Preguntas y respuestas Bíblicas

  • Juan 8:50

    Quiero que me expliquen el significado de Juan 8:50

    Con mucho gusto. Comencemos por dar lectura al texto que se encuentra en Juan 8:50, pero para tomar en cuenta al menos una parte del contexto, incluyamos el versículo 49. Leemos entonces lo siguiente: «Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.»

    Con estas palabras, el Señor Jesucristo respondió a algunos fariseos que de manera frontal y descarada estaban deshonrando su nombre. Estos fariseos acusaron a Jesús de mentiroso, de ser nacido de fornicación, de ser samaritano y por último de estar endemoniado.

    Jesús responde a los ataques afirmando que su enseñanza no era de alguien que poseía un demonio, sino de alguien que buscaba honrar a su Padre. Los fariseos estaban deshonrando a alguien que estaba honrando a su Padre. Jesús estaba totalmente comprometido a cumplir con los intereses de su Padre en el cielo.

    Es entonces cuando vienen las palabras de Jesús que son materia de esta consulta. Declara que él no busca su propia gloria. La deshonra de los fariseos hubiera preocupado a alguien que busca su propia gloria, pero Jesús no la buscaba, de modo que la deshonra de los fariseos no le lastimaba en lo más mínimo. Con anterioridad, en Juan 5:41 Jesús había declarado ya: «Gloria de hombres no recibo.»

    Pero aunque Jesús no buscaba gloria para sí mismo, había alguien que buscaba gloria para él. Ese alguien era el Padre. A través de lo que el Señor Jesucristo hacía, el Padre estaba glorificando al Hijo, y además de glorificarlo, el Padre estaba juzgando a los fariseos que deshonraban al Hijo. Siempre será peligroso deshonrar a alguien que el Padre honra. Por eso es que en el versículo 51 Jesús dijo: «De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte».

    Así que, Jesucristo no buscó su propia gloria por todo lo que hizo, como lamentablemente la buscan muchos de los que supuestamente hacen cosas maravillosas en la obra de Dios. Jesucristo busca la gloria del Padre y el Padre busca la gloria de Jesucristo y todo aquel que también glorifique a Jesucristo nunca verá muerte.

  • Marcos 16:17-18

    Cuál es la interpretación y aplicación del pasaje de marcos 16:17-18

    En Marcos 16:15-18 leemos: «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.»

    Jesús había aparecido a los once, estando ellos sentados a la mesa, y luego de reprocharles por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado, les entregó lo que nosotros conocemos como la Gran Comisión.

    Los discípulos debían predicar el Evangelio a toda criatura en todo el mundo. La meta del Salvador era la evangelización del mundo. Habría dos resultados de la proclamación del evangelio. Algunos creerían de corazón al mensaje del evangelio y serían salvos mientras otros no creerían al mensaje del evangelio y serían condenados.

    Los salvos darían público testimonio de su fe en Jesucristo por medio del bautismo en agua. Es entonces cuando Jesús hace una declaración intrigante. Nos habla de algunas señales que seguirán a los que creen. Para muchos intérpretes, esto significa que estas señales se manifestarán en todos aquellos que creen el mensaje del evangelio.

    Es decir que si una persona en cualquier época del cristianismo cree el mensaje del evangelio, entonces estará en capacidad de echar fuera demonios, de hablar nuevas lenguas, de tomar en sus manos serpientes, de beber cosas mortíferas sin que les haga daño y de poner sus manos sobre los enfermos para que sanen.

    Respetando a los que así interpretan este pasaje, muchos otros entre los que me encuentro yo, lo interpretamos de una manera totalmente diferente. La frase «los que creen» puede perfectamente también ser traducida como «los que hemos creído»Es decir que Jesús no estaba hablando de los que van a creer en el mensaje del evangelio sino de los que en el momento que Jesús estaba ordenando la gran comisión, ya creían en el mensaje del evangelio.

