Severa advertencia en contra de un creyente que lleva a juicio a otro creyente

Damos gracias al Señor por la oportunidad de compartir este tiempo junto a usted. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Seguimos estudiando la primera epístola de Pablo a los Corintios en la serie que lleva por título: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. En instantes más nos acompañará David Logacho para guiarnos en el estudio de la primera parte del capítulo 6, en la cual el apóstol Pablo hace una severa advertencia en contra de un creyente que lleva a juicio a otro creyente.

La iglesia en Corinto estaba atravesando por una terrible crisis. Las divisiones internas estaban a la orden del día, se estaba tolerando la inmoralidad sexual dentro de la iglesia local y como si esto fuera poco, los hermanos que tenían conflictos no resueltos entre ellos estaban recurriendo a las cortes mundanas para buscar justicia.

Esto último crea el ambiente para que Pablo exprese su parecer guiado por el Espíritu Santo. Abramos pues nuestras Biblias en 1 Corintios 6:1-11.

En este pasaje bíblico encontramos la práctica desafiada en el versículo 1 y la práctica desacreditada en los versículos 2 a 11.

Veamos pues de qué se trata. Primero, la práctica desafiada. 1 Corintios 6:1 dice: «¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?»

Estas palabras nos muestran el estado de ánimo de Pablo. Estaba realmente disgustado por lo que estaba pasando en la iglesia en Corinto. Para Pablo era algo osado, o algo atrevido, o algo inclusive impensable, el que, cuando un creyente tiene algo contra otro creyente, uno de los dos lleve al otro a un juzgado para que un juez incrédulo administre justicia.

Ir a juicio delante de los injustos significa que un creyente ha hecho una demanda legal en contra de otro creyente. Es inevitable que entre creyentes haya disputas que no pueden ser arregladas entre las dos partes en conflicto, pero esto no debe ser motivo para que uno de ellos lleve al otro a juicio.

De las palabras de Pablo, cuando habla de haber ido delante de los santos, se concluye que lo aconsejable cuando no se pueden resolver conflictos entre dos creyentes es llevar el caso a otros creyentes que sean maduros espiritualmente hablando, de modo que sean ellos quienes conozcan el caso y fallen a favor de uno o de otro.

No importa las razones que se esgriman, no importa la injusticia que a nuestro criterio otro creyente está cometiendo en contra nuestra, siempre será algo horrendo el llevar a juicio a otro creyente y los que lo hacen algún día tendrán que dar cuenta a Dios por haber pisoteado su Palabra.

Una vez que esta práctica en la iglesia de Corinto ha sido desafiada, el apóstol Pablo prosigue a desenmascarar esta práctica.

Consideremos pues la práctica desenmascarada. A través de tres interrogantes que comienzan con un ¿no sabéis? El apóstol Pablo va a desenmascarar esta terrible práctica.

Primero por la gran responsabilidad de los creyentes con respecto a los incrédulos. 1 Corintios 6:2 dice: «¿O no sabéis que los santos han de juzgar el mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?»

Cuando en este versículo, como en el anterior, se habla de los santos, se está refiriendo a los creyentes. Los creyentes corintios, al igual que los creyentes en cualquier parte del mundo en cualquier época, mientras la iglesia de Cristo esté en este mundo, deben saber que algún día van a estar juzgando al mundo. Esto acontecerá durante el reino milenial de Cristo.

Observe lo que dice Mateo 19:28 «Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel»

Es decir que por cuanto los creyentes colaborarán con Cristo para juzgar al mundo en el reino milenial, son ellos, los creyentes, los más indicados para resolver los asuntos comparativamente insignificantes que surgen entre los creyentes, porque ellos están más que capacitados con la verdad, con el Espíritu Santo, con los dones y con los recursos que tienen en la actualidad en Cristo.

Es absurdo por tanto que los creyentes se encuentren llevando sus conflictos a los tribunales del mundo para que sean los incrédulos quienes busquen una solución.

Segundo, por la gran responsabilidad de los creyentes con respecto a los ángeles. 1 Corintios 6:3-8 dice: «¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo, ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos»

La Biblia declara que los ángeles caídos o demonios están esperando un juicio. 2 Pedro 2:4 dice: «Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio.»

Cristo Jesús será el Juez, pero los creyentes glorificados estaremos colaborando con él. Esto acontecerá al final del reino milenial de Cristo. Siendo que a los creyentes nos espera esta misión tan importante, ¿acaso no podemos juzgar los conflictos domésticos, o de esta vida, que surgen entre dos creyentes? Por supuesto que sí.

