El Hacedor de Milagros

 Jesús no es sólo una parte de tu vida que recuerdas el domingo. Él dice: yo soy el pan de vida, soy tu alimento espiritual.

Grandes oportunidades espirituales están esperando por ti, las señales están por todas partes, si tú sabes dónde buscar de seguro las vas a encontrar, así que, en el programa de hoy, destacaremos estas importantes señales dando una mirada al pasado.

Me imagino que la mayoría de ustedes estarán de acuerdo conmigo cuando digo que la vida puede ser complicada, me refiero a que todos nosotros tenemos muchas cosas en nuestras vidas: somos hijos e hijas, somos novias y novios, somos esposos y esposas, somos padres y abuelos, y muchas veces somos todo eso a la vez, mezclando las situaciones familiares. Mira, cada relación y cada función viene con enormes privilegios, pero también vienen llenas de expectativas y muchas responsabilidades que pueden llegar a ser bastante complicadas.

Debemos aprender a valorar cada momento. La vida es complicada, y cuando crees que ya descubriste cómo tratar con alguna situación, entonces viene algo nuevo ¿verdad? Es increíble lo complicadas que pueden ser las cosas ¿verdad?

Hoy quiero hacer algo sencillo y quisiera plantear algunas preguntas básicas, preguntas como: ¿Qué has hecho con Jesús? ¿Qué vas a hacer con Jesús? ¿Quién es Jesús? Y a continuación quisiera preguntar esto: ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo para haber hecho lo que has hecho con Jesús?

Pues bueno, toma tu Biblia y vamos al libro de Juan capítulo 6, vamos a considerar una interacción que Jesús tuvo con un grupo de personas en Capernaúm. Permíteme establecer el contexto, comenzaremos en el versículo 25, Jesús había recibido algunas malas noticias sobre Juan El Bautista, sus discípulos habían llegado y le habían dicho que Juan había muerto, Herodes había ejecutado a Juan El Bautista, lo había decapitado y ellos habían enterrado ya su cuerpo.

Es interesante que cuando Jesús escucha estas noticias se sube a un barco y se aleja de ese lugar. Recuerda, Él es completamente Dios y completamente hombre, la noticia de la muerte de un ser querido le duele mucho. Cuando Jesús regresó, la muchedumbre lo estaba esperando en la orilla, incluso en ese estado de emoción, la Biblia dice que Él tuvo compasión de ellos y sanó a los enfermos, las noticias de las curaciones hicieron impacto en la zona, más y más personas venía y después de un tiempo todo el lugar estaba lleno de gente y se estaba haciendo tarde, los discípulos le dijeron a Jesús, tienes que enviar a estas personas a su casa, si les enviamos ahora tendrán tiempo y luz suficiente para llegar a una aldea cercana y conseguir algo de comida, entonces Jesús les dijo algo que los dejó en shock: “denles ustedes de comer”

Ellos le dijeron: “¿Debes estar bromeando verdad?” tenemos que enviarlos a sus casas, Jesús dijo: “No, no es una broma”, ellos le dijeron: “Señor, necesitaríamos al menos 8 meses de salario para alimentar a todas estas personas” Bueno, la mamá de un chico había tenido la suficiente clarividencia para enviarle un pequeño almuerzo; dos pequeños peces y cinco pequeños panes de cebada, Juan deja en claro que se trataba de pan de cebada, porque la cebada era un pan barato,  alimento para pobres, así que este pobre chico vino con esta pequeña cena. Jesús oró por estos alimentos y fueron alimentados más de 5000 hombres sin contar a las mujeres y a los niños, luego sorprendentemente cada uno de los discípulos recogió una cesta de mimbre llena de sobras. Esto fue un milagro sorprendente.

El versículo 14 del capítulo 6 dice: “Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo” pero ahora mira el verso 15: “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de Él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo” Mateo dice que en ese momento ordenó a sus discípulos entrar en un bote y cruzar el lago y encontrarse con Él en Capernaúm, Jesús se les uniría más adelante caminando sobre el agua en medio de la noche y en medio de una tormenta, pero esa es una historia para otro momento. Ahora, Jesús y sus discípulos están juntos en el otro lado, pero la gente sigue buscando a Jesús, todo el mundo se pregunta ¿Dónde está Jesús?

El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos, mucha gente había llegado buscando a Jesús, “Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?” pero Jesús ignora su pregunta y va directamente al punto, mira el verso 26: Respondió Jesús y les dijo: “De cierto, de cierto” las escrituras utilizan esta frase para resaltar algo muy importante, otras traducciones utilizan: “en verdad en verdad” esta es la palabra griega para “amén”, palabra que nosotros la usamos para poner fin a nuestras oraciones, esto quiere decir: “que así sea”, esto es señal de que algo muy importante va a ser dicho:  “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis”

“De cierto, de cierto os digo que me buscáis” por las razones equivocadas, lo único que desean es un ticket de comida, su interés está en lo material, mira el verso 27: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” no trabajen por la comida que se daña. Así que la gente dijo: “está bien, no queremos trabajar por eso, entonces, ¿qué hacemos? ¿Cuál es el trabajo que Dios nos ha dado?” Esta es la pregunta de todos los tiempos ¿verdad?

