Reciba saludos cordiales amiga, amigo oyente y la bienvenida al estudio bíblico de hoy con David Logacho. ¿Qué es lo que haría lo más feliz que Usted podría imaginar, en la vida? ¿Quizá ser un multimillonario? ¿O a lo mejor ser la persona más famosa del mundo? ¿O pasar la vida viajando por todo el mundo? ¿O tener los suficientes recursos para ayudar a todos los necesitados en el mundo? Mejor dejemos que sea la Biblia quien se pronuncie en cuanto a quien es la persona más feliz en la vida.
El pasaje bíblico para hoy se encuentra en Apocalipsis 1 del 1 al 3. Este pasaje bíblico forma el prólogo del libro de Apocalipsis y en él encontramos valiosa información para la cabal comprensión de lo que viene a continuación. Para propósito de nuestro estudio es necesario que nos hagamos algunas preguntas. La primera pregunta es la siguiente: ¿Con qué tiene que ver el libro de Apocalipsis? La primera parte del versículo 1 responde esta pregunta de la siguiente manera: “ La revelación de Jesucristo, que Dios le dio” Apocalipsis, amable oyente. tiene que ver con Jesucristo. Más concretamente es la revelación de Jesucristo. La palabra revelación, es la traducción de la palabra griega apocálupsis de donde se deriva el nombre del libro en la versión Reina Valera. Esta palabra describe la acción de descorrer un grueso y oscuro velo para poder ver lo que está detrás de él. El libro de Apocalipsis hace justamente eso. Descorre un grueso y oscuro velo para permitirnos ver a Jesucristo de una manera que nunca jamás ha sido visto. Los evangelios son la revelación de Jesucristo en su primera venida. En su humillación. Allí vemos al Dios hombre naciendo en un pesebre. Lo vemos creciendo en el humilde hogar de un carpintero y su fiel esposa. Lo vemos andando por polvorosos caminos acompañado de hombres sin letras y del vulgo. Lo vemos incomprendido y despreciado. Lo vemos rechazado, traicionado y finalmente crucificado. Al final de su existencia apreciamos un atisbo de su gloria. Jesús venció la muerte y ascendió a la gloria que antes tuvo con su Padre. Hasta aquí llega la revelación de Jesucristo contenida en los evangelios. Pero llega Apocalipsis y allí la situación es enteramente diferente. La revelación de Jesucristo adquiere una nueva y totalmente diferente dimensión. Ya no es la revelación de una persona en humillación. Es la revelación de una persona en gloria. Allí vemos a Jesucristo como el Señor en medio de las iglesias. Lo vemos como un Cordero en medio del trono de gloria. Lo vemos como un león derribando a su presa en medio de las naciones. Lo vemos como un esposo en medio de su ceremonia nupcial y lo vemos como luz refulgente en medio de su gloria. Es la revelación de Jesucristo. Pero note amiga, amigo oyente, que además el texto dice que todo esto es algo que Dios dio a Jesucristo. Es la recompensa que Jesucristo recibió como fruto de su humillación hasta la muerte. El camino a la exaltación pasa primeramente por el valle de la humillación. La segunda pregunta que nos planteamos es la siguiente: ¿Para qué fue dado el Apocalipsis? La respuesta la encontramos en medio del versículo 1 cuando dice: “Para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” En su estado glorificado, Jesucristo está en capacidad de manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Note que el mensaje del libro de Apocalipsis no es para cualquier persona. Está dirigido exclusivamente a los siervos de Jesucristo. Esta es la razón por la cual las personas incrédulas, quienes no son siervos de Jesucristo, están incapacitadas para entender el mensaje del libro de Apocalipsis. Lo que Jesucristo manifiesta a sus siervos son las cosas que van a suceder pronto. Esto no necesariamente significa que estas cosas van a suceder inmediatamente después que fue escrito el libro de Apocalipsis. Lo que significa es que cuando comiencen a suceder, el curso de los eventos será rápido. La tercera pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo fue dado el libro de Apocalipsis? La última parte del versículo 1 y el versículo 2 responden a esta pregunta. Dice así: “y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.” El mensaje que aparece en el libro de Apocalipsis se originó en Dios el Padre, quien lo confió a su Hijo Jesucristo, el cual lo entregó a un ángel, cuya identidad no se