Cómo un buen ministro de Jesucristo debe tratar a los diferentes segmentos de la congregación en una iglesia local

Qué bueno que podemos estar juntos nuevamente, amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy en la primera epístola de Pablo a Timoteo. Este estudio bíblico es parte de la serie titulada: Claves para ser un buen ministro de Jesucristo. En esta oportunidad vamos a examinar la manera como un buen ministro de Jesucristo debe tratar a los diferentes segmentos de la congregación en una iglesia local.

Saber como tratar a los demás es clave para una buena convivencia en el hogar, en el trabajo, en el vecindario y ciertamente en la iglesia local. La falta de tino, amabilidad, sabiduría, en el trato a los demás causa heridas profundas que pueden alterar la armonía en una iglesia local. Un buen ministro de Jesucristo es aquel que sabe como tratar a los diferentes segmentos de la congregación. Sobre esto justamente trata el pasaje bíblico a partir de 1 Timoteo 5. En el versículo 1 encontramos el trato que un buen ministro de Jesucristo debe dar a los ancianos y a los jóvenes. La Biblia dice: No reprendas al anciano,  sino exhórtale como a padre;  a los más jóvenes,  como a hermanos;
Como líder en la iglesia en Efeso, Timoteo debía realizar un trabajo pastoral con toda la congregación. Algunos de la congregación eran ancianos. La palabra anciano, en este caso, no se refiere a un pastor u obispo, sino a una persona de avanzada edad. Con esto en mente, Pablo ordena a Timoteo que no reprenda al anciano. La idea de esta expresión no es que Timoteo ignore o tolere el pecado de un hombre de edad en la congregación. La idea es que Timoteo no reprenda con dureza o con brusquedad a un hermano de edad avanzada en la congregación. Lo que Timoteo debía hacer es exhortar al anciano como a padre. El verbo exhortar, es la traducción del verbo griego “parakaléo” que literalmente significa colocarse al lado de alguien para ayudarle. Este verbo en forma sustantivada se usa para referirse al Espíritu Santo, el Paracletos, el que está al lado de todo creyente para ayudar. Al oír el verbo exhortar, el cuadro que debe formarse en la mente es de una persona que se acerca a otra y una vez al lado de ella, comienza a hablarle sobre algo extremadamente importante. Timoteo debía reprender al anciano de esta manera, con mucho tino, acercándose a él, con respeto, como si fuera su propio papá. Esto es tan diferente de lo que se estila en muchas iglesias locales, cuando los pastores maltratan verbalmente a los hermanos de edad avanzada que por desgracia han cometido alguna falta. Pero entre la congregación, además de hermanos de edad avanzada, había también hermanos jóvenes y algunas veces estos hermanos jóvenes cometían alguna falta y necesitaban ser reprendidos. ¿Cómo debía reprender Timoteo a estos hermanos jóvenes? Pablo ordena a Timoteo que a los jóvenes debe exhortarlos como a hermanos. Esto significa que al reprender a los jóvenes, Timoteo no debía adoptar una actitud de superioridad sobre ellos, sino con compasión, con amor, como cuando uno aconseja a un hermano de sangre. Tal vez Gálatas 6:1 resume muy bien lo que Pablo debió haber tenido en mente. La Biblia dice: Hermanos,  si alguno fuere sorprendido en alguna falta,  vosotros que sois espirituales,  restauradle con espíritu de mansedumbre,  considerándote a ti mismo,  no sea que tú también seas tentado.
De modo que como obispo, pastor o anciano, Timoteo debía reprender al de edad avanzada exhortando como si fuera su papá, y debía reprender al joven exhortando como si fuera su hermano. Pero en la congregación debe haber habido también mujeres de edad, o ancianas y mujeres jóvenes que por alguna razón necesitaban ser reprendidas por Timoteo. De esto se ocupa 1 Timoteo 5:2. La Biblia dice: a las ancianas,  como a madres;  a las jovencitas,  como a hermanas,  con toda pureza.
Las ancianas, o mujeres de edad, no están libres de cometer algún desliz en su vida cristiana y como es lógico, es necesario que sean reprendidas por los líderes de la iglesia local, pero esto debe manejarse con mucho cuidado. El mandato de Pablo a Timoteo es que reprenda a las mujeres de edad exhortándolas como si fueran su madre. Cuando un líder en una iglesia local tiene que confrontar a una anciana debe mentalizarse como si fuera a hablar con su mamá y esto resultará en una confrontación con respeto, con amor, con comprensión y con la verdad. En cuanto a las mujeres jóvenes, o a las jovencitas en la congregación, la manera de reprenderlas es exhortándolas, o poniéndose junto a ellas para ayudar, como si se tratara de las propias hermanas de Timoteo. En este caso, el de las jovencitas de la congregación, Pablo añade un elemento más cuando dice: Con toda pureza. Esto habla de la pureza en el área