    En otras palabras Jesús se estaba refiriendo a los discípulos que estaban con él. Fueron ellos quienes recibieron esa capacidad de manifestar esas señales como prueba de que lo que ellos estaban anunciando era un mensaje que provenía de Dios.

    Las señales mencionadas, echar fuera demonios, hablar nuevas lenguas, tomar en las manos serpientes, beber cosa mortífera sin que les haga daño, y poner las manos sobre los enfermos para que sanen era la manera como Dios confirmó dos cosas importantes.

    Número uno que los discípulos eran enviados de Dios y número dos que el mensaje que proclamaban era un mensaje divino. De esto nos habla Hebreos 2:3-4 que dice: «¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.»

    El autor de Hebreos está exhortando a no descuidar la salvación tan grande que ofrece Dios al pecador. Esa salvación fue anunciada primeramente por Jesús a sus discípulos. Fueron ellos quienes primero lo oyeron. Luego ellos anunciaron el mensaje de salvación a otros.

    ¿Cómo sabían los otros que esos discípulos de Jesús eran mensajeros de Dios y que su mensaje se originaba en Dios? Dice el texto leído: por las señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. Por tanto, las señales que se menciona en Marcos 16: 17-18 fueron la manera de Dios para confirmar el mensaje que los discípulos estaban anunciando.

    Si Ud. hace una investigación del ministerio de predicación del evangelio que realizaron los discípulos en el primer siglo, notará que echaron fuera demonios, según Hechos 8:7, hablaron nuevas lenguas, según Hechos 2:4-11, tomaron serpientes, según Hechos 28:5, pusieron sus manos sobre enfermos para que se sanen, según Hechos 3:7.

    De lo único que no registra el Nuevo Testamento es que hubieran bebido cosa mortífera sin que les haga daño, aunque no hay por qué dudar de lo que lo haya hecho, solo que no ha quedado registrado en la Biblia. Todo esto se confirma en lo que Marcos 16:20 dice: «Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén»

    ¿Quién es el sujeto de esta declaración? ¿A quién se refiere el pronombre ellos? Pues a los discípulos que estaban ese momento con Jesús. Fueron ellos quienes en obediencia a la Gran Comisión salieron inmediatamente y comenzaron a predicar el evangelio en todas partes.

    Este trabajo fue realizado con la ayuda del Señor quien confirmó la palabra de los discípulos por medio de las señales que tenían capacidad de hacer, es decir sacando demonios, hablando nuevas lenguas, tomando serpientes, bebiendo cosa mortífera sin que les haga daño y poniendo las manos sobre los enfermos para que se sanen.

    Pero Ud. nos consultó también sobre cuál es la aplicación de este pasaje hoy en día. Bueno, al respecto es necesario reconocer que tanto los mensajeros como el mensaje que proclamaban ya fueron autenticados o confirmados en el primer siglo por medio de las señales que Dios les permitió realizar.

    Lo que los discípulos hicieron y dijeron ha sido registrado en el Nuevo Testamento. Ud. y yo, hoy en día, tenemos total certeza de que el mensaje del Nuevo Testamento es la infalible palabra de Dios al hombre, por tanto hoy en día no hace falta que los proclamadores de este mensaje tengan que manifestar señales sobrenaturales para que la gente sepa que son enviados de Dios y que están proclamando la palabra de Dios.

    La gente, no se va a salvar por ver señales en los que proclaman el evangelio sino por oír, entender y creer en el contenido del evangelio. Sobre esto, permítame señalar lo siguiente. Aun en el tiempo cuando Jesús estaba en la tierra, el mismo Jesús hizo milagros extraordinarios en algunas ciudades, pero nadie en esas ciudades creyó la palabra que Jesús predicó.

    Ponga atención a lo que Jesús dijo sobre esto. Mateo 11:20-24 dice: «Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaúm, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habrían permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.»

    Corazín, Betsaida y Tiro, tuvieron el privilegio de ver a Jesús haciendo todo tipo de milagros, pero estas ciudades no se arrepintieron de su pecado. Jesús está confrontando esta situación. Los milagros no lograron que la gente se convierta. Esta fue la triste realidad en el pasado y lamentablemente es la triste realidad también en el presente.

