Cuando las palabras no son suficientes para enseñar

Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. No hay lugar a dudas en cuanto a que el ejemplo es una gran herramienta para enseñar muchas cosas. Cuando las palabras no son suficientes para enseñar algún principio, el ejemplo obra maravillas para enseñar ese principio. Es el poder del ejemplo. Esto es justamente lo que estaba pasando en la iglesia de Tesalónica. Pablo había enseñado en su primera carta a los Tesalonicenses que procuren tener tranquilidad y que se ocupen en sus negocios y que trabajen con sus manos de la manera que les mandó, pero como afirma el dicho, este principio les entró por una oreja y les salió por la otra. Ante esto, Pablo va a echar mano del poder del ejemplo para enfatizar el principio que les había enseñado anteriormente. Esto es el tema de nuestro estudio bíblico de hoy.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en 2 Tesalonicenses 3:7-10. Como antecedente, Pablo exhortó a los creyentes de Tesalónica a que se aparten de todo hermano que ande desordenadamente, y no según las enseñanzas que recibieron de él. Andar desordenadamente se refiere, en este caso, a dejar de trabajar y vivir a costilla de otros con el pretexto de que el Señor está por venir. La palabra que se ha traducido como “desordenadamente” literalmente significa un soldado que no marcha al ritmo de los demás soldados sino que marcha a su propio ritmo. Pablo utiliza este término para describir a alguien que no hace lo que todos deberían hacer, esto es trabajar, sino que pretende vivir sin trabajar. Dios no tolera a los ociosos, amable oyente. No existe justificación válida alguna para los ociosos. El apóstol Pablo fue un gran ejemplo de una persona que no andaba desordenadamente y por eso tenía toda la autoridad para exhortar a los creyentes de Tesalónica a que imiten su ejemplo. Note que Pablo no era el tipo de persona que dice: Hagan lo que yo digo sin mirar lo que yo hago. De ninguna manera, Pablo dice: Miren lo que yo hago e imiten mi ejemplo. Así debemos conducirnos los que enseñamos la Biblia. En 2 Tesalonicenses 3:7, Pablo exhorta a los creyentes de Tesalónica a imitar su ejemplo. La Biblia dice: Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
Pablo no anduvo desordenadamente cuando estuvo entre los Tesalonicenses. Esto fue muy obvio para ellos. Ellos lo sabían perfectamente. Ese es el ejemplo que debían imitar. Tal vez alguien podría pensar que a lo mejor Pablo se jactaba de sus propios logros al pedir a los creyentes de Tesalónica que le imiten. Pero no es así de ninguna manera, porque antes de pedir a los creyentes de Tesalónica que le imiten, Pablo se aseguró muy bien de que él primeramente estaba imitando a Cristo. Note lo que dice 1 Corintios 11:1 Sed imitadores de mí,(A) así como yo de Cristo.
