Cómo resistir a la tentación

3. Cómo resistir a la tentación (Haz click y descarga el texto)

Jesús experimentó toda tentación sin pecar, Jesús puede mirarte a los ojos y decirte; “yo sé lo que estas sintiendo, yo sé cómo es la tentación, yo no cedí, y puedo ayudarte a no ceder”

A veces la tentación nos seduce con su atractivo diseño exterior, parece ser todo lo que estábamos buscando, incluso puede parecer el camino hacia una meta piadosa, hoy el Pastor Ron Moore nos comparte una historia sobre Satanás y las sutiles tentaciones que le planteó a Jesús, hoy veremos cómo resistir a la tentación junto a un Santo compañero, que también las enfrentó y sabe de las luchas que tenemos.

El mundo está lleno de tibios creyentes y la gente está harta de los “clientes frecuentes” de la iglesia, ellos buscan una fe auténtica y genuina. Todo seguidor de Jesucristo que lo conoce íntimamente y lo sigue con pasión, no se avergüenza de Él, y le obedece incondicionalmente.

Cuando Jesús tenía 30 años inició su ministerio yendo al sur, cerca del mar Muerto por el Río Jordán, donde Juan el Bautista, su primo, estaba bautizando a la gente preparándolos para la llegada del Mesías. Jesús entró en el agua y fue bautizado y al salir el Espíritu Santo descendió sobre Él, como una paloma y la voz audible de Dios dijo, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:17

Justo después del bautismo, el Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para ser tentado, es importante tener en cuenta que Satanás no llevo a Jesús al desierto, fue el Espíritu Santo quien lo llevó hasta allí. Este enfrentamiento tuvo lugar durante 40 días, en los cuales Jesús no comió nada, así que, él estaba muy hambriento. Fue Dios quien guio a su hijo en el desierto y lo acompañó en la batalla en su momento más débil.

Jesús tuvo que limitarse a sí mismo durante toda su vida. Él pudo borrar de la faz de la tierra a Satanás, pero sabía que algo más grande debía suceder en su vida. ¿Recuerdas lo que paso en el huerto de Getsemaní cuando la turba salió para llevarlo a la cruz? Pedro sacó su espada y cortó la oreja del siervo del sumo sacerdote, entonces Jesús lo sanó y dijo “Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que Él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?” Jesús podía borrar a Satanás de la faz de la tierra, pero primero debía llegar a la cruz para convertirse en el Salvador del mundo.

Jesús era totalmente Dios y totalmente hombre, en su deidad no ha perdido nada de humanidad y en su humanidad no ha demostrado nada de su deidad. Vino para revelarnos al Padre, sin pecado original, sólo Él tenía acceso a Dios, era como Adán y Eva antes de la caída, Adán no fue creado con una naturaleza pecaminosa, Jesús es llamado en 1 Corintios 15:45 el último Adán, “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán [Jesús], espíritu vivificante”.

Adán sin una naturaleza pecaminosa fue capaz de pecar, entonces, ¿Jesús sin una naturaleza pecaminosa era capaz de pecar?, ¿Por qué no lo hizo?

¿Jesús pudo haber deseado pecar? “Yo creo que, sí” creo que eso es parte de ser hecho como Adán, sólo cuando estemos en el cielo totalmente glorificados entonces el pecado ya no tendrá más control sobre nosotros. Pero, la obediencia perfecta de Cristo no fue una farsa, Él fue victorioso en todas las tentaciones que enfrentó.

La primera tentación la vemos en Lucas 4:3 que dice “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. El diablo dice, ¿Tienes hambre, estás hambriento?, tienes el poder para convertir esta piedra en pan, eso es lo que tú necesitas, y eso es lo que quieres. Todo lo que tienes que hacer es decir una palabra y hacerlo. Si tú eres el Hijo de Dios, y si tienes ese poder, entonces pruébamelo. “Di que la piedra se convierta en pan”.  “Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

“Escrito está” estas palabras son seguras, estas palabras son puestas por Dios, y así, cuando Jesús dice; “no sólo de pan vivirá el hombre” está citando Deuteronomio 8:3, ahí vemos cómo Dios proveyó el mana del cielo en el desierto, el mana, no para un mes, o para una semana, sino un día a la vez, ellos tuvieron el mana y se lo comieron, pero al día siguiente sucedió lo mismo y así, día tras día vino la provisión de parte de Dios, después de un tiempo se dieron cuenta de que no es el pan lo que los mantenía vivos, sino el dador del pan. Es Dios mismo quien nos mantiene vivos. Por eso, Jesús dice, “no sólo de pan vivirá el hombre” Jesús está diciendo, no voy a convertir esa roca en pan, eso no es lo que me sostiene, estoy dependiendo de mi Padre, no voy a morir en el desierto porque Dios tiene planes para mí, Jesús necesitaba desesperadamente comida, él fue tentado, pero no pecó. Esta es una lección que no podemos perder.