    Las manifestaciones sobrenaturales no garantizan que todos los que sean testigos de ellas se arrepientan de sus pecados y encuentren la salvación en Cristo. Así que no nos engañemos pensando que si tan solo los predicadores pudieran hacer descender fuego del cielo como lo hizo Elías, la gente va a venir por millones a recibir a Cristo como Salvador. Puede ser que vengan millones, pero serán millones de curiosos, atraídos por el espectáculo mas totalmente desinteresados en oír, creer y recibir el mensaje del evangelio.

    Estoy seguro que Jesús tenía mucha gente a su alrededor cuando hizo los milagros en Corazín, Betsaida y Tiro, pero todos ellos eran solamente curiosos, solamente interesados en el espectáculo. Ninguno se arrepintió de sus pecados.

  • Apocalipsis 20:11-14

    Qué tal si damos lectura al pasaje bíblico de Apocalipsis 20:11-14 que dice: «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.»

    Este pasaje bíblico corresponde a lo que se denomina el juicio del gran trono blanco. Es el juicio para todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad. Tienen lugar al final del milenio. Note que previo al juicio habrá una resurrección de muertos incrédulos. Dice que los muertos grandes y pequeños estaban de pie ante Dios.

    El juicio está basado en las obras que estos incrédulos hicieron mientras estaban en vida, a fin de mostrar que tienen merecido el castigo. Estas obras fueron el fruto de su incredulidad. Los incrédulos jamás recibieron a Cristo como Salvador y por eso sus nombres no constan en el libro de la vida. Por cuanto hicieron obras de incredulidad y la mayor obra de incredulidad fue rechazar a Cristo como Salvador, y por tanto sus nombres no están en el libro de la vida, los incrédulos resucitados escucharán el veredicto final de Jesucristo: Al lago de fuego. Esto es: Al infierno.

    El infierno es el destino final de los incrédulos. En este lugar, los incrédulos ya con cuerpos resucitados pasarán la eternidad en tormento en fuego. Para ponerlo en una manera didáctica, cuando un incrédulo muerte, su alma va al Hades, a un lugar de tormento en fuego. El alma del incrédulo permanecerá en este lugar hasta que termine el milenio. Entonces ocurrirá la resurrección de los incrédulos y todos los incrédulos resucitados de todas las épocas de la humanidad se presentarán ante el juicio del gran trono blanco. Aquí escucharán el veredicto del Señor Jesucristo: Al lago de fuego, o al Infierno.

  • Hebreos 12:14

    Yo he creído y aceptado a Jesucristo como mi Salvador personal. En consecuencia, soy un hijo de Dios, según Juan 1:12, soy amigo de Cristo, según Juan 15:15, he sido comprado por precio, pertenezco a Dios, según 1 Corintios 6:19-20, nadie puede separarme del amor de Dios, según Romanos 8:35-39, sin embargo, Hebreos 12:14 dice: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Por favor explíqueme este versículo y dígame qué es lo que debo hacer para vivir en santidad. ¿Tiene que ver la santidad con que las mujeres por ejemplo, no pueden usar zarcillos, pantalones, cabello corto, pintura de labios, maquillaje con moderación, etc.? En mi país existe mucha confusión acerca de estas cosas. ¿Pone en peligro su salvación, una mujer creyente que practica algunas de estas cosas?

    Gracias por su consulta amigo oyente. Hebreos 12:14 dice que debemos buscar la santidad porque sin santidad nadie verá al Señor. La gran pregunta es: ¿A cual santidad se está refiriendo este texto bíblico? Para responder esta pregunta es necesario recordar que existen tres tipos de santidad en la Biblia.

