Cristo bautiza con el Espíritu Santo al creyente

Reciba saludos cordiales amigo oyente. Bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando lo que la Biblia declara acerca del Espíritu Santo, su persona y su obra. En cuanto a su persona, al mirar lo que la Biblia dice de él, hemos concluido que es Dios. En cuanto a su obra, hemos visto que tiene que ver tanto con el incrédulo como con el creyente. Al incrédulo convence de pecado, de justicia y de juicio, con miras a que el incrédulo reconozca su triste situación y experimente la necesidad de recibir a Cristo como Salvador. Al creyente, regenera o da el nuevo nacimiento, y habita en su cuerpo. Eso es lo que hemos considerado hasta aquí. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará de otra obra del Espíritu Santo en el creyente.

Una de las obras del Espíritu Santo en el creyente, que más ha sido objeto de malos entendidos es lo que se llama el bautismo con el Espíritu. Los malos entendidos se han originado principalmente por dar mayor crédito a lo que dicen los hombres que a lo que dice la misma Biblia sobre este importante asunto. De modo que, amigo oyente, procuremos ceñirnos a la Biblia para que nuestras conclusiones no sean preceptos de hombres sino preceptos de Dios. El texto más directo sobre el bautismo con el Espíritu Santo se encuentra en 1ª Corintios 12:12-13. Dice así: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” Pablo está hablando de la unidad en diversidad en este texto. Así como el cuerpo humano tiene varios miembros que en conjunto forman un cuerpo, el cuerpo de Cristo también, tiene varios miembros que en conjunto forman un cuerpo. Este conjunto de miembros que forman el cuerpo de Cristo es lo que se llama la Iglesia de Cristo. Esto es muy importante señalar porque sobre esto descansa el concepto del bautismo con el Espíritu. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo puede una persona entrar a formar parte de ese conjunto de creyentes que juntos forman el Cuerpo de Cristo? ¿Será por medio de ser miembro de alguna religión en particular? ¿Será por medio de pagar cierta cantidad de dinero como cuando uno ingresa a algún club privado? Bueno, la respuesta nos da el apóstol Pablo. Dice así: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo. Bautizar significa sumergir o introducir. Entonces Pablo está diciendo que por un solo Espíritu fuimos todos sumergidos o introducidos en un cuerpo, el Cuerpo de Cristo, la iglesia de Cristo. Esto es el bautismo con el Espíritu Santo. Si lo pondríamos en palabras diríamos: Bautismo con el Espíritu Santo es la obra por la cual todo creyente es introducido en el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Visto así el bautismo con el Espíritu Santo, observemos algunos hechos que deben ser tomados muy en cuenta. Primero. El bautismo con el Espíritu Santo es una obra propia de la era de la iglesia. ¿Por qué? Pues porque bautismo con el Espíritu Santo tiene que ver con la formación del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Como Ud. conoce, la iglesia como cuerpo de Cristo no existió desde la eternidad. Tuvo un comienzo. Nació el día de Pentecostés, cuyo relato lo tenemos en el segundo capitulo de Hechos. En esa ocasión los creyentes fueron bautizados con el Espíritu Santo y llegaron a formar parte del Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Segundo, el bautismo con el Espíritu Santo es algo que sucede a todos y cada uno de los creyentes. El texto que leímos dice que por un solo Espíritu fuimos todos, no unos pocos, bautizados en un cuerpo. Muchos creyentes en la actualidad piensan que todavía no ha sido bautizados con el Espíritu. Pero este texto tiene buenas noticias para creyentes así, porque dice claramente que todo creyente es bautizado con el Espíritu. Tercero. Es una experiencia única en todo creyente. Sucede una vez y no vuelve a suceder nunca más. El texto leído dice que