Una exhortación al perezoso

Damos gracias a Dios por el privilegio que tenemos de estar junto a Usted. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Proverbios en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría espiritual para la vida terrenal. En esta ocasión, David Logacho nos guiará en el estudio de la segunda parte del capítulo 26.

Vamos a abrir nuestras Biblias en Proverbios capítulo 26. Comenzaremos estudiando desde el versículo 13. Con lo primero que nos topamos es con una exhortación al perezoso. En primer lugar, el perezoso es ingenioso para inventar excusas. En Proverbios 26:13 leemos: «Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.» Lástima que el perezoso no usa el ingenio con un buen propósito, porque ciertamente es ingenioso, pero para el mal. Imagínese. No sale de su cama, ni de su casa, porque, según él, en la calle está un león al acecho, listo para caer sobre él y devorarlo totalmente. Ni que estuviera en la selva virgen del África. Nos burlamos del perezoso, pero ¿cuántas veces también nosotros no habremos usado el mismo ingenio para inventar excusas para no hacer lo que debemos hacer? La pereza nos gana y decimos: Mañana lo haré. Es nuestro personal león que acecha fuera de casa. En segundo lugar, el perezoso es improductivo. Note lo que dice Proverbios 26: 14: «Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama.» Toda puerta tiene sus bisagras o sus goznes o como dice el texto, sus quicios. La puerta jamás va a ningún lado, simplemente gira y gira. Así es el perezoso, no va a ningún lado, solamente gira y gira. Temprano a la mañana, abre los ojos, sabe que debe levantarse para ir a su trabajo, pero le vence la pereza, se da vuelta y duerme un poco más. Pasa el tiempo, se despierta nuevamente, sabe que debe levantarse, pero nuevamente le gana la pereza, se da vuelta y duerme otro poco más. Así hasta que es tan tarde para ir al trabajo, que prefiere quedarse en casa y usando su ingenio para el mal, inventa una excusa, aunque sea descabellada, para justificar la ausencia. El perezoso es totalmente improductivo. En tercer lugar, el perezoso es indolente. Observe lo que dice Proverbios 26:15. «Mete el perezoso su mano en el plato; se cansa de llevarla a su boca.» Qué cuadro más patético. Allí está el perezoso sentado a la mesa. Está con hambre. Tiene antes sí un plato de deliciosa comida. Mete la mano en el plato para tomar un bocado, y le vence la pereza. Dice que la mano está cansada y que por tanto no puede llevar el bocado a la boca. ¡Se puede imaginar! Es tan indolente ante su propia necesidad, peor ante la necesidad de los demás. El perezoso jamás levantará un alfiler para ayudar a otros. Por último, en cuarto lugar, el perezoso es intransigente. Proverbios 26:16 dice: «En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar.» En su propio modo de pensar, el perezoso es un sabelotodo. No hay nada que escape de su conocimiento. Así es su agigantado ego. En un tono irónico, que demuestra la profunda necedad del perezoso, Salomón dice: Este perezoso es más sabio que siete que saben aconsejar. Siete significa perfección en la mentalidad judía. El proverbista está diciendo: El perezoso se cree más sabio que los super sabios. De modo que, amable oyente, si la pereza está tocando la puerta de su vida, no la abra. No sea que la historia de su vida se vea reflejada en este pasaje bíblico. Avanzando con el estudio de Proverbios, llegamos al versículo 17 del capítulo 26 donde dice: «El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno es como el que toma al perro por las orejas.» Para captar la figura, si no le ha pasado a Usted, pregunte a alguien a quien si le ha pasado. Averigüe el resultado de tomar a un perro por las orejas. No estoy diciendo que lo haga, porque estará en peligro de ser seriamente lastimado. El perro se defenderá haciendo lo que sabe hacer: Mordiendo. Pues el mismo peligro corre quien se mete en un pleito sin haber sido invitado. Claro, como no conoce los antecedentes, no sabrá a quien dar la razón y llevado por la ira hará cosas que resultarán en contra de él mismo. Tenemos ahora Proverbios 26:18-19 donde dice: «Como el que enloquece, y echa llamas y saetas de muerte, tal es el hombre que engaña a su amigo y dice: Ciertamente lo hice por broma.» Este proverbio confronta las bromas pesadas. Un hombre que hace bromas pesadas es comparable a un loco que lanza mortales flechas de fuego. Realmente las bromas pesadas son en extremo peligrosas. Qué le parece