El Evangelio y los Padres Pt. 4

Hola amigo, amiga oyente, estamos involucrados en una serie sobre la importancia del evangelio en los padres y hay algo con lo que quiero empezar este día, quiero que medites en ello y lo pongas por obra, porque aquí es cuando hay mucho en juego en nuestra relación con Dios; nuestros hijos necesitan ver lo que significa someterse a una autoridad amorosa en Dios. Tus hijos te conocen como padre antes de que conozcan a Dios como Padre y como resultado, la forma en que les muestras cómo es un padre tiene enormes implicaciones sobre cómo un día deseas que se sometan a Él como Padre. La sumisión de tu esposa hacia ti, siguiendo tu liderazgo amoroso, necesita enseñar a tus hijos cómo es la iglesia en sumisión a Cristo. Es por eso por lo que esto es tan importante, no solo por nuestro bien, sino por el bien de la gloria de Dios.

Esta es una de esas partes en las que me he preguntado sobre lo que Colosenses 3:21 dice, cuando leemos: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. ¿Qué significa eso? ¿Por qué de todas las cosas que podría haber dicho Pablo, él dice esto? Pues bien, esto es una advertencia para los padres, él dice, “cuando entrenes a tus hijos disciplínalos con amor para que los lleve hacia Dios, no con un enojo que los aleje de Dios”.

Bien, podríamos tener todo tipo de debates sobre cómo disciplinar a nuestros hijos. Podría dar un montón de ideas y estaría en un montón de problemas con la mitad de quienes me escuchan. Hay todo tipo de discusiones sobre cómo disciplinar. La pregunta es, ¿por qué disciplinar? Y antes de contestar a eso, sólo quiero decirte que la disciplina es obligatoria. Efesios 6: 1 no dice que los padres deben obedecer a los hijos porque esto mantendrá las cosas bien en casa y hará que el hogar sea pacífico. Eso no es lo que dice. La realidad es que disciplinamos porque queremos estimular a nuestros hijos hacia Dios, no lejos de Dios, eso es lo que las Escrituras enseñan.

Por favor, escucha esto, cuando se trata de disciplina, las Escrituras dicen que hay una clase de disciplina que provoca un espíritu de enojo en los niños. Ahora, obviamente, hasta cierto punto, ningún niño está contento cuando se los disciplina. Sin embargo, hay un riesgo con todo esto, y es que, puede suceder que un hijo termine de escuchar este programa y use esto a su favor, entonces, cuando su padre le pide que haga algo que él no quiere hacer, comienza a enojarse y dice: “mamá, papá, ¿recuerdan el capítulo 6 de Efesios? No me digan que hacer porque me estoy enojando”. Eso no es lo que dicen las escrituras y eso se llama abuso de las Escrituras. Así que, hijo o hija que me escuchas, ni siquiera intentes hacer eso porque eso no es lo que Efesios 6 está enseñando.

En cambio, está diciendo que disciplinemos a nuestros hijos, no por enojo porque no cumplen con nuestras ordenes sino, por amor porque están perdiendo el patrón de Dios para sus vidas y allí hay una gran diferencia con el tipo de disciplina que Hebreos 12 nos enseña. Te animo a que veas y estudies todo el capítulo 12 de Hebreos, ahí se habla sobre cómo Dios nos disciplina. Así que, cuando lo leas, pregúntate: ¿cómo Dios me disciplina? y ¿cómo me enseña eso a disciplinar a mis hijos? Ahora vamos a leer solo un poco de este capítulo, así que, toma tu Biblia y acompáñame a Hebreos 12 versos del 3 al 8, la Biblia dice: “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos”.

¿Lo ves? Ese es un tipo de disciplina de amor. Y la realidad es que disciplinamos a nuestros hijos no porque deseemos que esto o aquello sea controlado en su vida por nosotros y, por lo tanto, tenemos que dominarlos, no. Los disciplinamos porque Dios dice que les irá bien a los niños que obedecen a sus padres.

Dios sabe que los niños necesitan ver una representación visible de la autoridad en sus vidas para que no se rebelen. Así aprenden que no es bueno rebelarse contra la autoridad porque cuando llegan al conocimiento de Dios, necesitan saber muy claramente que no es bueno rebelarse contra su autoridad. Eso tiene mucho sentido. Queremos enseñarles, entrenarlos con amor para que cuando desobedezcan, sean disciplinados y entrenados para que vuelvan a alinearse con esa imagen completa, de modo que cuando Dios los disciplina, no se rebelan contra Él y así evitamos que ellos no se rebelen contra su autoridad y en su lugar, se alinean con lo que Dios dice que es lo mejor para ellos. Así que disciplina a tus hijos con amor que los lleve hacia Dios. No con ira que los aleje de Él.

Pablo les dice a los padres y madres, que ustedes serán responsable ante Dios. Si ha provocado un espíritu de enojo en su hijo, si hay un espíritu de resentimiento en tu hijo que proviene del enojo que le ha demostrado en tu disciplina, Dios te responsabilizará de ello, así que no seas duro con tus hijos.

Efesios 6 nos está advirtiendo que seamos muy, muy cuidadoso. Ojalá en este momento tuviera a mi papá aquí para agradecerle el tipo de disciplina que me dio. Él me disciplinó muy fuerte, recuerdo momentos vívidos, conmovedores, momentos poderosos de disciplina, pero al mismo tiempo, nunca hubo ira en su disciplina. Mi padre me disciplinó para educarme, para edificarme con amor, para que alabe a Dios y me condujera hacia mi Padre Dios. Esta es la manera en que guiamos a nuestros hijos, dice la Escritura. Instruirlos, impregnar la Palabra sobre ellos y entrenarlos.

