Un siervo de Jesucristo jamás desmaya en su labor de anunciar la palabra de Dios

Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. El tema de estudio es la segunda epístola de Pablo a Corintios. Este estudio es parte de la serie titulada: El legado de un siervo de Jesucristo. En esta ocasión, veremos que un siervo de Jesucristo jamás desmaya en su labor de anunciar la palabra de Dios.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en 2 Corintios 4:1-4. En este pasaje bíblico vamos a ver que uno de los legados de un siervo de Jesucristo es que jamás desmaya en su labor de anunciar la palabra de Dios. Lo que primero tenemos es la confesión de Pablo en cuanto a su ministerio. 2 Corintios 4:1-2 dice: Por lo cual,  teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido,  no desmayamos.
2Co 4:2  Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso,  no andando con astucia,  ni adulterando la palabra de Dios,  sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
Pablo confiesa su determinación de no desmayar por cuanto tiene un ministerio glorioso, un ministerio del espíritu, un ministerio de justificación, un ministerio que permanece, todo esto aplicado al ministerio del nuevo pacto, lo cual no fue por mérito de Pablo y los suyos, sino simplemente por la misericordia de Dios. No olvide que la vida de Pablo no fue un lecho de rosas, una vida cómoda y fácil. En el primer capítulo, Pablo dio testimonio de las tribulaciones que experimentó en Asia, al punto que se sintió abrumado sobremanera, más allá de sus fuerzas, de tal modo que aun perdió la esperanza de conservar la vida. Sobre esto, tenía que batallar constantemente contra los falsos maestros judíos, quienes predicaban un evangelio adulterado y cuestionaban el carácter y el apostolado de Pablo, pero a pesar de todo esto, Pablo dice: No desmayamos. Qué legado tan precioso de un siervo de Jesucristo. La determinación de que venga lo que venga no voy a desmayar en el cumplimiento de anunciar los beneficios de este nuevo pacto, los cuales tienen que ver esencialmente con el hecho de que el pecador puede aspirar a que sus pecados sean perdonados y así tener la vida eterna por medio de la fe en la persona y obra del Señor Jesucristo quien murió en lugar del pecador y resucitó de entre los muertos. A pesar de comunicar un mensaje tan glorioso como el mensaje del Evangelio de Jesucristo, los mensajeros no siempre son bien recibidos. Las pruebas, la oposición, la incomprensión son cosas comunes a todo mensajero de Jesucristo, y muchos desmayan y renuncian a tan noble tarea, pero debemos seguir el ejemplo de Pablo, quien a pesar de todo lo que le sobrevino dijo: No desmayamos. Tal vez usted, como siervo de Jesucristo, esté enfrentando grandes obstáculos en el ministerio y más de una vez ha pensado en tirar la toalla para dedicarse a otra cosa. Con mucho amor y respeto, me gustaría animarlo a seguir el ejemplo de Pablo, quien dijo: No desmayamos. Siga adelante, amigo oyente. Vale la pena cualquier sacrificio por cuanto estamos predicando un mensaje que transforma vidas, un mensaje que tiene trascendencia eterna. Lejos de desmayar, Pablo dice que más bien renunció a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios. El verbo renunciar significa apartarse de algo. Pablo y los suyos se apartaron de lo oculto y vergonzoso. Esto significa que en ellos no había ninguna conducta cuestionable que la estaban practicando en secreto. No olvidemos amable oyente que el pecado secreto en el mundo es escándalo público en el cielo. El siervo de Dios no solamente debe predicar un mensaje correcto sino que debe vivir una vida correcta. Además Pablo dice que no andaba con astucia, esto significa que no engañaba a nadie con palabras. Pablo jamás dijo algo que no tenga su fundamento en la palabra de Dios. Por eso Pablo dice que no adulteró la palabra de Dios. El verbo que se ha traducido como “adulterar” se usaba para denotar la acción de diluir el vino con agua, para obtener ganancias mal habidas. Los falsos maestros judíos o los judaizantes, estaban adulterando la palabra de Dios al añadir sus propias ideas al mensaje del evangelio, como esto de que para ser salvos es necesario recibir a Cristo como Salvador y además adoptar algunas prácticas propias del judaísmo, como guardar el séptimo día como día de reposo. El ministerio de Pablo se caracterizaba por manifestar la verdad de la palabra de Dios, recomendándose a toda conciencia humana delante de Dios. Esto significa que los que le oían el mensaje de Pablo tenían la aprobación de sus conciencias de que habían recibido la palabra de Dios. Pero a pesar de predicar un mensaje tan maravilloso como el evangelio de Jesucristo, había algunos que rechazaban este mensaje. ¿Cómo explicar algo así? Pues, en segundo lugar tenemos la explicación de esta contradicción. 2 Corintios 4:3-4 dice: Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,  entre los que se pierden está encubierto;
