El Evangelio, el Poder de Dios y el Sufrimiento Pt. 2

Estamos involucrados en una serie sobre el evangelio y el sufrimiento y estamos aprendiendo, bajo la luz de Job, que el proceso de refinación es doloroso pero es necesario para ser fortalecidos en Dios. Pero este proceso de refinación no es algo que se encuentra únicamente en el libro de Job, eso es algo que está en todo el Nuevo Testamento, veamos algunos ejemplos de ello: mira Hebreos capítulo 12, versículos 10 y 11: «Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.  Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados«. ¿Lo ves? Ahora vamos a Santiago capítulo 1, versículos del 2 al 4: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna«.

¿Quieres ser maduro? ¿Quieres ser completo en tu fe? Entonces Santiago dice que el sufrimiento es parte de eso. Es la misma imagen que tienes en 1 Pedro capítulo 1, versículos del 2 al 7 cuando dice: “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.

Esto es lo que Pedro le dice a un pueblo que sufre, a un pueblo perseguido, Pedro dice que Dios está permitiendo estas pruebas. Él está ordenando estas pruebas por las que estás pasando en tu vida para que tu fe puede ser genuina. Ahora leamos Romanos capítulo 5 versículo 3, esto dice: «sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia». Ahora, ahí Pablo dice algo que para el mundo en el que vivimos es raro, Pablo dice: nos regocijamos en nuestros sufrimientos. ¿Cómo te regocijas en el sufrimiento? «Sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado» (Romanos 5: 3-5). Entonces, la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza ¿Alguien quiere esas cosas? Sí, queremos esas cosas. Todas son producto del sufrimiento. De hecho, la implicación en todos estos versículos diferentes es que no seremos maduros y completos en nuestra fe aparte del sufrimiento. No conoceremos la perseverancia, el carácter y la esperanza sin el sufrimiento.

La imagen que las Escrituras nos dan es que hay dimensiones de piedad que están reservadas sólo para aquellos que caminan por el sufrimiento porque hay un proceso de refinación que está sucediendo en eso. El sufrimiento hace que el crecimiento, la madurez y la plenitud en Cristo sean una realidad en nuestras vidas. Entonces, a veces Dios usa el sufrimiento para refinar nuestra fe. Es lo que está haciendo en la vida de Job.

Segundo, Dios usa el sufrimiento para revelar su gloria. Regresa a Job capítulo 33, versículo 12. Quiero que escuche lo que dice Elihu. Job ha estado luchando con el carácter de Dios en medio de su sufrimiento preguntándose sobre su carácter, incluso en puntos que parecen cuestionar el carácter mismo de Dios y hay puntos donde casi parecía que estaba llamando a Dios para decirle algo.

¿Has estado alguna vez caminando por algún tipo de sufrimiento en tu vida? Parece que Dios está en silencio, parece que no está diciendo nada, parecería que Dios ha olvidado los detalles que están sucediendo en tu vida, pues bien, te invito a que escuches lo que Eliú le dice a Job acerca de eso. Él dice: «He aquí, en esto no has hablado justamente; Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende» (Job 33: 12-14). Hagamos una pausa allí por un segundo; la imagen que está mostrando Elihu es que Dios está hablando. Dios siempre está hablando, pero puede que no esté hablando de la manera en que estás acostumbrado a que Él hable. Él puede no estar diciendo las cosas que estás acostumbrado a oír, pero eso no significa que Dios haya guardado silencio. Entonces él dice: «Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo» (Job 33: 14-16).

Luego llegas al versículo 19 y leemos: «También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos, Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave» (Job 33:19 y 20). Entonces Dios todavía está hablando de una manera aquí y tal vez lo haga de otra manera en otro momento. Entonces, ¿cómo se revela Dios a sí mismo? Eliú señala tres formas principales en que Dios se revela a sí mismo:

Número uno, en la creación. Esto está en todos los discursos de Eliú, especialmente cuando llegas al capítulo 36 y 37, que veremos más adelante, pero ya hemos visto un poco esta imagen de Dios en la creación, en las nubes, en el trueno y en el relámpago. Dios está trabajando todo el tiempo y vemos su trabajo todos los días. No dudes de que Dios está trabajando en medio de tu sufrimiento. Él está sosteniendo todos los seres vivos a nuestro alrededor. Él está trabajando de todas las maneras en la creación. Entonces Dios se revela a sí mismo a través de la creación.

Segundo, Dios se revela en la Palabra. Aquí es donde vuelves al versículo 15: «Por sueño, en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho«. Esta es una gran frase: «Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo» (Job 33:16). Este es Job en el día de los patriarcas. Tiempo de Abraham, Isaac, Jacob. Valga aclarar que esos muchachos todavía no tenían una copia de la Biblia que tenemos en nuestras manos. NIV no había salido con algo en ese momento para ellos. Es más, la mayor parte de lo que ahora conocemos como Biblia, simplemente no se había escrito todavía. Como resultado, la imagen es: Dios hablando en los oídos de los hombres y es un pensamiento maravilloso darse cuenta de que el libro que usted y yo tenemos en nuestras manos es una imagen de la revelación de Dios, su hablar en nuestros oídos y mostrándonos quienes somos y diciéndonos quién es Él. Tenemos un tesoro increíble aquí en el que Dios se revela a sí mismo.

