Prediquen el evangelio hasta lo último de la tierra

Gracias por estar nuevamente con nosotros, es un privilegio contar con su sintonía, hoy continuaremos con el interesante tema que está desarrollando nuestro hermano David Logacho, “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo”, tenga su Biblia a mano y acompáñenos a conocer que es lo que dios nos quiere decir acerca de esto.

I. Introducción. Saludos y bienvenida. Estudio del libro de Hechos en la serie: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico estudiamos las características de una iglesia misionera, tomando como ejemplo la iglesia en Antioquía. Algo digno de mencionarse, además de lo que ya dijimos, es el hecho que la iglesia en Antioquía no estaba conforme con solamente disfrutar de las bendiciones casa adentro, sino que se movilizó para salir de las cuatro paredes y llevar el mensaje del evangelio a regiones distantes. Así debería ser con toda iglesia local hoy en día. Las iglesias locales no deben conformarse con ser un pequeño círculo cerrado donde disfrutan de las bendiciones del Señor. Las iglesias locales deben salir de su encierro y deben llevar el evangelio a los que están cerca y a los que están lejos. La iglesia local que no está haciendo al menos algo por llevar el evangelio a la gente necesitada de este mundo, ha perdido la brújula, está navegando a la deriva y algún día va a naufragar. Aprendamos del ejemplo de la iglesia en Antioquía. De manera que, según lo último que estudiamos en el libro de Hechos, la iglesia en Antioquía oró y ayunó y luego, seguramente los líderes de la iglesia, impusieron las manos sobre Bernabé y Saulo y los despidieron para que vayan y prediquen el evangelio hasta lo último de la tierra. Con esto en mente, le invito a abrir su Biblia, si la tiene a la mano, en Hechos 13 a partir del versículo 4.