sexual. Desgraciadamente no son pocos los casos cuando obispos, pastores o ancianos han irrespetado este principio en el trato con las jovencitas de la congregación, y se han excedido en su trato con ellas, lo cual en algunos casos ha conducido a infidelidades y en otros a poner en entredicho la integridad moral de un líder espiritual. Cuando un líder de una iglesia local va a hablar con una jovencita de la congregación, jamás debe hacerlo a solas. Si es casado, ese líder debería pedir a su esposa que esté presente en la reunión y si es soltero debería pedir que alguna hermana madura en la fe esté presente en la reunión. Usted no se imagina amable oyente la cantidad de casos de pastores que han caído en el pecado de fornicación o adulterio a raíz de una cita de consejería en la cual no se tomaron las debidas medidas de precaución para evitar dar ocasión a la carne. Existen ocasiones en las cuales la mujer que necesita consejo exige que su caso no sea escuchado por nadie más que por un pastor o anciano y si esto llegara a darse la reunión debería tener lugar en un lugar en el cual los dos estén al alcance las miradas de otros pero lo suficientemente aislados como para que los otros no puedan oír la conversación. Cualquier medida que se tome para evitar el engaño del pecado o inclusive dar ocasión para que alguien imagine cosas que no son, será bienvenida. Así que, amable oyente, un buen ministro de Jesucristo debe ser cuidadoso en el trato con los diferentes segmentos de la congregación. Los hermanos de edad deben ser reprendidos exhortándolos como si fueran el papá. Los hermanos jóvenes deben ser reprendidos exhortándolos como si fueran hermanos de padre y madre. Las hermanas de edad deben ser reprendidas exhortándolas como si fueran la mamá. Las hermanas jóvenes, o las jovencitas deben ser reprendidas exhortándolas como si fueran hermanas de padre y madre, con toda pureza, es decir en absoluta santidad. A continuación Pablo describe la manera como Timoteo debía tratar a las viudas. ¿Por qué toda una sección dedicada a las viudas? Pues porque deben haber sido muchas en la iglesia en Efeso, a lo mejor por el elevado número de hermanos en la fe que morían como mártires del evangelio. En cuanto a las viudas, Pablo comienza la sección dedicada a ellas, con una declaración de carácter general. 1 Timoteo 5:3 dice: Honra a las viudas que en verdad lo son.
Dos cosas importantes surgen de este texto bíblico. En primer lugar, Timoteo debía honrar a las viudas. Esto de honrar no se refiere solamente a tener respeto y consideración hacia ellas, sino también a la provisión de sustento material, bien sea en dinero o en alimentos, o en vestido, o en vivienda, o en cuidados de diversa índole. En segundo lugar, la obligación de Timoteo era honrar solamente a un grupo determinado de viudas, no a todas las viudas en general. Pablo define a este grupo determinado de viudas que debían ser honradas por Timoteo como las viudas que en verdad lo son, porque debe haber habido algunas viudas que aunque lo eran, sin embargo no cumplían con los requisitos que Pablo había establecido para que sean honradas por Timoteo y por cualquier obispo, anciano o pastor en cualquier iglesia local. Más adelante en el texto bíblico en este mismo capítulo, Pablo determina los requisitos para que las viudas puedan ser consideradas como viudas que en verdad lo son. Es muy interesante que en su fase temprana, la iglesia ya mostraba un interés profundo por el bienestar no sólo espiritual sino también material de hermanas que por cosas de la vida habían llegado a formar parte de lo que hoy se conoce como un grupo en riesgo. Claro, mientras el esposo vivía, él era el llamado a satisfacer las necesidades del hogar, pero cuando el esposo moría, la viuda ya no podía contar con el sustento material que él proporcionaba y tenía que valerse por sí sola, con la gran responsabilidad de criar hijos todavía pequeños en algunos casos. La iglesia no debe ignorar a este grupo en riesgo, sino que debe hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar, o como dice Pablo para honrar a las viudas que en verdad lo son. Hoy en día también, con mayor razón, la iglesia debería proteger a las viudas que en verdad lo son, porque la iglesia local es como una gran familia en la cual cada miembro debería preocuparse por los demás. En muchos casos, la iglesia tiene temor de ir al extremo de volcar todo su esfuerzo a atender una necesidad social en desmedro de lo espiritual, pero al hacerlo, va al otro extremo de volcar todo su esfuerzo a atender la necesidad espiritual y olvida la necesidad social. Un sano equilibrio debería ser lo aconsejable, así como Pablo instruye a Timoteo en el asunto de honrar a las viudas que en verdad lo son.

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