Recompensas que serán otorgadas en el tribunal de Cristo

Saludos cordiales amigo oyente. Es un grato privilegio compartir estos minutos con Ud. Estamos estudiando los eventos futuros y hemos llegado al tribunal de Cristo, el cual tendrá lugar en el cielo y será la primera actividad en la cual participaremos todos los que hemos sido arrebatados por el Señor. En nuestro ultimo estudio bíblico sobre este asunto, vimos que el Señor Jesucristo glorificado quien será el Juez evaluara las obra que los creyentes habremos hecho mientras estábamos en el cuerpo. Si esas obras fueron para traer gloria al nombre de Cristo, serán recompensadas, pero si no trajeron gloria al nombre de Cristo serán quemadas y ninguna recompensa recibiremos por ellas.

La palabra del Señor nos exhorta por tanto a mirar cuidadosamente la manera como estamos viviendo en este mundo mientras dure nuestra permanencia en el. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho compartirá con nosotros acerca de las recompensas que serán otorgadas en el tribunal de Cristo.

Abramos nuestras Biblias en 1ª Corintios 9:24-27. Dice así: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la aventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”

En este pasaje bíblico el apóstol Pablo toma como ilustración las competencias atléticas de su época para mostrar que así como en un estadio los corredores dan todo de ellos para ganar un premio, los creyentes también, cual corredores sobre la pista atlética que es el mundo, deben dar todo de ellos para obtener el premio.

Pablo observó que en las competencias atléticas, todos a la verdad corrían pero había uno que sobresalía, uno que se había preparado mas que los demás, uno que ponía mas esfuerzo y energía que los demás y ese es el ganaba el premio.

Pablo nos dice por tantos Sean Uds. como ese uno que se ha preparado más que los demás, sean Uds. como ese uno que derrocha mayor esfuerzo y energía que los demás y de seguro Uds. serán los ganadores del premio. Corred de tal manera que lo obtengáis fue su recomendación. Luego nos habla de como ser ese uno. La clave está en imitar al que lucha. Si el que lucha quiere ganar el combate, tiene que estar preparado lo mejor posible para la pelea. La preparación básicamente consiste en abstenerse de todo aquello que podría afectar negativamente su rendimiento en la lucha.

Igual tendría que ser con los creyentes. Si quieren ser ganadores deben prepararse lo mejor posible para la competencia. La preparación para ellos también consiste en abstenerse de todo aquello que afecte negativamente su rendimiento en la carrera. Abstenerse de gratificar lo que Juan ha llamado los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Solamente así estaremos en buena forma para poder ganar el premio en la carrera en la que nos encontramos.

El autor de Hebreos apunta a lo mismo cuando en Hebreos 12:1 dice: “despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”

Como creyentes muchas veces tenemos pesos que no nos permiten correr ágilmente en la carrera. Los pesos son todas aquellas cosas que sin ser necesariamente malas, sin embargo nos estorban en la carrera. Un joven solía decir, cuando termine mis estudios de medicina me dedicaré a servir al Señor.

Terminó sus estudios de medicina e inmediatamente se vio envuelto en el ejercicio de su profesión, al punto que jamás encontró tiempo disponible para servir al Señor. Para este joven, sus estudios de medicina y su ejercicio de la medicina eran los pesos que impidieron que corra con libertad la carrera espiritual que tenia por delante.

Para los ojos de los hombres quizá fue un hombre exitoso, pero para los ojos de Dios quedó descalificado. Es necesario despojarse de cualquier peso que impida libertad de movimiento para ganar el premio.

¿En que consiste el premio para que valga la pena nacer tanto esfuerzo para ganarlo, inclusive llegando a sacrificar cosas que no son necesariamente malas? Bueno, el premio no es la salvación, porque recuerde que los premios se darán a las personas ya salvas porque el tribunal de Cristo ocurre después del arrebatamiento cuando todos los creyentes ya estemos en el cielo.

Pablo dice que el premio tiene que ver con coronas incorruptibles. Los ganadores en las competencias atléticas recibían una corona de laureles o de olivo, que lucia hermosa cuando estaba fresca, pero pronto se marchitaba y se deshacía. Pero los creyentes no recibiremos algo que se marchita sino algo que es incorruptible. El Nuevo Testamento nos habla de cinco tipos de coronas que serán entregadas como premio a los creyentes ganadores.

En primer lugar la corona incorruptible de la cual ya hemos hablado, que será para aquellos creyentes que renunciando al legitimo derecho corran la carrera de servir al Señor, sufriendo y realizando todo esfuerzo por lograr la meta.

En segundo lugar, la corona de gozo de la cual nos habla 1ª Tesalonicenses 2:19-20 la cual será para aquellos que puedan presentar delante del Señor en su venida, las personas que lograron guiar al Salvador por la predicación del evangelio. Es decir para los que sembrando la palabra fueron instrumentos del Espíritu Santo para traer salvación a una persona.

En tercer lugar, la corona de justicia de la cual nos habla 2ª Timoteo 4:8 la cual será para aquellos que aman la venida del Señor, para los que jamás están satisfechos con lo que este mundo ofrece y sabiendo que este mundo nunca mejorará anhelan encontrarse con el Señor y su justicia.

En cuarto lugar, la corona de gloria de la cual nos habla 1ª Pedro 5:4, la cual es para aquellos que siendo ancianos o pastores cuidan con sanos propósitos la grey de Dios.

En quinto lugar, la corona de vida de la cual nos habla Santiago 1:12, la cual será para aquellos que soporten de manera digna las pruebas y tentaciones por causa de la fe en la persona de nuestro Señor Jesucristo.

Cinco tipos diferentes de coronas, que serán entregadas a los creyentes que mientras estuvieron en este mundo se esforzaron hasta el agotamiento para ganarlas. Pablo termina diciendo que el esta vivamente interesado en obtener todos y cada uno de esos premios De esta manera corro, dice, no como a la ventura.

Pablo tenia claro en su mente lo que quería y con cada fibra de su ser se esforzaba por conseguirlo, no le importaba las privaciones o el sufrimiento. Dice que peleaba no como quien golpea el aire sino como quien golpea su cuerpo y lo pone en servidumbre. ¡Que ejemplo!. Para Pablo, el cuerpo era su esclavo, no su amo. Pablo aprendió a no ceder a las presiones de su carne.

En Pablo había un temor santo a dejar de ganar esas coronas. No sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado, decía. Así que amigo oyente, si Ud. es de Cristo Ud. esta en una carrera. ¿Esta Ud. esforzándose por ganar los premios? Recuerde que viene el día cuando Ud. se presentara ante el tribunal de Cristo y allí delante del Señor Jesucristo serán examinadas sus obras.

SÍ sus obras son como oro o plata o piedras preciosas que simbolizan las obras hechas para la gloria de Dios, pasaran la prueba de fuego y Ud. será recompensado ya sea con la corona incorruptible o la corona de gozo o la corona de justicia o la corona de gloria o la corona de vida.

Pero si sus obras son corno madera o heno u hojarasca, que simbolizan las obras hechas para su propio beneficio, serán quemadas por el fuego de la omnisciencia de Jesucristo y Ud. no recibirá ninguna recompensa por ellas. Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús el autor y con su mador de la fe.

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