Algo claro y directo para los comerciantes

Qué bueno es nuestro Señor al permitirnos estar junto a Usted para el estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Proverbios, en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En instantes más nos acompañará David Logacho para guiarnos en el estudio de la primera parte de Proverbios 11.

Al comenzar a examinar la sabiduría celestial encerrada en el capítulo 11 de Proverbios, nos encontramos con algo claro y directo para los comerciantes.

Si Usted se dedica al comercio, ponga atención a lo que dice Proverbios 11:1 «El peso falso es abominación a Jehová; mas la pesa cabal le agrada»

El corazón tenebroso del impío impulsará a tener dos juegos de pesas. Unas para comprar y otras para vender. Las pesas para comprar son más pesadas que lo cabal, con el fin de recibir más mercadería por el mismo dinero. En cambio las pesas para vender son más livianas que lo cabal, con el fin de entregar menos mercadería por el mismo dinero. De cualquier manera, el comerciante deshonesto sale ganando.

Esta práctica es una abominación a Jehová. Lo que Dios demanda es la pesa cabal, o el peso exacto. Si Usted es un comerciante, este proverbio debería tenerlo enmarcado y colgado en la pared de su negocio, de modo que todos lo puedan ver y que nadie jamás le acuse de ser deshonesto en sus transacciones mercantiles.

Proverbios 11:2 dice: «Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra, mas con los humildes está la sabiduría»

Este proverbio está diciendo que el orgullo es pariente cercano de la deshonra. Algún día el orgulloso va a ser deshonrado. Por otro lado, la humildad es pariente cercano de la sabiduría. El que es humilde es sabio, así como también el sabio es humilde. Los verdaderos sabios, en el sentido bíblico, son siempre humildes.

Proverbios 11:3 dice: «La integridad de los rectos los encaminará; pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos».

En este proverbio se contrasta la integridad, atributo de los rectos, con la perversidad, atributo de los pecadores. La integridad de los rectos será una defensa sólida contra cualquier ataque enemigo. En cambio la perversidad de los pecadores no sirve en absoluto para defender a los pecadores de su inminente desastre.

Proverbios 11:4 dice: «No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte»

Tanta sabiduría en este proverbio. Contrasta el carácter de la riqueza con el carácter de la justicia. Las riquezas son temporales y no sirven en absoluto para librar del castigo eterno al pecador que confía en ellas. A esto se refiere el proverbio cuando dice que no aprovecharán las riquezas en el día de la ira. En cambio la justicia, que resulta de haber confiado en Cristo como Salvador, sirve para librar de una muerte física prematura y sirve también para librar de la muerte eterna, o del castigo eterno cuando se salga de este mundo.

Proverbios 11:5 dice: «La justicia del perfecto enderezará su camino; mas el impío por su impiedad caerá»

Nuevamente se contrasta a la justicia, pero esta vez con la impiedad. La justicia del perfecto, o el hombre que vive en el temor de Dios, es un guía efectivo para evitar una caída. En cambio la impiedad del pecador, conduce siempre a una segura caída.

Proverbios 11:6 dice: «La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores serán atrapados en su pecado.»

Una persona que es inocente, que jamás ha defraudado a alguien, en esencia una persona justa cuya justicia es evidente, no tiene en absoluto de qué preocuparse. Tendrá una vida libre de culpa, libre temores. Por otro lado, una persona impía, que ha hecho todo tipo de maldad, en secreto o en público, siempre vivirá con el temor de que algún día se descubrirán las faltas cometidas con la consecuente vergüenza y el correspondiente castigo.

Proverbios 11:7 dice «Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; y la expectación de los malos perecerá.»

Aquí tenemos a cara descubierta la debilidad de la esperanza de los impíos. Los impíos ponen su esperanza en la riqueza o en el poder, o en la fama, o en la ciencia, o en el placer, etc. Pero cuando llega la muerte, esta esperanza se esfuma. Ha muerto la esperanza del hombre impío. Otra manera de decir que la expectación de los malos perecerá. Lo único que les espera es el castigo eterno en el infierno. En cambio, si la esperanza está puesta en Dios y en lo que él hizo al darnos a su Hijo el Señor Jesucristo para que muera en nuestro lugar, esta esperanza trasciende la muerte. Es una esperanza que nunca muere.

Proverbios 11:8 dice: «El justo es librado de la tribulación; mas el impío entra en lugar suyo»

Parece como si la tribulación quisiera tener siempre a alguien en sus manos. A veces Dios permite que un justo caiga en manos de la tribulación. Cuando esto sucede es siempre para el bien del atribulado. Cuando se cumpla el propósito de Dios, Dios mismo se encargará de quitar a ese justo de las manos de la tribulación. No así con los impíos, por cuanto cuando un impío cae en la manos de la tribulación, no hay quien vele por él. La tribulación hará lo que quiera con el impío.