La segunda tentación está en Lucas 4:8-9, “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” Ahora, ¿No era eso justamente lo que merecía Jesús? ¿No vino justamente para ser adorado? El Diablo le muestra todos los reinos de este mundo en alta definición, sólo debe rendirle culto a él y todo sería suyo, en el Salmo 2, un Salmo profético dice, “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra”. Sabemos que posteriormente al final de los tiempos toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor. Satanás le va a dar lo que Jesús merece, sólo que lo va a hacer utilizando un inesperado atajo. El plan de Dios implica el sufrimiento y la cruz, Apocalipsis 5 dice “vendrán de toda tribu lengua y nación y adoraran a Jesús”, el plan de Dios era el Reino a través de la cruz, el plan del enemigo era el reino sin la agonía de la cruz, Satanás sabe todo acerca de los atajos, pero Jesús cita el Antiguo Testamento, “Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”.

En Deuteronomio, Dios dice a Moisés que él los va a llevar a una buena tierra, una tierra donde fluye leche y miel, van a comer los cultivos cosechados y en casas que no construyeron, todo va a ser dado por la gracia de Dios, pero puede llegar el momento en el que piensen que todo eso ha sido provocado por ellos mismos, así que no se olviden de esto; “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”

La tercera tentación, está en el verso 5, “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra”.

Satanás lo lleva hasta ahí y le dice que se tire hasta abajo y que los ángeles, de acuerdo a lo escrito en el Salmo 91 no permitirán que sus pies caigan en la tierra, nuevamente le presenta un atajo sin la cruz, pero “Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios”. Estas son las palabras de Moisés en Deuteronomio 6 cuando los Israelitas estaban empezando a caminar en el desierto y Dios estaba de su lado.

¿Dios cuida de nosotros verdad? Moisés dice, Él ha estado con nosotros de noche y de día, y nos ha guiado por el desierto aun en los momentos más difíciles, nos ha protegido de nuestros enemigos, Moisés dice al pueblo, no pongan a prueba a Dios.

Lucas 4:13 dice “Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo”. Aquí esta nuestro Salvador, ganando la batalla en el desierto. Dos cosas podemos concluir de esto:

Primero, Jesús nunca tomo un atajo. Filipenses 2:6-8 dice, “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Jesús fue tentado por Satanás toda su vida, pero Jesús nunca se rindió, nunca uso su divinidad para provecho de Él.

Satanás siempre nos tienta en momentos de mayor debilidad. Existe una tendencia a pecar y Satanás lo sabe, él sabe que no siempre medimos las consecuencias del pecado, él nos tentará con cosas que aparentemente son buenas, pero que están fuera de los limites. No hay nada malo en comer pan, y no hay nada malo en adorarle a Jesús, pues para eso fue que vino, pero sin atajos, recuerda “la tentación es la seducción de un deseo dado por Dios más allá de los límites que Dios les ha dado».

Segundo: Jesús acepto toda tentación, pero sin pecar. En hebreos 4, vemos a Jesús comparado con un sumo sacerdote del Antiguo Testamento, Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Jesús experimento toda tentación sin pecar, Jesús puede mirarte a los ojos y decirte; “yo sé lo que estas sintiendo, yo sé cómo es la tentación, yo no cedí, y puedo ayudarte a no ceder” Tú puedes decir yo soy diferente, mis tentaciones son diferentes y especiales, pero aquí hay algo para todo aquel que piensa que sus tentaciones son un caso especial.

1 Corintios 10:13 dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.

Nunca te enfrentaras a una tentación como si fuera una ola gigantesca, nunca estarás más allá de lo que puedas soportar, pero cuando seas tentado, y lo serás, recuerda que la tentación no es pecado, ceder a esa tentación si lo es, siempre que seas tentado se te proporcionará una fuerza especial para vencer esa tentación.

¿Por qué Jesús no peco? podemos decir que no lo hizo, no porque era suficientemente fuerte como para no pecar, sino que no quiso pecar, Él va a proporcionarnos la salida, no somos fuertes como para no pecar, sencillamente no queremos pecar.

Hebreos 4:16 dice, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

“Confiadamente” Significa libertad para hablar y decirle Padre aquí estoy de nuevo necesito de tu ayuda.

Esperamos que puedas acompañarnos en nuestra próxima emisión. Bendiciones.

 

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