    En primer lugar tenemos la santidad posicional. Es lo que todo creyente obtuvo al confiar en Cristo como Salvador personal. El instante mismo que el creyente recibió a Cristo como Salvador llegó a ser santo delante de Dios. De esto nos habla por ejemplo 1ª Corintios 1:2 que dice: «a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.»

    En este texto, los creyentes son calificados como santificados en Cristo y no solo eso sino también como los llamados a ser santos. En otras palabras amigo oyente, toda persona que ha creído en Cristo y lo ha recibido como su Salvador, ha llegado a ser santo delante de Dios. Dios mismo se ha encargado de tomar a esta persona del mundo para ponerla aparte para Dios. Esto es santificación posicional. El creyente es santo o separado del mundo para Dios. Esta es la posición que todo creyente tiene delante de Dios. Esta posición no puede ser mejorada porque ya es perfecta.

    Es el resultado de la obra de Dios en alguien que recibe a Cristo como Salvador. No depende de lo bueno o malo que sea el creyente.

    En segundo lugar tenemos la santidad práctica. De esto nos hablan varios textos como 1ª Tesalonicenses 4:3 dice: «pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación.»

    A primera vista, esto parece muy extraño. Por lo que dijimos antes, el creyente ya ha sido santificado el momento que recibió a Cristo como Salvador, pero este texto está exhortando al mismo creyente a buscar la santificación.

    Lo que pasa es que esta santificación no es posicional sino práctica. Esta santificación práctica es lo que todo creyente debe ser en su diario vivir. La voluntad de Dios es que todo creyente se separe de toda especie de mal. Esto es la santificación práctica.

    Esta santificación es progresiva, es decir que constantemente crece hacia la meta de ser como Cristo, quien es perfectamente santo tanto en su posición como en su práctica.

    En tercer lugar tenemos la santificación perfecta. Esto ocurrirá cuando el creyente llegue al cielo. En ese momento el creyente estará totalmente apartado del pecado por la eternidad. En estas condiciones el creyente no tendrá la naturaleza pecaminosa que todo creyente tiene mientras está en la tierra por lo cual el pecado será algo totalmente ajeno a su experiencia. Es la santificación perfecta.

    Recuerde entonces que la Biblia puede estar hablando de la santificación posicional, que es lo que todos los creyentes tenemos por haber recibido a Cristo, la santificación práctica, que es lo que cada día debemos procurar en nuestro afán de llegar a ser como Cristo, y la santificación perfecta, que es lo que todos los creyentes tendremos cuando lleguemos al cielo.

    Dicho esto, hagámonos la pregunta: ¿De qué santidad está hablando el libro de Hebreos cuando en el capítulo 12 versículo 14 dice que debemos buscar la santidad porque sin santidad nadie verá al Señor?

    Bueno, no puede estar hablando de la santidad posicional, porque eso es algo que todos los creyentes adquirimos el momento que recibimos a Cristo como Salvador, tampoco puede estar hablando de la santidad perfecta, porque eso es algo que llegaremos a tener cuando muramos y estemos en el cielo. La única alternativa que queda es la santidad práctica.

    La Biblia nos exhorta en este texto a seguir o buscar la santidad práctica, lo cual es en esencia el conocimiento de la palabra de Dios y la obediencia a la palabra de Dios. Es decir que cada día que tenemos para vivir debemos mirarlo como una oportunidad que Dios nos concede para poner en práctica lo que hemos aprendido en teoría de la palabra de Dios.

    Su responsabilidad en este mundo amigo oyente es que cada instante que tiene en este mundo procure alejarse lo más que pueda del pecado y acercarse lo más que pueda a Dios. Esto es santificación práctica y eso es lo que demanda Dios de cada uno de nosotros creyentes. Pero todavía nos resta una dificultad. El texto dice que sin esta santidad práctica es imposible ver al Señor. Parecería que esto de ver al Señor depende de cuan santos seamos en nuestro diario vivir.

