La vida cristiana no es fácil

Con mucho gozo le saludamos amable oyente. Bienvenido al estudio bíblico de hoy. La vida cristiana no es fácil. Nunca lo ha sido y nunca lo será. Por algo se dice que la sangre de los mártires ha sido el abono para el terreno donde ha crecido el cristianismo. Luego de ser desterrado, Cipriano fue martirizado en Cartago en el año 258. Cuando se le leyó la sentencia de muerte, musitó: De todo corazón agradezco a Dios Todopoderoso porque le ha placido liberarme de las cadenas de este cuerpo mío. Los perseguidores del obispo Hooper, poco antes de ejecutar la sentencia de muerte, le ofrecieron la última oportunidad de perdón, siempre y cuando se retracte de su fe en Cristo. Considere que la vida es dulce y la muerte es amarga, le dijeron. Verdad, dijo el obispo Hooper, pero la muerte que viene después es más amarga, y la vida que viene después es más dulce. Son ejemplos de fieles creyentes que sin embargo terminaron martirizados. Pero cuando el martirio de creyentes será más cruel y más frecuente es durante la tribulación.

Nuestro pasaje bíblico para el día de hoy, se encuentra en Apocalipsis capítulo 6 versículos 9-11. Corresponde al juicio del quinto sello. En este pasaje encontraremos la presentación de los mártires, la plegaria de los mártires, la posesión de los mártires y la paciencia de los mártires. Vayamos a lo primero. Apocalipsis 6:9 dice: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que había sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían” Juan está mirando a Jesucristo resucitado y glorificado en el cielo mientras abría el quinto sello del libro que había tomado de la mano del que se sentaba en el trono, es decir de Dios. El libro es el título de propiedad de la creación entera. Por su sacrificio en la cruz, Jesucristo es digno de redimir la creación. Ya ha abierto cuatro de los siete sellos de este libro. El primer sello significó la entrada del Anticristo en la tierra para dominar, al inicio de la tribulación. El segundo sello significó guerra abierta entre naciones y entre personas en el mundo dominado por el Anticristo. El tercer sello significó hambruna sobre la tierra dominada por el Anticristo. El cuarto sello significó muerte de la cuarta parte de la población del mundo. Si eso aconteciera hoy, morirían más de 1,600 millones de personas. Al pensar en esto, se origina una mezcla de emociones en los que tenemos a Cristo como nuestro Salvador. Por un lado está el gozo de saber que por amor, Jesucristo nos ha librado de pasar por ese terrible periodo conocido como tribulación. Pero por otro lado está el dolor y la tristeza por los miles de millones que tendrán que soportar el atroz castigo de Dios durante la tribulación. Esto nos debe motivar a advertir del peligro a todo el mundo, para que hallen su refugio en Cristo Jesús. La apertura del quinto sello significa varias cosas. Todo gira alrededor de mártires. Lo primero que notamos es la presentación de los mártires. Tan pronto Jesucristo, el Cordero abrió el quinto sello, Juan contempló bajo el altar las almas de personas muertas. Pero no eran personas comunes y corrientes. Dice el texto que eran almas de personas que murieron por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Eran almas de mártires, amable oyente. Lo que pasa es que tan pronto se inicie la tribulación, una vez que la iglesia haya sido arrebatada, sobre el mundo se levantarán muchas personas que ante la realidad de la desaparición de millones de creyentes, depositarán su fe en Cristo y le recibirán como Salvador. Su fe les hará resistir y hasta sublevarse contra el dominio del Anticristo. El Anticristo responderá con una efectiva y feroz persecución a esos creyentes. Esto tendrá su clímax a la mitad de la tribulación. Más adelante, en el capítulo 13 de Apocalipsis se nos brinda detalles del aparato de persecución de este siniestro personaje llamado Anticristo. Insisto amigo oyente. Estos creyentes, no fueron tales cuando sucedió el arrebatamiento de la iglesia. Por eso es que se quedaron en la tierra y entraron al periodo de tribulación. Llegaron a ser creyentes durante la tribulación y eso significó para ellos que tengan que padecer horrenda persecución de parte del Anticristo. Juan ve las almas de estos mártires bajo el altar. Cuando los sacerdotes del Antiguo Testamento ofrecían un animal sobre el altar del holocausto, derramaban parte de su sangre al pie del altar. Desde la perspectiva del Antiguo Testamento, la sangre representa la vida. Estos mártires, mediante su sacrificio, derramaron