2Co 4:4  en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,  para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo,  el cual es la imagen de Dios.
Un ministerio tan extraordinario como el que recibió Pablo, con un mensaje tan glorioso que tiene el poder de transformar la vida de una persona, ¿cómo es posible que no sea recibido por todos? Pablo explica esta contradicción diciendo que si el evangelio que él y los suyos predicaban estaba aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto. ¿Qué significa esto? Cuando Pablo habla de que el evangelio está encubierto, se está refiriendo a que alguien no logra comprender el significado del evangelio. No reconoce que es pecador, no reconoce que está en peligro de recibir eterna condenación, no reconoce que Dios le ama a pesar de su pecado y no reconoce que Cristo murió en la cruz en lugar del pecador. Cuando Pablo habla de los que se pierden, está hablando de los incrédulos, o de aquellos que voluntariamente rechazan las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo. Para personas así, el evangelio está encubierto, no logran comprenderlo, peor aceptarlo. Hablando de los incrédulos, Pablo dice que el dios de este siglo les cegó el entendimiento. Note que la palabra dios, en la frase el dios de este siglo, está con minúscula, indicando que se refiere a Satanás, quien es el que gobierna la esfera de oposición al Dios verdadero. Satanás ha hecho una obra muy efectiva desplegando un velo de ignorancia sobre la mente de los incrédulos para volverlos ciegos a la verdad del evangelio. Por esta causa, dice Pablo, que a los incrédulos no les resplandece la luz del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios. Solamente el poder de Dios por medio de su palabra y la obra poderosa del Espíritu Santo pueden quitar ese velo de ignorancia de la mente de los incrédulos para que entiendan lo que significa el evangelio y en consecuencia puedan recibir a Cristo como Salvador personal. Los falsos maestros judíos que estaban confundiendo a los creyentes corintios con sus falsas enseñanzas eran parte de estos incrédulos en quienes Satanás había cegado el entendimiento y por eso no lograban comprender el evangelio de la gloria de Cristo y con todo ímpetu, querían volver a lo inferior, al antiguo pacto, a la ley de Moisés. Todos los que tenemos el privilegio de predicar el evangelio de Jesucristo, tenemos que tomar conciencia que estamos enfrentando a un poderoso enemigo espiritual, quien ha puesto un velo espiritual en la mente de los incrédulos que les impide ver la maravilla del evangelio de Jesucristo. Para que haya fruto de nuestro mensaje necesitamos anunciar el evangelio tal cual como fue dado por el Señor Jesucristo a los apóstoles y profetas y siempre en el poder del Espíritu Santo. Lo que va a quitar ese velo que enceguece la mente del incrédulo no son nuestras palabras, ni nuestros razonamientos sino la palabra de Dios y el Espíritu Santo. Muchos de nosotros podríamos dar testimonio de personas que han recibido al Señor Jesucristo como Salvador, quienes afirman que no pueden entender como fue posible que no hayan podido reconocer lo grandioso del mensaje del evangelio mucho más antes, cuando alguien les predicó el evangelio. Si ya somos salvos debemos agradecer a Dios porque ha sido Él quien ha hecho que resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, en medio de las tinieblas espirituales en las cuales nos encontrábamos.

CORTINA——————————————–

Antes de despedirnos queremos agradecerle su sintonía y además le invitamos a que visite nuestra página en Internet y nos haga llegar sus comentarios acerca del programa y por supuesto conozca la respuesta a la PREGUNTA DEL DÍA que hoy nos dice: Es aplicable para hoy lo que dice Santiago 5:14-16 acerca de los enfermos. Nuestra dirección en Internet es: triple w.labibliadice.org. Hasta la próxima y que Dios le bendiga ricamente.

Deja una respuesta