II. Lo que tenemos ante nosotros es lo que se llama el primer viaje misionero de Pablo. El primer punto que tocaron dentro del viaje fue la isla de Chipre, en el mar Mediterráneo. Allí sucedieron varias cosas que Lucas ha registrado en el libro de los Hechos. Lo que primero notaremos es la partida de Antioquía y el viaje hacia Chipre. Hechos 13:4 dice: Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
El pronombre “ellos” se refiere a Bernabé y Saulo principalmente y también a Juan Marcos, sobre quien hablaremos más adelante. Note como Lucas pone mucho énfasis en el hecho que Bernabé y Saulo fueron enviados por el Espíritu Santo. Claro que Bernabé y Saulo salieron con la bendición de la iglesia en Antioquía, pero quien estaba detrás de todo era en realidad el Espíritu Santo. Bernabé y Saulo salieron de Antioquía en la voluntad del Espíritu Santo y en el poder del Espíritu Santo. La obra del Espíritu Santo es más que evidente en todos los eventos relatados en el libro de Hechos. El Espíritu Santo es el vicario, o el que reemplaza a Cristo en el mundo, una vez que Cristo ascendió a la gloria de su Padre. Por eso se afirma con mucha razón que Hechos relata la obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. Revestidos del poder del Espíritu Santo, Bernabé y Saulo salieron de Antioquía y descendieron al puerto marítimo más cercano. El puerto se encontraba a escasos 25 Km. hacia el suroeste de Antioquía. Allí en el puerto deben haberse embarcado en una nave hacia la isla de Chipre. El viaje por mar duraba no más de dos días. En segundo lugar tenemos la llegada de Bernabé y Saulo a Chipre. Hechos 13:5 dice: Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante.
Bernabé y Saulo arribaron al puerto de Salamina en Chipre. Salamina era la ciudad más grande en la costa este de la isla de Chipre. Bernabé y Saulo entraban en las sinagogas de los judíos en Salamina y anunciaban la palabra de Dios. La práctica de anunciar la palabra de Dios primeramente a los judíos será algo que prevalece en la obra evangelística de Saulo. ¿Por qué? Pues porque el evangelio es primero para los judíos. Romanos 1:16 dice: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
No se sabe cuál fue la reacción de los judíos en Salamina a la predicación de la palabra de Dios por parte de Bernabé y Saulo.
Lucas no registra tampoco cuánto tiempo se quedaron Bernabé y Saulo en Salamina, ni tampoco registra si se fundó una iglesia cristiana en esa ciudad. Lo que sí registra es que el joven Juan Marcos, judío de Jerusalén hijo de María, sobrino de Bernabé, estaba acompañando a Bernabé y Saulo. Eran entonces tres personas las que formaban el incipiente equipo misionero que partió de Antioquía. En tercer lugar, tenemos el ministerio de Bernabé y Saulo en otra ciudad de la isla de Chipre, la ciudad de Pafos. Allí tuvo lugar un evento muy interesante. Hechos 13:6-12 dice: Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.
Pafos también era un puerto en la isla de Chipre, situado en la costa oeste a unos 170 Km. de Salamina, era una ciudad muy pagana, en la cual se ofrecía culto a la diosa que incita o estimula el apetito sexual, llamada Afrodita o Venus. Pafos era la cuna de todo tipo de libertinaje sexual. En esta ciudad estaba también la sede del gobierno romano de la isla. Interesante que Bernabé, Saulo y Juan Marcos, no consideraron que era impropio ir a una ciudad tan inmoral como Pafos. Más bien deben haber pensado que Pafos era la ciudad ideal para predicar la palabra de Dios de modo que los oyentes puedan tener la oportunidad de librarse de su vida de esclavitud al pecado. Cuando el equipo misionero llegó a Pafos, quien gobernaba la isla de Chipre era el procónsul Sergio Paulo. Un procónsul era el oficial principal de una provincia romana. Sergio Paulo era un varón prudente. El adjetivo que se ha traducido como prudente, significa “inteligente” Esto explicaría lo que hizo. Llamó a Bernabé y a Saulo para oír de ellos la palabra de Dios. Pero Sergio Paulo era muy amigo de un cierto mago, quien además era falso profeta, judío, llamado Barjesús. Su nombre significa: Hijo de Jesús. No olvide que el nombre Jesús o Josué era muy popular en esa cultura en esos tiempos. Este tipo era realmente lo que hoy llamaríamos un brujo adivino. Estaba metido en el ocultismo, le gustaba la astrología, disfrutaba del horóscopo, de la lectura de las manos y engañaba a la gente haciéndose pasar por un profeta. Quien estaba detrás de Barjesús era Satanás y sus demonios. Era natural por tanto que Barjesús hiciera todo tipo de actos para oponerse a Bernabé y Saulo, tratando de impedir que Sergio Paulo reconozca su necesidad de depositar su fe en la persona y obra de Cristo Jesús. Lucas hace constar que el nombre hebreo del mago, Barjesús, se traduce como Elimas, el nombre griego, el cual corresponde a la transliteración de una palabra de origen árabe que significa mago. Quien entra directamente en la escena es Saulo. A partir de este momento, Bernabé pasa a un segundo plano. Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, y mirando fijamente a los ojos de Barjesús le dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Estas son palabras muy fuertes. Con el poder y autoridad del Espíritu Santo, Pablo está descubriendo la terrible condición espiritual de Barjesús. Era un engañador, era perverso, era como su padre Satanás, era enemigo de todo lo que es justo. Por tanto, ya era hora de que deje de trastornar o torcer los caminos del Señor. Pero Pablo fue más adelante. Con autoridad divina anunció el inminente castigo de Dios para él. Le dijo: La mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. Para asombro de todos, ni bien Pablo terminó de hablar, instantáneamente, Barjesús se quedó en tinieblas. Fue necesario que alguien le tome de la mano para guiar sus pasos. Esto impactó en forma particular al procónsul Sergio Paulo, quien habiendo visto lo que había sucedido, creyó y recibió a Cristo como su Salvador, maravillado por todo lo que Dios había hecho por él al enviar a su Hijo el Señor Jesucristo para que muera en la cruz en lugar del pecador. Esto es en esencia la doctrina del Señor. No se sabe cuánto más tiempo se quedó Pablo con Bernabé y Juan Marcos, pero cuando salieron de Pafos, quedó en esa ciudad un grupo de creyentes y entre ellos alguien tan respetado en su tiempo, el oficial romano Sergio Paulo, procónsul en Chipre. El evangelio no es sólo para los pobres, para los de poca educación, sino también para los ricos y para los muy educados. ¿Ha recibido ya a Cristo como su Salvador?.

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