Ahora, Efesios 6, se dirige específicamente a los niños. Quiero recordarte lo que la Palabra te dice en Efesios 6. Verso 1, eres hecho por Dios. Ahora esto parece muy simple, pero quiero que me sigan porque esto es fundamental. Tú eres hecho por Dios. Segundo, eres responsable ante Dios. Efesios 6, verso 1 dice: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”. En otras palabras, Dios dice: “esta es mi ley, esto es correcto, esto no es una sugerencia, es lo que mando”. Y quiero que me escuches muy atentamente, si eres un adolescente o un niño, por favor escucha muy de cerca esto, tú vives en una cultura egocéntrica que está tratando de convencerte de que eres el centro de tu universo y que eres el objeto de tu propia adoración y que la vida es lo mejor para ti. Eso es en lo que la gente está gastando miles de millones de dólares para tratar de que compres y no es cierto.

Niño, estudiante, tú eres responsable ante el Dios del universo. Él te ha hecho y tú eres responsable ante Él por tu vida. Entonces, cuando miramos en este pasaje, hablar sobre tu relación con mamá y papá, en realidad vemos que tu relación con ellos, siempre afecta tu relación con Dios. Nunca puedes desconectar tu relación con mamá y papá de tu relación con Dios. Cómo respondes a mamá y papá es una indicación de cómo respondes a Dios. Quiero que te aferres a esto porque lo que tenemos aquí son algunos mandamientos que les da a los niños. Empecemos:

Mandamiento número uno, “Honra a tu padre y a tu madre” “Honra” esta es una palabra que literalmente dice que los niños deben respetar a sus padres, valorarlos, estimarlos, atribuye valor a ellos, ámalos. La falta de respeto hacia los padres no es una opción ante Dios. No es una opción en ninguna circunstancia. Esa es la imagen aquí. Ahora, Efesios 6 va un poco más claro de lo que era el Antiguo Testamento. Levítico 20: 9 dice: “Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá”. Dios toma esta imagen muy en serio y Efesios 6 le dice a cada adolescente, a cada niño: “en tu corazón, en tu vida ¿realmente estás respetando a tus padres? Cuando piensas en tus padres, ¿es el respeto lo que sale de tu corazón? ¿Es el honor lo que brota de tu corazón?” Y tú puedes estar preguntando, “bueno, y yo ¿cómo lo sé?” entonces, esa pregunta nos lleva al segundo mandamiento.

Segundo, “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo” Obedece a tus padres con tus acciones. ¿Cómo sabes si estás honrando? Mira lo que estás haciendo. Honra a tu padre y a tu madre. «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres«. Esta es una gran palabra. Es una palabra compuesta en el Nuevo Testamento que une dos palabras. La primera palabra es escuchar. La segunda palabra es estar bajo autoridad y, literalmente dice escuchar bajo autoridad. Entonces, ¿Qué implica el obedecer a tus padres?

Número uno, escucha lo que dicen. Ahora esto es enorme. No estoy tan desconectado de la adolescencia y sé que hay un cambio completo que tienes que controlar. Dios dice que escuches, escucha el consejo de tus padres. Escucha las palabras de tus padres. Escucha los mandamientos de tus padres. Dios dice que esto da gloria a su nombre. Escucha lo que dicen. Y segundo para estar bajo autoridad. Entonces, obedeces a tus padres con tus acciones, escuchando lo que dicen y haciendo lo que dicen. Ahora, no voy a pretender que esto siempre es fácil. No pretenderé que esto sea siempre comprensible, ni siquiera pretenderé que Dios está diciendo aquí, que todo lo que tus padres te digan que hagas te va a gustar. De hecho, aquí hay una imagen de entrenamiento y disciplina, y sé que esta no fue la mejor noticia que pudimos recibir, pero escúchenla niños, adolescentes.

Dios espera que hagas cosas que no quieres hacer en obediencia a tus padres. Dios te espera, te ordena. Esta es la imagen que honra a tu padre y a tu madre; obedécelos y no hay notas a pie de página en el capítulo 6 de Efesios que digan que eso es una opción. Así que, obedécelos. Colosenses 3: 20 dice: “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”. Sin desafío, sin excusa, sin demora. Obedece a tus padres. Y aquí está el por qué y esta es la advertencia y la razón por la cual esto es tan serio. Por favor, hijo, hija, escucha esto: deshonrar o desobedecer a tus padres es rebelarse contra Dios.

Ahora, hay una excepción a esto, si tus padres te dicen que hagas algo que claramente se enseña en la Palabra de Dios que no debes hacer, eso va en contra de la voluntad de Dios y su Palabra. La Escritura nunca nos dice que desobedezcamos su Palabra. Y sí, eso es una posibilidad especialmente en hogares no cristianos, pero incluso en hogares supuestamente cristianos, esto sucede. Las Escrituras no dicen que debes ir en contra de la Palabra de Dios obedeciendo a tus padres.

Así que, amigo, amiga oyente, hoy quiero invitarte a que medites en esto y bajes a tu corazón la importancia de obedecer a tu padre y a tu madre, recuerda que ellos son tu autoridad delegada por Dios y ahora, antes de despedirme quiero animarte a que en oración pidas a Dios entendimiento y sabiduría para que hagas las cosas que Él nos ha ordenado hacer. Espero poder encontrarte en el próximo programa de “La Biblia Dice Presenta” estaremos hablando más sobre la importancia de obedecer a nuestros Padres. Que Dios te bendiga.

Deja una respuesta