Proverbios 11:9 dice: «El hipócrita con la boca daña a su prójimo; mas los justos son librados con la sabiduría.»

Los hipócritas arremeten contra todos con sus hipocresías. La intención de los hipócritas es dañar el carácter de sus víctimas. Puede ser que tengan éxito con algunos, pero con quienes no tendrán éxito jamás es con los justos, por cuanto los justos están protegidos por la sabiduría. La sabiduría misma se encargará de vindicar a un justo para componer la imagen que los hipócritas han tratado de destruir.

Proverbios 11:10 dice: «En el bien de los justos la ciudad se alegra; mas cuando los impíos perecen hay fiesta.»

No pude menos que sonreír cuando leí este proverbio. Tiene que ver con la reacción general de la gente ante la prosperidad de los justos y la calamidad de los impíos. Cuando los justos prosperan, la gente en general reacciona con alegría. La ciudad se alegra, dice el texto. Pero cuando los impíos sufren una calamidad, tal vez la muerte, en lugar de entristecerse, la gente en general se alegra tanto como si estuviera en fiesta. La razón para esto es muy obvia. Con la muerte del impío se libran de la opresión maquinada por él. Esto me hace recordar la historia de Mardoqueo, Ester y el perverso Amán. Cuando Amán fue ahorcado en la horca que él mismo había construido para ahorcar a Mardoqueo, el pueblo de Israel hizo fiesta.

Proverbios 11:11 dice: «Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; más por la boca de los impíos será trastornada»

Esta cápsula de sabiduría tiene que ver con el efecto de los gobernantes sobre un país. Si esos gobernantes son temerosos de Dios, recibirán la bendición de Dios, y eso redundará en progreso y prosperidad para el país. Por contraste, si esos gobernantes son impíos, corruptos, ladrones, y todo lo demás, su boca siempre pronunciará palabra que resulta en inmoralidad, pobreza, violencia y tantas otras cosas más. Si los gobernantes de las naciones dieran oído a cosas como estas de la palabra de Dios, este mundo sería tan distinto de lo que es en la actualidad.

Proverbios 11:12 dice: «El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla.»

El marco donde se aplica este proverbio es un conflicto. La temperatura emocional está por las nubes. La tentación es a gritar, insultar, atacar, dañar al contrario de alguna manera. El proverbio dice: El necio, o el que carece de entendimiento, cederá a esta tentación y explotará en desprecio al prójimo. Pero el sabio, o el hombre prudente no cederá a la tentación. Preferirá callar o tal vez responderá con mesura. Levantar la voz para ofender no es de sabios amigo oyente.

Proverbios 11:13 dice: «El que anda en chismes descubre el secreto; mas el de espíritu fiel lo guarda todo»

Es inevitable llegar a saber sobre hechos negativos de personas que conocemos. La tentación en casos así, es contar esos hechos a otras personas. Esto se llama chisme. El chisme hace que quede al descubierto algo que sería mejor que se mantenga en secreto. Además, el chisme es equivalente a una deslealtad hacia la persona que es víctima del chisme. Si alguien quiere ser fiel, debe refrenar el deseo natural de chismear. El chisme se parece al puñal. El puñal puede matar el cuerpo de una persona, el chisme puede matar el carácter de una persona.

Proverbios 11:14 dice: «Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.»

Este proverbio debería ser el lema de todos aquellos que estamos en algún tipo de liderazgo. Cuando el liderazgo no provee dirección sabia, los que están bajo ese liderazgo caerán o sufrirán graves pérdidas. Pero cuando el liderazgo provee dirección sabia, lo cual resulta de un consenso de las opiniones o consejo de muchas personas sabias, entonces los que están bajo ese liderazgo podrán estar seguros de que no van a caer o a sufrir graves pérdidas.

Proverbios 11:15 dice: «Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.»

Este es un excelente y útil consejo para los que están pensando ser garantes de alguna persona. Si aceptan ser garantes de una persona, peor si esa persona es extraña, deben saber que la consecuencia va a ser una vida llena de ansiedad. La ansiedad nace del temor de que el deudor no cumpla con los pagos por el préstamo y el prestamista se vea obligado a cobrar los dividendos al garante. Para evitar este riesgo, la palabra de Dios aconseja no ser garante de nadie. No siempre es fácil rechazar la solicitud para ser garante de alguien, pero es preferible perder un amigo a vivir en ansiedad constante.

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