¿Qué tengo que hacer para llegar a Dios? mira el versículo 29, Jesús te dice, mira de lo que te estás perdiendo, “Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado” no se puede hacer nada para llegar a Dios, no se pueden llenar requisitos suficientes para agradar a Dios ni para ser suficientemente bueno para Él. Sólo debes creer en aquel a quien Él envió, los versos 32 y 34 dicen: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, más mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan” Ellos recordaban a Moisés en el Antiguo Testamento entregando el maná y le dijeron a Jesús: “queremos creer en ti pero necesitamos una señal, tú nos diste comida y apreciamos eso, pero Moisés proporcionó alimentos durante 40 años, así que tienes un largo camino por recorrer, necesitamos más señales” Entonces Jesús les dijo: “No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo” A continuación, en el verso 35, Juan registra esta importante declaración “Yo soy el pan de vida” Yo soy.

Hoy en día el pan es sólo una parte de la comida ¿verdad? es solamente algo más en el plato, y algunos estamos tratando de evitar los carbohidratos por lo que no comemos pan, pero en esos días el pan era prácticamente toda la comida, era el sustento diario; he leído algunas fuentes que dicen que los judíos consumían el pan junto con lentejas o frijoles y cocinaban tortas de pan de al menos un centímetro de espesor, esa era toda la comida. Así que, cuando Jesús dice: “yo soy el pan de vida” en nuestra mente estamos pensando en un pequeño rollito de pan, pero en sus mentes ellos están pensando en toda la comida, Jesús dijo: “Yo soy toda la comida” “Yo soy el sustento principal” “Yo soy la satisfacción principal” “Yo soy el pan de vida” el resto del versículo 35 dice: “el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”

Piensa en lo que Jesús está diciendo, si estás buscando en cualquier otro lugar, estás buscando en el lugar equivocado, si estás buscando cosas para satisfacerte, estás buscando en el lugar equivocado, Jesús dice: “si vienes a mí nunca más tendrás hambre, si vienes a mí nunca más volverás a tener sed” Todos sabemos que las cosas materiales no nos satisfacen, sin embargo, la mayoría de nosotros seguimos buscándolas. A veces tenemos esta relación con Jesús: Él es sólo nuestro ticket de comida, “sí sólo pudiéramos conseguir ese trabajo, si tú pudieras ayudarnos a conseguir ese trabajo, Jesús necesitamos conseguir ese trabajo, tú eres nuestro ticket de comida”.

Por cierto, ¿Cuál es la diferencia entre confiar en Dios y probar a Dios? Bien, confiar en Dios requiere que permanezcamos firmes en las promesas de Dios, podemos confiar en lo que Dios ha dicho, probar a Dios es presumir de su gracia, confiar significa que Jesús caminó de acuerdo al plan de Dios, probar a Dios hubiera sido que Jesús se hubiera lanzado del templo, pero Jesús hizo una oración y le pidió a Dios fortaleza para resistir la tentación,  confiar en Dios significa confesar que estamos cansados y esperar por lo que Dios haga, es decir: yo confío en ti, probar a Dios es decir: ha llegado este chico a mi vida, a mí me gusta mucho, él no es creyente, pero tú puedes salvarlo.

Confiar en Dios es confiar en sus promesas, probar a Dios es presumir de su gracia. Confía en Dios, no pongas a prueba a Dios, mira lo que sucedió en Lucas 4:13: “Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo” El Diablo nunca se rinde, siempre estará esperando otra oportunidad, si piensas que tuviste una victoria espiritual y piensas que puedes quedarte tranquilo, ten mucho cuidado, Dios dice: “el que piensa estar firme mire que no caiga” Ahora, aquí tengo una pregunta, ¿Por qué Jesús tuvo que pasar a través de este tiempo de intensa tentación?

Nada de esto era importante para nuestra salvación, Jesús podía haber evitado la tentación, y llegar a la cruz, y nosotros podríamos haber tenido una relación con Jesús aun sin las tentaciones del desierto, entonces, ¿Por qué Jesús tuvo que pasar a través de este tiempo de intensa tentación? Vamos a Hebreos 5, mira el verso 8: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” Sabemos que Jesús era verdaderamente Dios y plenamente hombre, esto es un misterio para nosotros, Él era totalmente Dios sin perder nada de su humanidad y totalmente hombre sin perder nada de su divinidad, totalmente Dios y totalmente hombre, Jesús nunca pecó, así que no llegó a ser obediente a través del sufrimiento. No es que Él haya sido desobediente, y a través del sufrimiento se hizo obediente, Él nunca pecó, y siendo Dios omnisciente, habría intelectualmente conocido que es la obediencia, pero faltaba algo, nunca había experimentado la obediencia en un sentido humano, así que, de esta manera, aprendió la obediencia, aprendió el conocimiento de la obediencia a través de los sufrimientos, lo padeció en carne propia.

Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa y conocer juntos a nuestro verdadero pan de vida. Bendiciones

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