    Pero sabemos de antemano que ver al Señor no es cuestión de cuan santos seamos sino que es cuestión de recibir o no por fe a Cristo Jesús. Pero escuche con atención lo que voy a decir. Si no hay santidad práctica es claro indicio de que tampoco ha habido santidad posicional. Y si no ha habido santidad posicional, ninguna persona podrá ver al Señor. La santidad práctica es solamente el resultado de la santidad posicional.

    Haciendo una paráfrasis al texto de Hebreos 12:14 diríamos algo como esto: Buscad la santificación práctica, porque si no existe esta santificación práctica es señal de que no ha habido santificación posicional, y sin esa santificación posicional, nadie puede ver al Señor.

    La Biblia es clara al mostrar que una persona que practica el pecado no es un hijo de Dios. 1ª Juan 3:8 dice: «El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo,»

    Si una persona vive en pecado, o practica como hábito el pecado, es señal de que esa persona no es hijo de Dios sino hijo del diablo. Esto es lo que dice este texto. Esto no quiere decir que el verdadero creyente no peca jamás. Un verdadero creyente se caracteriza por el hecho que si ha caído en pecado, lo reconoce, lo confiesa y se aparta del pecado. De esta manera el pecado no es una práctica en su vida.

    En conclusión amigo oyente, si Ud. ha confiado en Cristo como Salvador, Ud. debe estar totalmente seguro de su salvación, porque su salvación no depende de si peca o no peca una vez que ha sido salvo. Esto no significa que no hay problema con el pecado en el creyente. Hay mucho problema porque el pecado en el creyente estorba la comunión de ese creyente con Dios y priva a ese creyente del gozo de vivir la vida cristiana, sin mencionar la disciplina que Dios puede administrar al creyente que peca.

    Demás está decir que una mujer creyente verá al Señor, porque ha recibido a Cristo como Salvador y esa acción se manifestará en un esfuerzo de esa mujer creyente por buscar la santidad cada día. La salvación y la seguridad de salvación en una mujer creyente no es el resultado de no usar zarcillos o no ponerse pantalones o no cortarse el cabello, o no pintarse los labios o no maquillarse.

    Es el resultado de haber recibido a Cristo como Salvador. El usar joyas, pantalones, cabello corto, pintura de labios, maquillaje, etc. depende de cada mujer. La Biblia da libertad a las mujeres para usar o no usar estas cosas. Sin embargo, se debe tomar en cuenta la enseñanza de la Biblia en cuanto a no hacer tropezar al creyente débil con algunas de estas cosas y en cuanto a someterse a las autoridades que Dios ha puesto en las iglesias locales.

  • Isaías 65:17-20

    Vamos a dar lectura al pasaje citado por nuestra. Se encuentra en Isaías 65:17-20 «Porque he aquí yo crearé nuevos cielos y nueva tierra, y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años y el pecador de cien años será maldito»

    Este pasaje, describe las condiciones del reino milenial. Los nuevos cielos y la nueva tierra que se mencionan se refieren al reino de mil años donde reinará Cristo. No se confunda con los nuevos cielos y la nueva tierra que habla Apocalipsis 21, porque allí se esta haciendo referencia al estado eterno.

    En los cielos nuevos y la tierra nueva del libro de Isaías todavía se ve la presencia del pecado y la muerte, lo cual está ausente en los cielos nuevos y tierra nueva del libro de Apocalipsis. Entre las características del reino milenial es de destacarse que habrá abundancia de gozo y felicidad. Habrá longevidad.

    A eso se refiere el texto que dice que no habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla. Habrá disciplina por el pecado, a eso se refiere el texto cuando dice: el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Lo que resta del capítulo, que no fue leído, muestra que en el milenio, además de lo dicho habrá paz, seguridad y la desaparición de la hostilidad de la naturaleza.

  • Mateo 6:33-34

    ¿Puede explicarme cómo se aplica el pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 6:33-34?

    Leamos primeramente este pasaje bíblico. Mateo 6:33-34 dice: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.»

