes, y el cuarto rey será más grande que los tres anteriores. Sin embargo, su grandeza abrirá paso a su ruina, porque al hacerse fuerte con sus riquezas, arremeterá contra el reino griego, pero será derrotado. Esta profecía se cumplió a la perfección. Evis Carballosa lo resume de esta manera en su libro titulado Daniel y el Reino Mesiánico. Cuando esta revelación fue dada, Ciro era el rey del imperio medo-persa, con Darío el medo, reinando en Babilonia bajo la autoridad de Ciro. Los tres reyes referidos fueron Cambises II del 530 a 522 AC, luego Gautama o Seudo-Esmerdis, en el 522 AC y después de él, Darío I el grande, del 522 al 486 AC. Estos tres monarcas reinaron sucesivamente después de la muerte de Ciro. Cuando Darío I murió en el año 486 AC fue sucedido en el trono por su hijo Jerjes del 486 al 465 AC. Entre los años 481-480 AC Jerjes lanzó una masiva invasión contra Grecia. Después de algunas victorias iniciales, los griegos lograron infligir serias derrotas al ejército invasor y Jerjes se vio obligado a retirarse al Asia. En segundo lugar, tenemos la profecía sobre el imperio Griego y su más renombrado rey, Alejandro Magno. Daniel 11:3-4 dice: Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad.
Dan 11:4 Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros fuera de ellos.
Luego del dominio del imperio medo-persa, se va a levantar un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad. Se trata de Alejandro Magno, el rey del imperio Griego. Según Evis Carballosa, cuando apenas contaba con 20 años, Alejandro ascendió al trono de Macedonia. En el año 334 AC el joven monarca se preparó para lanzar una fulminante campaña militar que lo llevó a la supremacía del poder mundial y lo hizo señor de un vasto imperio. Si las conquistas de Alejandro fueron sorprendentes y súbitas, también lo fue su desaparición del escenario de la historia. De manera inesperada y cuando se hallaba en el cenit de su brillante carrera, Alejandro murió misteriosamente en la ciudad de Babilonia a la edad de 33 años. Al no haber dejado heredero, el imperio griego macedónico fue dividido entre cuatro famosos generales. Una de las cosas positivas de Alejandro Magno fue la gran simpatía que demostró hacia el pueblo judío. Después de la construcción de la ciudad de Alejandría, en el 330 AC, muchos israelitas se trasladaron a dicha ciudad y adoptaron allí la cultura helénica. Fue allí donde años más tarde se traduciría el Antiguo Testamento del hebreo al griego en la versión llamada la Septuaginta. Esa fue la Biblia generalmente usada por los apóstoles. En tercer lugar tenemos la profecía sobre las luchas entre Siria y Egipto, a raíz de la división del imperio Griego. Este pasaje bíblico abarca desde el versículo 5 hasta el versículo 35. Veámoslo por partes. Daniel 11:5-6 dice: Y se hará fuerte el rey del sur; mas uno de sus príncipes será más fuerte que él, y se hará poderoso; su dominio será grande.
Dan 11:6 Al cabo de años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo.
