Reciban cordiales saludos amigos oyentes. Bienvenidos a un nuevo estudio bíblico en la epístola de Judas. La apostasía es severamente castigada por Dios. Para ilustrar este hecho irrefutable, Judas ha presentado tres ejemplos ampliamente conocidos por sus lectores. El primer ejemplo tiene que ver con la experiencia de Israel una vez que salió de la esclavitud de Egipto. A pesar de constatar personalmente el poder de Dios manifestado en diversas circunstancias, cuando iban a entrar en la tierra prometida, dudaron del poder de Dios y en incredulidad decidieron regresar a Egipto. Solamente dos personas mantuvieron firme su confianza en el Señor. Josué y Caleb. Como consecuencia, Dios los castigó haciéndolos vagar por el desierto 40 años hasta que todos los que tenían más de veinte años mueran en el desierto. La ruta por la cual Israel vagó quedó claramente marcada con las tumbas de los israelitas incrédulos. Cálculos conservadores afirman que durante esos 40 años deben haber muerto como un millón y medio de personas del pueblo de Israel. Esto significa que deben haber muerto un promedio de 100 personas por día. Prácticamente Israel pasó enterrando sus muertos durante esos 40 años. Qué triste y lamentable, pero así castiga Dios la apostasía. Luego Judas nos trajo el ejemplo de los ángeles que pecaron. A pesar de haber tenido un lugar de privilegio junto a Dios, estos ángeles se rebelaron contra Dios, no guardaron su dignidad y abandonaron sus propias moradas. ¿Cual fue la consecuencia de tamaño desatino? En el estudio bíblico pasado vimos que Dios los guardó bajo oscuridad en prisiones eternas, para el juicio del gran día. Es algo muy serio estar en una, posición de privilegio, y voluntariamente rechazar los beneficios de ello. Esto es exactamente lo que acontece con el apóstata. Está en una posición de privilegio al conocer la verdad del evangelio y morar entre verdaderos creyentes, pero inexplicablemente en algún momento da sus espaldas a toda la verdad que intelectualmente conoce y rechaza lo que antes pareció apoyar. El castigo de Dios no se hará esperar. El destino final será el lago de fuego donde están Satanás y sus ángeles. El tercer ejemplo es Sodoma y Gomorra y eso será materia de nuestro estudio bíblico de hoy.
Abra por favor su Biblia en la epístola de Judas, versículo 7. Dice así «como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno» Este texto nos habla de Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas. Consideremos entonces el antecedente de estas ciudades, el ambiente de estas ciudades y el abatimiento de estas ciudades. En cuanto al antecedente de estas ciudades, Génesis 10:19 nos informa que en ella habitaban los cananeos, descendientes de Canaán hijo de Cam. Cam fue uno de los hijos de Noé. Cam y su esposa fueron librados de perecer en el diluvio al entrar en el arca que Noé su padre habla construido. Este vínculo de los cananeos con Noé es muy interesante. Esto significa que los cananeos debieron haber tenido información acerca del poder de Dios y la verdad de Dios, de ninguna manera eran ignorantes del hecho que Dios aborrece el pecado del hombre y que justamente por ello el diluvio mató a todo el mundo excepto a ocho personas. Además de esto, en Génesis 13 encontramos que estas ciudades quedaban en la llanura del Jordán. Estaban rodeadas de verdes praderas y una tierra fértil. Esto fue justamente lo que hizo que Lot escogiera esta parte del territorio cuando se separó de Abraham. Adicionalmente, sabemos que estas ciudades fueron atacadas en algún momento de su historia por una confederación de naciones poderosas. Los reyes de estas naciones se llevaron a los habitantes de Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas en calidad de cautivos y entre ellos estaba Lot. Abraham el amigo de Dios se enteró de este asunto y con sus siervos atacó a esta confederación de naciones y libró a Lot y a los demás cautivos. El antecedente de estas ciudades nos muestra que en algún momento de su existencia conocieron al menos intelectualmente de Dios, vieron su poder cuando fueron librados de sus enemigos por medio de Abraham pero inexplicablemente dieron sus espaldas a todo esto. Consideremos por tanto el ambiente de estas ciudades. Judas dice que fornicaron y fueron en pos de vicios contra naturaleza. Una traducción literal afirma que fornicaron y fueron tras carne extraña. Fornicación significa todo tipo de inmoralidad sexual. Ir tras carne extraña habla de vicios que atentan contra la natural expresión de la sexualidad que ha sido establecida por Dios, esto es que un hombre tenga relaciones sexuales únicamente con la mujer con quien se ha casado. En Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas, el homosexualismo se habla generalizado. La gente pensaba que era algo natural, pensaban que era una expresión legítima de la sexualidad. Pero cuando se cansaron del homosexualismo, descendieron al bestialismo, a tener relaciones sexuales con los animales. Probablemente a esto se refiere la expresión que fueron tras carne extraña. Es decir amigos oyentes. No había límite para el desenfreno moral en Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas. ¿No le parece algo similar a lo que estamos viviendo en la actualidad? Vivimos en una sociedad que conoce al menos intelectualmente que Dios aborrece el pecado. Pero a pesar de ello, da rienda suelta a sus más bajas pasiones. El sexo prematrimonial es la norma. Niñas de apenas 12 años ya son activas sexualmente en los cinturones de miseria de las grandes ciudades. La homosexualidad ya no es un tabú. Mucha gente habla de ello como algo natural. Hasta se ha ordenado sacerdotes homosexuales en algunos segmentos del cristianismo. Pero no todo queda allí. Hoy vivimos aterrorizados ante la aparición del Síndrome de inmuno deficiencia adquirida Sida. ¿Cómo surgió este terrible mal? Una teoría afirma que el mal pasó de los simios al hombre cuando el hombre en su depravación moral tuvo relaciones sexuales con los simios. Definitivamente no estamos muy lejos de Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas. Ahora, no es que la gente no sepa que este cuadro macabro de inmoralidad, es contrario a los principios divinamente establecidos, lo saben muy bien, pero a pesar de ello se deleitan haciéndolo. Esto es apostasía. El apóstata sabe lo que es verdad, sabe lo que es bueno, pero voluntariamente, como dice Judas convierte en libertinaje la gracia de nuestro Dios. ¿Qué hará Dios ante todo esto? Pues lo que hizo con Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas. Génesis 19:24-25 dice «Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra» En la actualidad no existen más estas ciudades, según los arqueólogos, sus ruinas deben estar debajo de la parte sur del Mar Muerto. Sin embargo, según Judas, lo que pasó con estas ciudades es un ejemplo de la manera como Dios castiga la apostasía con su grosero desorden moral. Los apóstatas terminarán en el fuego eterno. Yo no sé cual será su caso mi amigo oyente. Pero si Ud. ha caminado ya por el fangoso sendero del pecado, cualquiera que este sea, a pesar de saber que eso es desagradable a Dios, yo le pido en el nombre del Señor que se detenga y observe. Mire que Dios aborrece el pecado pero ama al pecador. Fue tal su amor hacia Ud. que él envió a su Hijo a morir en el lugar que a Ud. le corresponde. Cristo ya pagó la deuda que el pecado suyo ha ocasionado mi amigo. Para ser salvo y quedar totalmente perdonado, Ud. solamente tiene que confiar en Cristo como su Salvador. El ya hizo todo para que Ud. sea salvo, no espere más, reciba por la fe a Cristo como su Salvador y Ud. será una nueva criatura en Cristo.
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