Que gozo saludarle amable oyente. Le habla David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Seguimos estudiando la epístola de Pablo a Tito en la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. En esta oportunidad veremos que una iglesia saludable tiene un liderazgo bíblicamente diseñado.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en la epístola de Pablo a Tito, capítulo 1, a partir del versículo 5. En esta epístola encontramos los rasgos de una iglesia saludable. Ya vimos varios de ellos en el saludo de la carta, en la primera sección del capítulo 1. Una iglesia saludable da un lugar de importancia a la palabra de Señor. Una iglesia saludable se preocupa por que los que allí se congregan conozcan y practiquen la palabra del Señor. Una iglesia saludable evita manipular la palabra del Señor para que no ofenda a los que de alguna manera no están viviendo lo que ella dice. Una iglesia saludable tiene una común fe, esto significa que todos los que allí se congregan están absolutamente de acuerdo en las doctrinas fundamentales de la fe cristiana. En esta oportunidad vamos a examinar otro rasgo de una iglesia saludable. Una iglesia saludable es aquella que tiene un liderazgo bíblicamente diseñado. Las iglesias en la isla de Creta adolecían de muchos problemas. Uno de ellos era un liderazgo deficiente. Seguramente usted ha oído aquel famoso dicho: Tal el liderazgo, tal la iglesia. Si el liderazgo en las iglesias de Creta era deficiente, la consecuencia directa era que las iglesias eran deficientes. Esto es digno de notar. Cuando se detecta problemas en las iglesias, lo primero que se debe evaluar es el liderazgo, porque si el liderazgo tiene deficiencias es natural que la iglesia tenga deficiencias. Conforme con esto, Pablo apunta su artillería pesada justamente al liderazgo de las iglesias. Cuando hablo del liderazgo de las iglesias, me refiero a los obispos o ancianos o pastores en las iglesias. Estos tres términos, obispo, anciano y pastor son términos sinónimos. Algunas iglesias hacen diferencia entre estos términos, pero bíblicamente hablando no existe ninguna diferencia entre ellos. Son términos sinónimos. Con esto en mente, vayamos a Tito 1:5 en donde encontramos la comisión de Tito. La Biblia dice: Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;
Luego de su saludo, Pablo va directamente al grano. Por escrito comunica a Tito el motivo para haber sido dejado en Creta. No era para que descanse. Era para que corrija lo deficiente. Tito fue comisionado por Pablo justamente para esto. El verbo corregir es un verbo que se usaba en el campo de la medicina. Significa literalmente enderezar algo que está torcido, como un hueso, por ejemplo. Pues, las cosas estaban un poco torcidas en las iglesias en Creta. Las iglesias carecían de algunas cosas importantes. La palabra que se ha traducido como “deficiente” literalmente significa que le falta algo o que carece de algo. Ciertamente que en las iglesias de Creta había algunas carencias. No echemos la culpa a Pablo por lo que estaba pasando en las iglesias de Creta. Pablo hizo lo que pudo mientras estuvo en Creta, pero no logró arreglar todos los problemas y por eso encomendó a Tito para que complete lo que faltaba. Parte de corregir lo deficiente era establecer ancianos en cada ciudad de la isla de Creta, conforme al mandato de Pablo. Los ancianos, obispos o pastores, son los líderes en una iglesia local. Su responsabilidad básica es cuidar a la congregación bajo su liderazgo. Con la autoridad apostólica de Pablo, Tito tenía que establecer ancianos en cada ciudad de Creta donde había una iglesia local. Aquí es donde entra un asunto crucial. ¿Cómo podía saber Tito a qué persona establecía como obispo, anciano o pastor en determinada iglesia local? Pues para responder esto, Pablo proporciona a Tito toda la información necesaria. Algo que no debemos dejar pasar por alto es que los obispos, ancianos o pastores, no llegan a este oficio, por mayoría de votos en una elección democrática entre los miembros de la congregación, tampoco por ser los miembros fundadores de la iglesia local, tampoco