menciona, para que sea comunicado al siervo de Jesucristo el apóstol Juan. Fue Juan quien ha dado testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Esto nos recuerda la obra de Juan al escribir el Evangelio que lleva su nombre. Fue también Juan quien da testimonio de todas las cosas que ha visto, esto nos recuerda la obra de Juan al escribir su primera Epístola. Esta fue la manera como se escribió el libro de Apocalipsis, el cual una vez traducido ha llegado a nuestras manos para traernos bendición y esperanza. La cuarta pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué efecto tiene el libro de Apocalipsis en los que lo leen y lo oyen? La respuesta aparece en el versículo 3 donde dice: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” En este versículo encontramos una bienaventuranza. Ser bienaventurado significa ser extremadamente feliz. ¿Quién es bienaventurado? ¿Quién es extremadamente feliz? Bueno, a los ojos de Dios, desde la perspectiva de lo eterno, la persona bienaventurada o extremadamente feliz, no es la que tiene dinero por millones o grandes posesiones, o fama, o poder, o excelente salud o diversión a raudales. La persona bienaventurada o extremadamente feliz, puede ser Usted o yo, con la sola condición que cumplamos con tres requisitos claramente expuestos en el texto. Primer requisito, que leamos el libro de Apocalipsis. Esto es maravilloso. Con solo leer este bendito libro, Usted es catalogado por Dios como bienaventurado. ¿Por qué? Pues porque como ya señalamos anteriormente, en este libro, Usted va a poder mirar lo que está detrás de un grueso y obscuro velo. Algo que no muchas personas están en capacidad de ver. Usted verá al Señor Jesucristo en toda su gloria. Además Usted recibirá información relativa a las cosas que están por suceder pronto. Esto es algo que los periódicos no lo pueden publicar, algo que los científicos no lo pueden anticipar. Pero es algo que el Apocalipsis si nos da a conocer. Cada libro de la Biblia trae bendición a quien lo lee de corazón, pero Apocalipsis es el único libro de la Biblia que expresamente señala que los que lo leen son bienaventurados o supremamente felices. El segundo requisito es oír las palabras de esta profecía. Esto es una referencia a entender lo que dice este libro. El Espíritu Santo está más que dispuesto a ayudar a entender lo que este libro dice, a todo el que con sinceridad quiera entenderlo. El tercer requisito es guardar las cosas escritas en la profecía. La palabra de Dios en general y el libro de Apocalipsis en particular ha sido dada al hombre para que conozca la voluntad de Dios y se someta a esa voluntad. De nada sirve leer la Biblia, entender su mensaje, y hacer todo lo opuesto a lo que la Biblia dice. Es necesario guardar las cosas que se han escrito en la Biblia. Como resultado habrá tremenda bendición para los que así se conduzcan. ¿Quiere Usted ser catalogado por Dios como bienaventurado, o extremadamente feliz? Lea el libro de Apocalipsis. Si no entiende todo lo que lee, no se detenga, siga leyendo. Algún momento Dios mismo se encargará de poner en claro todas las cosas. Además oiga lo que otros leen de este libro o explican su contenido. Compare lo que ellos dicen con lo que dice su Biblia. Luego sométase voluntariamente a lo que dice este libro. Es la fórmula garantizada para ser bienaventurado o extremadamente feliz. Hemos visto que el libro de Apocalipsis es un libro único. Único por su contenido, único por su propósito, único por la forma como llegó a nosotros y único por los beneficios que otorga a los que lo leen, lo oyen y guardan lo que allí se dice. El autor pone su sello en su prólogo con las palabras que aparecen al final del versículo 3: “porque el tiempo está cerca” Esto debe ser un lema para todos los que amamos al Señor Jesucristo. Esta muy cerca el tiempo cuando Jesucristo venga por segunda vez y se cumpla todo lo que ha sido profetizado en el libro de Apocalipsis. Si estuvo cerca cuando Juan escribió el Apocalipsis, hoy, cuando han pasado como 2000 años, está mucho más cerca. Podría ser hoy. Cuánto más entonces tenemos que atesorar este bendito libro. Vivamos hoy como si Jesucristo viniera mañana. O puesto de otra manera. Vivamos hoy como si este fuera nuestro último día sobre la tierra.
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