si un desquiciado, un buen día llamara por teléfono a su casa, haciéndose pasar por un policía, para decirle que alguno de su familia ha muerto en un terrible accidente de tránsito, y luego, al percibir que Usted está en estado de shock, este tipo comienza a reírse diciendo que todo es una broma. Algo así bien puede producir un infarto y matar a una persona. Las bromas pesadas no deberían ser parte de la conducta de una persona madura espiritualmente hablando. Luego tenemos Proverbios 28:20 donde dice: «Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.» Qué interesante. El chisme es a la contienda como la leña es al fuego. Más leña, más fuego. Más chisme, más pelea. Debemos depender del poder de lo alto para mantenernos firmes en contra del chisme. Proverbios 28:21 dice: «El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda» Otro problema con la lengua es que cuando no está bajo control del Espíritu Santo se vuelve como combustible para encender contiendas. Una lengua sin control del Espíritu Santo es como el carbón para las brasas, se hacen más ardientes y leña para el fuego, se hace más intenso. Siguiendo con los problemas de la lengua, Proverbios 26:22 dice: «Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas» Todos sabemos que el chisme es malo, pero a la vez, es tan apetecido por nuestra humana naturaleza. Donde hay chisme, automáticamente la oreja se pone alerta. Es una evidencia de nuestra naturaleza pecaminosa. Esto es lo que está reconociendo este proverbio al comparar al chisme con un bocado suave. Los deliciosos bocados o las golosinas producen verdadero placer al degustarlas. De la misma manera, los chismes producen verdadera satisfacción a nuestra naturaleza pecaminosa. En la misma línea de confrontar los problemas de la lengua, tenemos Proverbios 26:23 donde dice: «Como escoria de plata echada sobre el tiesto son los labios lisonjeros y el corazón malo.» El que dice cosas lindas pero que no las siente, no de corazón, es uno que tiene labios lisonjeros y corazón malo. En el fondo es un hipócrita. Esconde su verdadera intención detrás de las hermosas palabras que habla con su boca. Es como un plato de barro, pero que ha sido recubierto con plata, para dar la apariencia que fuera todo de plata. Así es el lisonjero o el que esconde odio detrás de un bonito discurso. Ahora viene Proverbios 26:24 donde dice: «El que odia disimula con sus labios; más en su interior maquina engaño» Esto está relacionado con el proverbio anterior. Una persona que se excede en las alabanzas a otra persona, es muy probable que esté escondiendo el odio hacia esa persona. Por eso dice el proverbio que en su interior maquina engaño. Cuidado amable oyente con aquellas personas que se exceden en alabanzas. Puede ser que en el fondo estén odiando. Proverbios 26:25 dice: «Cuando hablare amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón» Se trata de la persona que esconde su odio detrás de hermosas palabras. El proverbista aconseja que no se le crea a la persona que se excede en los halagos. Lo que pasa es que el corazón de la persona que esconde su verdadero carácter detrás de una máscara de un hablar amigable es un engañador. De esta manera ha llegado a la plenitud de la maldad. A esto se refiere el proverbio cuando habla de que siete abominaciones hay en su corazón. Proverbios 26:26 dice: «Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación.» El efecto de esconder el odio detrás de palabras hermosas es pasajero. Algún día se hará evidente la hipocresía. El verdadero carácter de una persona hipócrita se va a manifestar algún día. Cuando se descubra, será para vergüenza y confusión del hipócrita. Proverbios 26:27 dice: «El que cava foso caerá en él; y el que revuelve la piedra, sobre él le volverá.» El mal que alguien intenta hacer a otro, ese mismo mal le vendrá a él. El mal que una persona intenta hacer a otra es como un boomerang, en su tiempo va a volver a la persona que planifica el mal para causar un grave estrago. Cuidado amable oyente con maquinar el mal en contra de alguien, porque de seguro Usted mismo caerá en su propia trampa. Proverbios 26:28 dice: «La lengua falsa atormenta al que ha lastimado y la boca lisonjera hace resbalar» La mentira es un arma efectiva para lastimar a otra persona. De igual manera, la lisonja también es un arma efectiva para arruinar a otra persona. Que Dios nos guíe a atesorar su palabra y sobre todo a ponerla en práctica.

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