    Para aplicar cualquier pasaje bíblico es necesario primero interpretar ese pasaje bíblico. En este caso, la interpretación de este pasaje bíblico en particular nos dirá que la necesidad más importante para todo ser humano es llegar a ser salvo, pues a eso se refiere la frase «el reino de Dios y su justicia».

    Cuando esto se haya logrado, Dios mismo se encargará de proveer las cosas que son indispensables para el diario vivir, tales como comida, vestido y un lugar para vivir. Por tanto, no debemos preocuparnos por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas. Debemos vivir un día a la vez.

    Una vez que hemos interpretado el pasaje, podemos aplicarlo a nuestras vidas. Una aplicación podría ser esta: Mi responsabilidad más importante en la vida es llegar a ser salvo y ocuparme en mi salvación. Una vez salvo, Dios se encargará de darme todo lo que me es indispensable para vivir en este mundo.

    Es por eso que no tengo por qué preocuparme de que a lo mejor mañana o la próxima semana, o el próximo mes o el próximo año, no tendré qué comer o qué vestirme o en dónde vivir. Voy a encontrar mi gozo en la persona de Dios cada día y evitar preocuparme por cosas del mañana. Quiero vivir un día a la vez.

  • Apocalipsis 12:1-6

    ¿Podría por favor explicarme el significado de Apocalipsis 12:1? He oído que la mujer de la cual habla este texto es la virgen María.

    Leamos el pasaje en cuestión. Se encuentra en Apocalipsis 12:1, pero para tener todo el contexto, leamos desde el versículo 1 hasta el versículo 6.

    Apocalipsis 12:1-6 dice: «Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando en cinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: He aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.»

    Para interpretar correctamente este pasaje, debemos tener en mente que el libro de Apocalipsis es eminentemente un libro simbólico, esto significa que mediante símbolos o señales, se comunica alguna verdad espiritual. Donde se manifiesta esta característica con mucho énfasis es en el pasaje que acabamos de leer. Allí encontramos dos señales.

    La primera señal es la mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

    La segunda es un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Recuerde que estamos hablando de señales o símbolos. Esto significa que debemos averiguar a qué representa la mujer y a qué representa el dragón.

    En cuanto a la mujer, este símbolo debe representar algo que no sea una mujer porque el símbolo debe ser algo diferente de lo que simboliza. En este caso, la mujer representa a la nación de Israel. El razonamiento para llegar a esta conclusión es el siguiente.

    Primero, Israel fue simbolizada por una mujer en el Antiguo Testamento.

    Isaías 54:5-6 dice: «Porque tu marido es tu Hacedor, Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.»

    Aquí encontramos que la nación de Israel es simbolizada como la esposa de Jehová, como mujer abandonada y triste de espíritu a causa de haber sido repudiada, pero nuevamente llamada por Dios. Es natural entonces pensar que la señal de la mujer de Apocalipsis 12:1 representa a Israel.

    En segundo lugar, note la vestimenta de la mujer. Aquí también encontramos símbolos que apoyan la interpretación que la mujer representa a la nación de Israel. La mujer está vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Esto representa la grandeza y el dominio que le ha sido prometido a Israel durante el reino milenial de Cristo.

    Interesante que José, el hijo de Jacob, soñó un día que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban a él. Su padre Jacob interpretó el sueño en el sentido que el sol representaba a Jacob, el patriarca de Israel, la luna representaba a la madre de José, y cada estrella representaba a cada uno de los doce hijos que tuvo Jacob y de los cuales descienden las doce tribus de Israel.

    Queda corroborado entonces que la mujer con esa vestimenta especial representa a la nación de Israel. Pero hay más, en tercer lugar, la mujer está en cinta y con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. Esto representa la aflicción que ha caracterizado en mucho a la historia de Israel. Note lo que dice Isaías 26:17 «Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.»

    En cuarto lugar, encontramos a la mujer dando a luz a un hijo varón que regirá con vara de hierro a todas las naciones. Esto representa a la nación de Israel trayendo al mundo la humanidad de Jesucristo. Recordemos que el linaje humano de Jesucristo es judío.