Es absurdo una vez más que un creyente busque a un juez incrédulo para que administre justicia en un litigio con otro creyente. Al llevar a un juicio a un creyente, los creyentes corintios estaban pidiendo que los que son de menor estima en la iglesia administren justicia. Los que son de menor estima en la iglesia son los incrédulos.

¿Cómo se puede esperar que ellos emitan fallos justos, cuando ellos mismos son injustos por naturaleza? Totalmente desconcertado por la práctica de los corintios, dice por tanto Pablo: ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes? Al contrario, un hermano demanda a otro, y esto ante los incrédulos. Esto era totalmente inadmisible. En verdad ya es demasiado que tengan litigios entre ustedes, pero peor todavía que vayan a juicio ante los incrédulos.

Pero Pablo va más allá. Dice algo como esto: Si les cuesta mucho encontrar a algún creyente sabio que juzgue en los litigios entre ustedes, yo les ofrezco una alternativa mejor que recurrir a un juicio ante los incrédulos. Es muy sencilla. ¿Por qué mas bien no soportan esa injusticia? ¿Por qué más bien no soportan el que el otro les defraude? Eso sería una señal de madurez espiritual en ustedes.

Pero ¡Qué va! Eso es pedir demasiado, porque son ustedes los que defraudan y cometen injusticias. Y conste que son hermanos.

La tercera interrogante aparece en 1 Corintios 6:9-11 donde dice: «¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.»

Es absurdo buscar a los incrédulos para que ellos resuelvan los problemas entre dos creyentes, porque simple y llanamente los incrédulos no tienen arte ni parte en el reino de Dios en el cual los creyentes tienen parte activa.

Pablo dice: Mire a los incrédulos, algunos son fornicarios. Eso significa que no tienen ningún respeto por la vida en pureza sexual. Algunos son idólatras. Eso significa que adoran y se arrodillan ante las estatuas o las imágenes. Algunos de ellos son adúlteros. Eso significa que son infieles a sus cónyuges. Algunos de ellos son afeminados. Esto significa que no están conformes con su sexo masculino y actúan como si fueran del sexo femenino. Algunos de ellos se echan con varones. Eso significa que son homosexuales. Algunos de ellos son ladrones. Eso significa que hacen suyo lo que no les pertenece. Algunos de ellos son avaros. Eso significa que tienen un deseo enfermizo por más de lo que tienen. Algunos de ellos son borrachos. Eso significa que se dejan controlar por el alcohol. Algunos de ellos son maldicientes. Eso significa que tienen un vocabulario soez y violento. Algunos de ellos son estafadores. Eso significa que engañan para sacar provecho personal. No se equivoquen, dice Pablo, personas así no heredarán el reino de Dios.

¿Cómo pretenden entonces involucrar a personas de este tipo, en los asuntos propios del reino de Dios donde están ustedes? Claro, dice Pablo, antes de recibir a Cristo como Salvador, ustedes también eran como ellos, pero no olviden que ahora son diferentes. Ahora han sido lavados.

Esto se refiere a la nueva vida por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu, según lo que dice Tito 3:5. Ahora han sido santificados. Esto se refiere tanto a una santificación posicional, como a una santificación progresiva, y a una santificación final. Ahora han sido justificados. Esto se refiere a una nueva posición ante Dios, en la cual el creyente es vestido con la justicia de Cristo. Por medio de su muerte, Cristo pagó toda la deuda que el pecador tiene con Dios. De esta manera el pecador que ha recibido a Cristo como Salvador es declarado justo por Dios.

Todo esto, me refiero a esta transformación que ha experimentado el creyente, al haber sido lavado, santificado y justificado ha sido hecho en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. Esto significa con la autoridad suprema de Cristo Jesús y mediante la obra regeneradora del Espíritu Santo.

En conclusión, amable oyente, desde cualquier ángulo que se lo mire, un creyente no debe jamás llevar a juicio a otro creyente. La desobediencia de este principio no sólo afecta el testimonio del desobediente sino afecta el testimonio de la iglesia y lo que es peor afecta el buen nombre de Cristo Jesús. ¡Ay de los que pisotean esta verdad importante!

LA BIBLIA DICE… es un ministerio sin fines de lucro, que se mantiene gracias a las oraciones y ofrendas de los hermanos que comprometidos con la gran comisión han decidido apoyarnos, si Usted desea tener parte en esto, contáctese con nosotros para indicarle la forma de hacerlo y… antes de finalizar el programa de hoy quiero invitarle a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DÍA Mateo 21:7 afirma que en la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén se uso un asna y un pollino. Pero Marcos 11:7 afirma que solamente se usó un pollino. ¿Puede aclarar esta contradicción? Nuestra dirección es: labibliadice.org Bendiciones y le esperamos en nuestro próximo programa.

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