por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo. El verbo ser en esta frase, de donde viene el fuimos, en el idioma que se escribió el Nuevo Testamento, está conjugado en un tiempo que denota una acción que sucedió una vez y jamás volverá a suceder y eso nos lleva a pensar que cuando una persona es bautizada por el Espíritu Santo permanece bautizada por el Espíritu Santo por siempre. Si volviera a ser bautizado con el Espíritu Santo, eso hubiera significado que algún momento dejó de ser bautizada con el Espíritu Santo, lo cual significaría que dejó de ser parte del cuerpo de Cristo, como si el cuerpo de Cristo hubiera dejado caer uno de sus miembros, lo cual es absurdo. No existe la posibilidad de creyentes que no sean parte del cuerpo de Cristo. Todo creyente es parte del cuerpo de Cristo y por tanto es por siempre bautizado con el Espíritu Santo. Cuarto. El bautismo con el Espíritu Santo no es algo que el creyente busca, sino algo que sucede automáticamente. Haga por Ud. mismo un estudio de toda la Biblia y jamás encontrará un mandato o siquiera una insinuación a que los creyentes debemos buscar o procurar ser bautizados con el Espíritu Santo. ¿Por qué? Sencillamente porque todo creyente es automáticamente bautizado con el Espíritu Santo y no tiene por tanto necesidad de buscar algo que ya lo tiene. Quinto. El bautismo con el Espíritu Santo no es algo que se siente o que se percibe con los sentidos. Es algo que se lo da como un hecho por fe, porque así lo dice la palabra de Dios. Muchos creyentes piensan que jamás han sido bautizados con el Espíritu Santo, porque nunca han tenido una crisis repentina de llanto o una explosión inusitada de gozo o no han hablado en lenguas, o no se han caído al toque de alguien, etc. Pero las Escrituras en ningún lugar muestran que el bautismo con el Espíritu Santo se manifiesta con hechos sobrenaturales. Sexto, el bautismo con el Espíritu Santo ocurre el momento que una persona recibe a Cristo como Salvador. Esto lo sabemos porque como ya hemos dicho, ser bautizado con el Espíritu Santo es equivalente a ser introducido en el cuerpo de Cristo que es la iglesia. No existe creyente fuera del cuerpo de Cristo. Desde el instante que una persona recibe a Cristo como Salvador pasa a ser parte del Cuerpo de Cristo, y por tanto, desde ese instante es bautizada con el Espíritu Santo. Séptimo. Algo muy importante. ¿Quién es el que bautiza con el Espíritu Santo? Leamos una declaración que hizo Juan el Bautista sobre Jesús. Marcos 1:8 dice: “Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo” él, Jesús, os bautizará con Espíritu Santo. Por tanto quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo es Cristo. Así como Juan el Bautista utilizaba agua para bautizar a los que recibían su mensaje, Cristo utiliza el Espíritu Santo para bautizar a los que le han recibido por la fe como su Salvador. Muchos creyentes piensan que es el Espíritu Santo quien bautiza a los creyentes, pero no hay tal. Es Cristo quien bautiza con el Espíritu Santo a los creyentes, y esa obra resulta en que los creyentes son introducidos en el cuerpo de Cristo que es la iglesia de Cristo. Por esto, amigo oyente, no es correcto hablar del bautismo del Espíritu Santo, como si el Espíritu Santo fuera quien lo efectúa. Lo correcto es hablar del bautismo por o con o en el Espíritu Santo. Busque Ud. en su Biblia, alguna referencia al bautismo del Espíritu Santo y nunca hallará, pero en cambio sí encontrará el bautismo por o con o en el Espíritu Santo. Terminando ya amigo oyente. Si Ud. ha recibido a Cristo como su Salvador, Ud. ha sido bautizado con el Espíritu Santo, eso ha significado que Ud. ha sido hecho uno con Cristo Jesús, Ud. forma parte del Cuerpo de Cristo y Ud. tiene el mismo Espíritu Santo que todos los demás creyentes. Agradezca a Dios por esta realidad y disfrute de esta comunión tan especial.

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