No hay mejor ejemplo que Cristo, amable oyente, y si alguien está imitando a Cristo, es también un gran ejemplo para que otros le imiten. Luego de exhortar a los creyentes de Tesalónica a que le imiten, no andando desordenadamente, Pablo explica la manera como él no andaba desordenadamente. 2 Tesalonicenses 3:8 dice: ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
La forma ordenada de conducirse de Pablo tenía que ve con no vivir a costilla de nadie. Por eso dice no comió de balde el pan de nadie. Esto significa que no comió el pan de nadie sin pagar. ¿De dónde sacaba el dinero para pagar su propia comida? El texto dice que él, y los que con él estaban, trabajaron con afán y fatiga día y noche. Esto es notable. Pablo tenía mucho que hacer en la obra del Señor, llámese evangelizar, discipular, enseñar, visitar y todo esto en medio de una atmósfera hostil porque no todos estaban contentos con la predicación de Pablo, pero encima de esto, trabajó con tesón para ganar su propio pan. El trabajo era extenuante, a esto se refiere Pablo cuando dice que trabajó con afán y fatiga. Además de extenuante, el trabajo era sin horario. Pablo tuvo que sacrificar horas de sueño porque trabajó no sólo de día sino también de noche. La meta de Pablo era no ser gravoso a ninguno de los creyentes de Tesalónica. Pablo no quería de ninguna manera ser una carga para los creyentes de Tesalónica. Qué ejemplo tan notable amable oyente, especialmente cuando vivimos en un mundo caracterizado por un afán desmedido de obtener ganancias deshonestas por parte de tantos “siervos de Dios” entre comillas. La triste realidad es que hoy en día, un buen número de pastores, ya no viven para las ovejas, sino que viven de las ovejas. Sólo hace falta mirar el estilo de vida de los predicadores del evangelio de la prosperidad, para constatar esta lacerante realidad. Pablo fue tan diferente. Pablo ganó su propio pan con el sudor de su frente, trabajando con afán y fatiga día y noche. Lo que acaba de exponer Pablo podría prestarse para algún mal entendido, al pensar que ningún siervo de Dios debería ser sostenido económicamente por la iglesia. La Biblia enseña que los que se dedican a servir al Señor en una iglesia deberían recibir su sustento económico de la iglesia, para vivir dignamente. Note lo que dice 1 Timoteo 5:17-18 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
1Ti 5:18  Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla;(A) y: Digno es el obrero de su salario.(B)
Este es un derecho de los que se dedican a servir al Señor. El mismo Señor Jesucristo lo ordenó, según 1 Corintios 9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.(D)
Pero siendo así, ¿Por qué entonces Pablo tuvo que trabajar con afán y fatiga para comer su propio pan? Pues Pablo expone su razón en 2 Tesalonicenses 3: 9-10. La Biblia dice: no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
2Th 3:10  Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Observe que Pablo asevera que tenía el derecho de ser sustentado económicamente por la iglesia en Tesalónica, pero voluntariamente y gustosamente, cedió este derecho porque tenía un propósito importante en mente. El propósito era dejar un ejemplo para los creyentes de Tesalónica para que lo imiten. El ejemplo era que cada creyente debe ganar su propio pan trabajando con afán y fatiga día y noche. El ejemplo de Pablo debía ser imitado en especial por algunos creyentes en Tesalónica que se dejaron arrastrar por una falsa doctrina, según la cual, la iglesia había entrado en la tribulación y muy pronto iba a venir el Señor Jesús para establecer su reino en la tierra. Con esto en mente, estos creyentes pensaron que no había razón para trabajar. Así que, se dedicaron al ocio y como no tenían dinero ni para comer, comenzaron a vivir a costilla de otros hermanos en la fe que ganaban su propio pan trabajando honestamente. La ociosidad jamás va a ser bien vista por Dios amable oyente. Pablo además sabía que los creyentes podemos fácilmente ser objeto de abuso de parte de otros creyentes ociosos. Usted sabe: Pobrecito, está sin trabajo, no tiene que comer, no tiene donde vivir, así que lo recibo en casa y le doy de comer. Al hacer esto, estamos siendo cómplices de alguien que no tiene trabajo no porque no hay trabajo sino porque no quiere trabajar. Pablo nos muestra cómo debemos tratar a los creyentes que pudiendo trabajar y ganar su propio pan, sin embargo, son gravosos para otros creyentes, comiendo gratis. Pablo simplemente dice: Recuerden lo que les enseñamos cuando estábamos entre ustedes. Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Note que no se trata de alguien que por alguna razón legítima no está trabajando, sino de alguien que pudiendo trabajar, ha decidido no hacerlo, digamos de un ocioso. En este caso, entonces, los creyentes no debemos permitir que alguien así saque provecho de nosotros. Al igual que Pablo deberíamos decir: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. De modo que, amable oyente, Pablo nos deja un gran ejemplo de lo que es vivir ordenadamente. A pesar de que tenía todo el derecho para recibir su sustento económico de la iglesia de Tesalónica, sin embargo no hizo valer su derecho porque quería dejar un ejemplo a los creyentes en Tesalónica, en cuanto a ganar el pan diario con el sudor de la frente. No hay lugar para los ociosos en el reino de Dios.

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