Qué gozo saludarle amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Daniel. En nuestro último estudio bíblico terminamos de analizar el capítulo 9, de manera que hoy nos toca iniciar el estudio del capítulo 10.
Si tiene una Biblia, ábrala en Daniel capítulo 10. Antes de introducirnos en el estudio de esta parte del libro de Daniel, es necesario señalar que los capítulos 10,11 y 12 de Daniel forman una unidad que presenta un panorama de la consumación del plan de Dios para con el pueblo de Israel. En el capítulo 10 Daniel presenta un por demás interesante recuento sobre cómo recibió la visión. En la primera parte del capítulo 11 Daniel recibe información detallada sobre algunos de los eventos mencionados en el capítulo 8, pero comenzando en Daniel 11:36 hasta el final del libro, capítulo 12:13, Daniel recibe información de eventos relacionados con la tribulación. Con esto en mente, vayamos al texto en el capítulo 10.
Abramos nuestras Biblias en Daniel capítulo 10. Este capítulo es la introducción a la profecía que aparece en los capítulos 11 y 12. Lo primero que notamos es el tiempo y las circunstancias de la visión. Daniel 10:1 dice: En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión.
Se trata de Ciro II. Aunque Ciro II, conocido como El Grande, llegó a ser rey de los medos y los persas en el año 559 AC, en sus documentos fechó su reinado desde la conquista de Babilonia, que ocurrió en octubre del 539 AC, y su primer año completo como rey empezó en Marzo del 538 AC. Siendo así, el año tercero de Ciro rey de Persia sería el año 536 AC. Según el relato en el libro de Esdras, en el primer año de Ciro, rey de Persia, es decir en el año 538 AC, Ciro promulgó el edicto por el cual el pueblo de Israel estaba autorizado para ir a Jerusalén con la finalidad de edificar el templo que hasta ese momento estaba destruido. Apenas un puñado de judíos tomaron la decisión de retornar a su tierra, bajo el mando de Zorobabel. Al llegar a Jerusalén, encontraron todo en ruinas y a pesar que la obra de reconstrucción del templo comenzó bien, sin embargo, muy pronto hubo graves problemas originados por los enemigos de Israel. Esto hizo que se paralicen los trabajos de reconstrucción del templo. Noticias sobre esto, deben haber causado gran pesar en Daniel, quien por su avanzada edad, tal vez más de 90 años, no fue a Jersusalén. El texto en Daniel dice que en el año tercero de Ciro rey de Persia, fue revelada palabra a Daniel. Quien lo reveló fue Dios mismo y los detalles de cómo se hizo la revelación aparecen en el resto del capítulo 10. Cuando Daniel habla de la palabra, se está refiriendo a la visión que aparece en los capítulos 11 y 12. Daniel utiliza el nombre que le dieron los Babilonios, según Daniel 1, tal vez para hacer evidentes sus raíces en Babilonia, a pesar que él era judío de nacimiento. Por ser la palabra de Dios, esta palabra era verdadera. Además, Daniel dice que el conflicto era grande. Probablemente se refiere a la crisis que estaban viviendo los judíos que habían ido a Jerusalén a reconstruir el templo. Por la intervención divina, Daniel comprendió la palabra de Dios, o la visión. A partir del versículo 2, en segundo lugar, encontramos el antecedente de la visión. Daniel 10:2-4 dice: En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas.
Dan 10:3 No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.
Dan 10:4 Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel.
En aquellos días, se refiere a los primeros días del mes primero del reinado de Ciro, rey de Persia, más específicamente al tercer día de ese mes. A partir de ese día, Daniel estaba afligido por espacio de tres semanas. La aflicción muy probablemente estaba relacionada por las dificultades que estaban encontrando los judíos en Jerusalén, mientras trabajaban en la reconstrucción del templo. También pudo haber estado relacionada por la apatía espiritual de la mayoría del pueblo de Israel en el exilio. Apenas un puñado, estuvieron dispuestos a retornar a Jerusalén bajo el mando de Zorobabel. El texto dice que durante estas tres semanas, Daniel no comió manjar delicado, esto significa que probablemente tomó solamente agua. No probó ni un bocado de carne ni vino. Estaba ayunando. Además no se ungió con ungüento. El ungimiento era un acto que simbolizaba gozo. Daniel está en absoluta humillación delante de Dios por espacio de tres semanas. Cuando llegó el día 24 de ese mes, el mes primero, Daniel estaba a la orilla del gran río Hidekel. El río Hidekel es el río Tigris. Esto significa que Daniel estaba lejos de la capital cuando tuvo la visión. No debemos olvidar que el 14 del mes de Nisán se celebraba la fiesta de la Pascua y a partir del 15 de Nisán, hasta el 21 de Nisán se celebraba la fiesta de los panes sin levadura. Es decir que tres días después de estas fiestas judías, Daniel recibió de Dios esta importante visión. Como había sucedido otras veces, cuando Daniel buscó a Dios de corazón, tratando realmente de conocer su voluntad, Dios actuó comunicando su palabra. Nadie quien quiera con sinceridad conocer la voluntad de Dios dejará de hallarla. A partir del versículo 5, en tercer lugar, encontramos la manifestación del varón vestido de lino. Daniel 10:5-6 dice: Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.
Dan 10:6 Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.
Mientras Daniel estaba en la orilla del río Tigris, levantó la mirada y con asombro constató la presencia de un varón vestido de lino. La palabra varón, significa una persona de sexo masculino, es decir que este ser tenía la forma humana. El vestido era de lino. Este personaje tenía ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Esto significa que usaba un cinturón de este material puro y precioso, el oro de Ufaz. Daniel también pudo distinguir que el cuerpo de este varón era como de berilo, una piedra preciosa de reconocida belleza. El rostro del varón era resplandeciente como un relámpago. Sus ojos eran como antorchas de fuego. Los brazos y los pies eran de color de bronce bruñido, esto significa un bronce muy pulido y por tanto brillante. Al hablar, el varón pronunciaba palabras como el estruendo de una multitud. La gran pregunta es ¿Quién es este varón que Daniel vio a orillas del río Tigris? Pues, existen dos posibilidades. La primera posibilidad es, que se trata de una Cristofanía, esto significa la aparición del Cristo antes de su encarnación. A esta conclusión se llega por comparar la descripción que Daniel hace de este varón, con la descripción que el apóstol Juan hace del Cristo glorificado, en Apocalipsis 1:10-16 donde dice: Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
Rev 1:11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
Rev 1:12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
Rev 1:13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
Rev 1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
Rev 1:15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
Rev 1:16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Es muy evidente el parecido entre las dos descripciones, de ahí que perfectamente el varón vestido de lino que vio Daniel a orillas del río Tigris sea una manifestación de Cristo antes de su encarnación. La segunda posibilidad es que el varón vestido de lino que Daniel vio a orillas del río Tigris sea simplemente un ángel poderoso, tal vez del mismo rango que el arcángel Miguel. No se puede ser dogmático para adoptar una de las posiciones y rechazar a la otra como herejía, porque ambas posturas son factibles. Cuando estemos en el cielo podremos estar seguros en cuanto a este asunto. En cuanto a mí, me siento más cómodo asumiendo que el varón vestido de lino que Daniel vio a orillas del río Tigris es el Cristo en su estado pre-encarnado y su presencia en la visión es para dar credibilidad a lo que se está por revelar y para mostrar que es él quien está en control de todos los asuntos en el mundo, tanto en lo que tiene que ver con su pueblo Israel como lo que tiene que ver con los gentiles. En nuestro próximo estudio bíblico vamos a continuar con este tema. Espero su compañía.
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