Las posiciones geográficas aparecen con relación a la tierra de Israel. El rey del sur, significa Egipto, al sur de Israel. El rey del norte significa Siria, al norte de Israel. Para comenzar, el rey del sur fue Tolomeo I Soter, quien gobernó Egipto desde el 323 hasta el 285 AC. El rey del norte era Seleuco I Nicanor, quien gobernó Siria del 312 hasta el 281 AC. Al cabo de años estos dos reyes hicieron una alianza. La alianza se efectuó por medio del matrimonio de la princesa egipcia Berenice, hija de Tolomeo II en el sur, con Antioco Teos, el divino, del norte. La única forma para que esta pareja pueda casarse era que Antíoco Teos primeramente se divorcie de su esposa Laodicea. Se trataba de un matrimonio político con el propósito de establecer una alianza entre los dos reyes. Pero las cosas no se dieron como se pensaba y la alianza entre los dos reyes terminó en desastre. Berenice no pudo retener el poder de ser la esposa del rey. Cuando murió su padre, no mucho tiempo después que se efectuó el matrimonio, Antioco Teos la abandonó y volvió con su primera esposa Laodicea. Aunque ella le recibió, jamás le perdonó que le hubiera abandonado para poder casarse con Berenice. En su corazón, Laodicea guardó la determinación secreta de vengarse. Tan pronto, pudo hizo asesinar a su esposo Antioco Teos y a Berenice. Así se cumplió a la perfección la profecía de Daniel. Con el trono vacante, Laodicea puso a su hijo Seleuco Calínico como rey de Siria. Pero las cosas no se tranquilizaron. Cuando se supo en Egipto que Berenice había sido asesinada, su hermano, Tolomeo III Evergetes decidió tomar venganza. Esto fue profetizado en Daniel 11:7-8 donde dice: Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su trono, y vendrá con ejército contra el rey del norte, y entrará en la fortaleza, y hará en ellos a su arbitrio, y predominará.
Dan 11:8 Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y por años se mantendrá él contra el rey del norte.
Tolomeo III Evergetes, condujo a su ejército al norte, hacia Siria, tomó el puerto de Antioquía, saqueó los templos y se llevó de regreso a Egipto grandes cantidades de oro y plata y los ídolos sirios. Pero esto tampoco logró poner fin a las luchas entre estos dos reinos. Esto fue profetizado en Daniel 11:9 donde dice: Así entrará en el reino el rey del sur, y volverá a su tierra.
Según A. C. Gaebelein, este versículo podría leerse de esta manera, Y el mismo, es decir el rey del norte, vendrá al territorio del rey del sur, pero retornará a su propia tierra. Esta profecía se cumplió cuando en el año 240 AC, Seleuco Calínico el rey del norte, invadió Egipto, pero regresó a su tierra derrotado a causa de que su flota marítima fue destruida en una tormenta. Las guerras prosiguieron como Daniel lo profetiza en el versículo 10 donde dice: Mas los hijos de aquél se airarán, y reunirán multitud de grandes ejércitos; y vendrá apresuradamente e inundará, y pasará adelante; luego volverá y llevará la guerra hasta su fortaleza.
Los hijos de aquel, se refiere a los hijos del rey sirio Seleuco Calinico. Estos fueron Seleuco III y Antíoco III. Los hijos se airaron por la derrota de su padre y juraron combatir hasta obtener la victoria. Uno de los hijos, Seleuco III era un príncipe débil e indisciplinado y murió prematuramente, pero su hermano Antíoco III fue aquel que reunió multitud de grandes ejércitos y vino apresuradamente e inundó y pasó adelante. Avanzó hasta Gaza, la fortaleza egipcia. Así fue como retornó victorioso a Siria. Los versículos 11-12 relatan otra escena de esta larga guerra. Daniel 11:11-12 dice: Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte; y pondrá en campaña multitud grande, y toda aquella multitud será entregada en su mano.
Dan 11:12 Y al llevarse él la multitud, se elevará su corazón, y derribará a muchos millares; mas no prevalecerá.
La humillante derrota hizo enfurecer al rey del sur y reunió fuerzas para tomar venganza contra el rey del norte. Con esta finalidad puso en campaña a una gran multitud, pero el rey del norte, siria, repelió el ataque también con una gran multitud. La batalla se dio en Rafia, no muy distante de la fortaleza de Gaza. El rey del sur prevaleció y esto hizo que Tolomeo IV Filopator se enorgullezca. A pesar de haber acabado con una multitud, Tolomeo IV Filopator no permaneció fuerte, o no prevaleció. Según la historia volvió a su tierra a celebrar la victoria y adoptó una vida disoluta y sensual. A partir de este momento, hubo un periodo de cómo trece años de cese de hostilidades. Durante este tiempo, el rey del norte se estaba reponiendo de la derrota y preparándose para un nuevo asalto, lo cual será tema de nuestro próximo estudio bíblico.
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