Juicio que Jesucristo llevará a cabo en la tierra

Reciba un cálido y fraternal saludo amigo oyente. Bienvenido al estudio bíblico de hoy sobre los eventos futuros. Hablando de Jesucristo, el profeta Jeremías dijo lo siguiente en Jeremías 23:5: “He aquí que vienen días dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra”

Fiel a esta profecía, el Señor Jesucristo hará varios juicios en la tierra tan pronto venga por segunda vez. Hemos visto ya que él derramará su juicio sobre el Anticristo y el falso profeta, sobre los ejércitos congregados en Armagedón, sobre Babilonia tanto religiosa como política, y sobre la nación de Israel. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará del último juicio que Jesucristo llevará a cabo en la tierra tan pronto como venga por segunda vez.

Después de juzgar a la nación de Israel, el Señor Jesucristo juzgará también a las demás naciones de la tierra. Este juicio fue profetizado en varios pasajes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Joel 3:1-2 dice: “Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron éntrelas naciones, y repartieron mí tierra”

Joel tiene en mente el momento cuando Dios recoja a los israelitas de los confines de la tierra y los traiga a un lugar desierto de los pueblos donde procederá a juzgarlos. Una vez terminado este juicio, reunirá a todas las naciones en el Valle de Josafat, también conocido como el Valle de Cedrón o Hinom.

Josafat significa: Jehová juzga y ciertamente es un nombre apropiado para este valle que comienza en la meseta al norte de la ciudad de Jerusalén y se extiende entre el muro de Jerusalén y el Monte de los Olivos en dirección al Sur para descender por una cañada rocosa y escarpada hacia el mar Muerto. Una buena parte de este valle se usaba para arrojar los desperdicios de la ciudad y los cuerpos de los que no podían ser sepultados en los cementerios, por esta razón había fuego que ardía continuamente para quemar la basura.

Por este hecho, a este valle se le conocía también como el valle de Ge-Hinom de donde proviene la palabra Gehena, que el Nuevo Testamento utiliza para designar al castigo eterno en el Infierno.

Tan pronto como Jesucristo venga por segunda vez, las naciones gentiles del mundo serán congregadas en este valle para ser juzgadas. La base del juicio será la manera como trataron a los israelitas, porque el texto leído dice que el Señor entrará en juicio con las naciones a causa de su pueblo, de Israel su heredad, que fue esparcido y humillado entre las naciones.

Muy bien, tenemos entonces que el juicio a las naciones fue profetizado en el Antiguo Testamento, pero no solo eso, porque también fue proclamado por el Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento. Lo tenemos en Mateo 25:31-46 donde dice: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos, forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: ¿Señor, cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”

Hermosa manera de describir el juicio a las naciones gentiles. Notemos algunos detalles importantes. El juicio tendrá lugar cuando el Señor Jesucristo, el Hijo del Hombre venga en su gloria, o en otras palabras, en su segunda venida. El vendrá como el Rey de reyes, con sus santos ángeles y se sentará en su trono de gloria.

Inmediatamente las naciones gentiles del mundo se darán cita ante su glorioso trono. El juicio habrá comenzado. El Señor apartará a los congregados en dos grupos así como un pastor aparta las ovejas de los cabritos. Las ovejas serán puestas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Acto seguido, las ovejas que estarán a la derecha de Jesucristo escuchará su veredicto: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Las ovejas representan a los gentiles, creyentes al final de la tribulación. Son ellos quienes entrarán como súbditos del reino de Jesucristo. Su entrada no depende de sus obras, sino del hecho que recibieron a Cristo como Salvador personal y lo demostraron socorriendo a los israelitas, quienes sufrirán gran persecución durante la tribulación. Esto concuerda con la profecía de Joel cuando Jehová dijo que las naciones serán juzgadas por causa de su pueblo.

En cambio los cabritos representan a los gentiles incrédulos al final de la tribulación. Ellos también escucharán de Jesucristo su veredicto: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Su castigo es bien merecido porque jamás confiaron en Cristo como Salvador y eso quedó evidenciado cuando vieron a los israelitas perseguidos y no hicieron nada para socorrerlos.

Jesús termina su exposición de cómo será este juicio diciendo que los gentiles incrédulos que queden hasta la segunda venida de Cristo irán al castigo eterno y los gentiles creyentes que queden hasta la segunda venida de Cristo, además de entrar al reino Mesiánico, irán a la vida eterna.

Al hablar de gentiles creyentes, estamos refiriéndonos únicamente a los gentiles que reciban a Cristo durante la tribulación, porque recuerde que los demás creyentes, tanto gentiles como judíos fueron transformados y arrebatados antes de la tribulación. El instante cuando comience la tribulación no habrá un solo creyente en la tierra, pero Dios levantará 144.000 testigos judíos que proclamarán el evangelio durante la tribulación y como resultado habrá muchos que recibirán a Cristo durante la tribulación.

Estos creyentes sufrirán una feroz persecución por parte del Anticristo y sus secuaces y la mayoría morirán como mártires, pero algunos, quizá, pocos quedarán vivos hasta el fin de la tribulación, éstos serán las ovejas que entrarán al reinado milenial de Cristo, luego del juicio alas naciones. Si este juicio tuviera lugar este instante, ¿en qué grupo se encontraría Ud.? En el de las ovejas o el de los cabritos. Lo que determina el grupo en el cuál Ud. estaría es lo que Ud. ha hecho con Jesucristo. Si Ud. ha recibido a Cristo como su Salvador estará listo para la vida eterna, pero sí Ud. ha rechazado a Cristo como su Salvador no le espera sino el castigo eterno. La, decisión es suya amigo oyente.

Deja una respuesta