su vida como libación para la gloria de Dios. Pablo hace uso de esta figura cuando en Filipenses 2:17 habla de ser derramado en libación sobre el sacrificio. En segundo lugar, encontramos la plegaria de los mártires. Apocalipsis 9:10 dice: “Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” Es una plegaria solicitando a Dios que actúe rápida y decididamente. Es un pedido a Dios para que intervenga en la situación y haga justicia. Por eso están diciendo: Toma venganza sobre los moradores de la tierra. Dios responderá esta plegaria, en su tiempo y a su manera. Quizá le parezca extraño amable oyente que las almas de los mártires de la tribulación estén pidiendo a Dios venganza sobre los moradores de la tierra. Se supone que debemos amar a nuestros enemigos, bendecir a los que nos maldicen, hacer el bien a los que nos aborrecen, y orar por o a favor de los que nos ultrajan y nos persiguen, según la enseñanza de Jesús en Mateo 5:44. Pero lo que debemos reconocer amable oyente, es que en la tribulación Dios está derramando su juicio sobre la tierra. Es una era diferente, las condiciones son diferentes, de modo que esta plegaria no es solo comprensible sino perfectamente justificada. Incidentalmente, amigo oyente, note que las almas de los mártires están perfectamente concientes en el cielo. Digo esto porque algunas sectas falsas afirman que cuando una persona muere físicamente, el alma pasa a un estado de inconciencia, llamado el sueño del alma. Bueno, aquí tenemos almas de personas que murieron durante la tribulación, sin embargo están en perfecto uso de todas sus facultades. En tercer lugar, tenemos la posesión de los mártires. Apocalipsis 6:11 en su primera parte dice: “Y se les dieron vestiduras blancas” Las vestiduras blancas simbolizan la justicia delante de Dios de estas personas. No es que llegaron a ser justas por haber sufrido el martirio, sino porque mientras vivieron en este mundo, recibieron a Cristo como Salvador. La justicia delante de Dios nunca ha sido ni será por medio de las obras. Finalmente, en cuarto lugar, tenemos la paciencia de los mártires. Recuerde que las almas de los mártires clamaban delante de Dios por venganza sobre los moradores de la tierra. La respuesta de Dios la tenemos en la segunda parte de Apocalipsis 6:11 donde dice: “ y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” La respuesta de Dios fue que él ejecutará la venganza solicitada, pero en su tiempo. Mientras tanto, las almas de los mártires tenían que esperar. La espera no sería en angustia sino en total descanso. ¿Hasta cuándo? Pues hasta que se complete el número de los creyentes que también serán martirizados en la tierra durante la tribulación. Entonces Dios tomará venganza en los que moran en la tierra. Interesante que Dios sabe de antemano cuántos y quiénes son los creyentes que van a morir martirizados durante la tribulación. Esto muestra la omnisciencia y soberanía de Dios. Dios sabe todo, desde el principio hasta el final. Y no solo sabe, sino que él determina todo, desde el principio hasta el final. El quinto sello entonces significa la muerte de un gran número de creyentes durante la tribulación. El cristianismo, amable oyente, ha tenido sus etapas. Han habido ocasiones cuando confesar el nombre de Cristo ha sido suficiente motivo para ser martirizado. Sucedió en el pasado en los primeros siglos de existencia del Cristianismo, bajo el dominio del imperio Romano. Sucede hoy en día en los países dominados por filosofías o religiones anticristianas. Pero también han habido etapas cuando confesar el nombre de Cristo no ha producido ningún tipo de persecución, aparte de la mirada cautelosa del mundo impío. Esta es la condición del Cristianismo en la gran mayoría de países occidentales. Hoy es relativamente fácil seguir y servir a Cristo, en comparación de épocas y lugares donde ello significaba poner en juego la vida. Si Usted no tiene a Cristo como Salvador, recíbalo este instante y Usted comenzará su jornada hacia la gloria en el cielo. Pero si Usted demora esa decisión, es posible que le sorprenda la tribulación. Entonces Usted sabrá que todo esto es verídico y me imagino que recibirá a Cristo como Salvador. Pero Usted tendrá que pagar un precio enorme por ser creyente durante la tribulación. Es posible que llegue a ser martirizado. Es preferible que lo haga hoy, cuando la posibilidad de ser martirizado por recibir a Cristo como Salvador es bastante remota. No espere más. Reciba a Cristo hoy mismo.

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