Dios se revela a sí mismo en la creación. Dios se revela a sí mismo en la Palabra, pero luego llegamos al versículo 19 y leemos: «También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos«. Dios se revela a sí mismo en la creación, en la Palabra y Dios también se revela a sí mismo en nuestro dolor. El dolor es parte de la revelación de Dios. Esa es la imagen que Eliú le está dando a Job. Y si lo piensas, en las dos cortas semanas, incluso hoy, en las que hemos estado observando este libro, hemos visto la magnitud del carácter de Dios y la magnitud de su soberanía expuestas en este libro. Hemos visto su suficiencia y su presencia, su poder, su sabiduría, y su esperanza; todas estas facetas de quién es Dios en cada página de este libro.

Ni siquiera hemos llegado al clímax en Job 38 a 42 donde vemos a Dios hablar y revelarse en una de las más claras revelaciones de quién es Él en todo el Antiguo Testamento. ¿No es interesante que en el libro de la Biblia que nos da una imagen tan severa del sufrimiento, también es el que nos da uno de los más grandes y gloriosos retratos de Dios? ¿Crees que hay una correlación allí? Entonces tal vez sea en los puntos más severos y dolorosos de sufrimiento donde se revela con mayor claridad el gran y glorioso carácter de Dios. C.S. Lewis lo dijo mejor en un libro que escribió llamado “El problema del dolor” él dijo: «Dios nos susurra en nuestros placeres, habla en nuestra conciencia, pero Él grita en nuestros dolores». El dolor es su megáfono para despertar a un mundo sordo.

Dios se revela a sí mismo, su gloria en nuestro dolor, pero ¿qué revela Él acerca de sí mismo? Eliú señala tres características principales de Dios en estos capítulos:

Número uno, Él es justo. Esto es todo sobre los capítulos 34 y 35. Miren el capítulo 34, versículo 10, léanlo conmigo. Quiero que veas la imagen de la justicia de Dios que Eliú pone ante Job. Versículos del 10 al 12, capítulo 34 Eliú dice: «Por tanto, varones de inteligencia, oídme: Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad. Porque él pagará al hombre según su obra, Y le retribuirá conforme a su camino. Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, Y el Omnipotente no pervertirá el derecho«. Esta es una afirmación celosa de la justicia de Dios. Es impensable que Dios hiciera mal. Y esto es enorme. Hemos visto que Dios es soberano. Él tiene la soberanía máxima sobre todo lo que está sucediendo en el Libro de Job. Al mismo tiempo, en ningún punto del Libro de Job Dios está acusado de maldad a alguien. En cambio, ¿quién está acusado de maldad en esta imagen? Satanás, él es moralmente responsable. Esa es la imagen que tenemos en todas las Escrituras; Satanás, un hombre pecador, moralmente responsable del mal y Dios finalmente soberano.

Job no pecó al acusar a Dios. Entonces Dios es soberano. Al mismo tiempo, no hay nada que provenga de la mano de Dios que sea malo, nada. Todo lo que viene de su mano es bueno. Esa es la imagen. Él es justo y Job había estado al borde, tal vez incluso se había caído un par de veces impugnando la justicia de Dios, cuestionando la justicia de Dios, tal vez incluso afirmando que Él no era justo y Eliú deja muy claro que Dios es completamente justo. Si Él hiciera el mal, ¿cómo podría Él juzgar al mundo? Imposible. Él es justo.

Segundo, Él es misericordioso. Ya hemos visto la gracia de Dios en el capítulo 33 en esta imagen de rescate, restauración y mantenimiento de nuestra vida del sepulcro. Pero ve al capítulo 36, quiero mostrarte algunas bellas frases en el medio de este capítulo del versículo 15 y 17. Quiero que veas la misericordia de Dios aquí. Escucha lo que dice Eliú: «Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído. Asimismo, te apartará de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro, Y te preparará mesa llena de grosura. Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia«. ¿No son esas grandes frases? Él te libera en el sufrimiento, Él te habla en medio de tu aflicción, Él te corteja, Te saca de las fauces de la angustia a un espacioso lugar de libertad donde disfrutas de las mejores comidas.

Eliú dice: Job, en medio de tu sufrimiento, Dios no muestra su odio hacia ti, Él muestra su amor hacia ti. Esto es enorme, gente de Dios; si has confiado en Cristo, no hay absolutamente nada Romanos 8:35-36: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?  ¿Tribulación,  o angustia,  o persecución,  o hambre,  o desnudez,  o peligro,  o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero”. ¿Lo ves? Él es misericordioso e incluso el sufrimiento es evidencia de amor, no de odio hacia ti. Esta es la imagen que Eliú nos está mostrando. Dios es justo, Él es misericordioso.

Tercero, Dios es grande. Ve al capítulo 36 y 37. Ahí es cuando Eliú comienza a desviarse de la grandeza de Dios y hay un par de veces en los que simplemente estalla en alabanza. Mira el capítulo 36, versículo 22 Eliú dice: «He aquí que Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador semejante a él? ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Has hecho mal? Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres. Los hombres todos la ven; La mira el hombre de lejos. He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos, Ni se puede seguir la huella de sus años» (Job 36: 22-26).

Me encanta el capítulo 37, versículo 1. Él comienza a hablar sobre la creación y dice: «Por eso también se estremece mi corazón, Y salta de su lugar«. Luego llegas al final de Job 37 y él dice en el versículo 23: «Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá«. La imagen es clara aquí en Job. Dios está mostrando su justicia, su misericordia y su grandeza en medio del sufrimiento de Job. Ahora Job está luchando con eso y es comprensible. Pero es así como aprendemos el carácter de Dios y vemos su gloria revelada.

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