por ser los que más ofrendan, tampoco por haber estudiado la Biblia en algún Instituto Bíblico o Seminario Bíblico, tampoco por hablar bien, tampoco por ser los de mayor edad. Nada de esto. Los obispos, pastores o ancianos, llegan a este oficio, por sus cualidades de carácter. Esto se hará obvio a medida que vamos examinando las cualidades de los obispos, pastores o ancianos. Son relativamente pocas las iglesias que toman en cuenta esto cuando están en el proceso de establecer obispos, ancianos o pastores. Con razón que la mayoría de las iglesias son deficientes. Necesitan desesperadamente corregir lo deficiente. Examinemos, pues con atención cuáles son los requisitos de carácter de los obispos, ancianos o pastores en una iglesia local. El primer requisito de carácter es: Irreprensible. Tito 1:6 en su primera parte dice: el que fuere irreprensible,
La palabra irreprensible significa uno que no puede ser llamado a rendir cuentas. Denota a alguien que no puede ser acusado de nada. Implica no una mera absolución, sino la inexistencia de cualquier tipo de cargos o de acusaciones en su contra. Los ancianos, obispos o pastores deben ser hombres de Dios, hombres de buena reputación. Esta cualidad parece que encierra a todas las otras cualidades de carácter que Pablo menciona tanto en esta carta como en la primera carta a Timoteo. Un personaje del Nuevo Testamento que cumplía con esta cualidad de carácter, ser irreprensible, fue Timoteo, el fiel discípulo de Pablo. Note lo que dice Hechos 16:1-2 Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego;
Act 16:2 y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
Timoteo era irreprensible, un hombre de buena reputación, un hombre de quien daban buen testimonio los hermanos de Listra e Iconio. Los hombres irreprensibles son fácilmente identificables. La gente se fija en ellos, sin que ellos se esfuercen por hacerse notar. Timoteo no andaba jactándose de lo bueno que era. La gente de Listra y de Iconio lo notó sin que Timoteo se esfuerce por hacerlo notar. Una buena reputación origina buenos comentarios de la gente, promueve reacciones positivas de parte de la gente. Si queremos saber si tal o cual persona es irreprensible es recomendable prestar atención a lo que la gente dice de esta persona. Si la gente tiene una buena opinión sobre esta persona, es muy posible que esta persona sea irreprensible. Ser irreprensible no es un asunto que ocurre de la noche a la mañana. Lleva tiempo edificar una buena reputación, pero esta debe ser la meta de todo creyente, no sólo de los que aspiran a ser establecidos como obispos, ancianos o pastores en una iglesia local. Ser irreprensible es algo que ocurre cuando un creyente está creciendo y madurando en la vida cristiana. De igual manera un creyente que no es irreprensible es indicación de que ese creyente no está creciendo y madurando en la vida cristiana. Hablando con sus amigos, un hombre preguntó: ¿Cómo creen que sería un hombre de buena reputación? Las respuestas comenzaron a surgir. Alguien agradable. Alguien honesto. Alguien sensible. Alguien que manifiesta a Cristo en su vida. Alguien que es un buen padre. Alguien que ama a su esposa y a sus hijos. Alguien que trabaja fuerte. Alguien humilde. Alguien que cumple con lo que promete. Alguien que inspira confianza. Alguien que no saca provecho de los demás. Alguien que es respetuoso. Alguien que reconoce sus errores y los arregla. Alguien que conoce bien la palabra del Señor. Alguien que se preocupa por los demás. A decir verdad, ser irreprensible comprende todo esto y más. Un rasgo muy significativo de una iglesia saludable es que los obispos, ancianos o pastores deben ser irreprensibles. Si se tomara en cuenta este solo requisito de carácter, ¿cuántos ancianos, obispos o pastores, tendrían que dar un paso al costado y renunciar a su oficio? Sólo Dios sabe. El liderazgo en una iglesia local está formado por hombres que cumplen con cualidades de carácter. La primera cualidad de carácter es que sean irreprensibles. Creyentes que no tienen nada de qué ser acusados.
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