    Por lo dicho, la señal de la mujer de Apocalipsis 12:1, claramente representa a la nación de Israel. Es por tanto incorrecto interpretar que la señal de Apocalipsis 12:1 representa a la virgen María. Solo por mencionar, la segunda señal que aparece en el pasaje bíblico que fue leído al inicio, la del dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas, representa a Satanás.

  • Deuteronomio 22:5

    Algunos predicadores se basan en Deuteronomio 22:5 para enseñar que las mujeres no deben vestir con pantalón. Mi hermana está confundida en cuanto a esto. ¿Podría darme su opinión?

    Deuteronomio 22:5 dice: «No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.»

    La voluntad de Dios para su pueblo Israel fue que se mantenga una clara distinción de los sexos. El hombre es hombre con funciones dadas por Dios para el hombre y la mujer es mujer, con funciones dadas por Dios para la mujer.

    El intento del hombre por borrar esas distinciones, es claramente condenado por Dios en su palabra. En lo que al vestido se refiere, Dios ordenó a su pueblo que esta distinción se mantenga. Es por eso que el texto leído dice que la mujer no debe ponerse ropa de hombre y que el hombre no debe ponerse ropa de mujer. Cualquiera que lo haga está cometiendo algo que es abominación delante de Dios.

    Interesante esta palabra abominación. Es la misma palabra que se usa para calificar al homosexualismo. Note lo que dice Levítico 18:22 «No te echarás con varón como con mujer; es abominación.»

    Queda claro entonces que lo que cuestiona Dios es el intento por eliminar las diferencias de los sexos. Hombre es hombre y mujer es mujer. Un hombre no debe tener relaciones sexuales con otro hombre. Las relaciones sexuales están reservadas para un hombre con una mujer y aún eso dentro de los sagrados vínculos del matrimonio.

    Una distorsión o aberración de la sexualidad en el ser humano es lo que se llama el travestismo. Esto tiene que ver con hombres que se deleitan sexualmente vistiéndose como mujeres o mujeres que se deleitan sexualmente vistiéndose como hombres. Esto es lo que cuestiona Dios cuando dice que la mujer no vestirá traje de hombre y que el hombre no vestirá ropa de mujer. Pero de aquí a condenar el uso de pantalones por parte de las mujeres existe una distancia abismal. Hasta donde se sabe, los pantalones como prenda de vestir eran desconocidos por los israelitas y por el mundo en general en la época que se escribió Deuteronomio.

    Además, hoy en día, Ud. sabe que existen pantalones para hombres, con determinadas características y existen pantalones para mujeres con características totalmente diferentes. Yo no puedo ponerme los pantalones que usa mi esposa. Me vería ridículo y me da escalofríos con solo pensarlo. Igualmente, mi esposa no puede ponerse los pantalones míos, porque se vería ridícula y de seguro que a ella también se le erizará el cabello con solo pensarlo.

    Lo que pasa es que somos seres humanos normales. Ella tiene sus pantalones que son exclusivos de ella y yo tengo mis pantalones que son exclusivos míos. Jamás los vamos a intercambiar! Así que, sin el ánimo de contradecir a mis consiervos pastores que piensen lo contrario, mi opinión es que Deuteronomio 22:5 no necesariamente condena el hecho que las mujeres vistan con pantalón de mujer.

    Pero en la misma temática existe otro elemento que debe ser considerado con detenimiento. El principio se encuentra en muchos pasajes bíblicos de los cuales me gustaría tomar uno. Se encuentra en Hebreos 13:17 que dice «Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso.»

    Los creyentes en general, hombres y mujeres debemos obedecer a los pastores en nuestra iglesia local. Este es un principio elemental de ética cristiana. Si por ejemplo los pastores de determinada iglesia local han llegado a la conclusión, por alguna razón válida, que las hermanas no deben asistir a los cultos vistiendo pantalón de mujer, la obligación de las mujeres que se congregan en esa iglesia local es someterse a este mandato.

    En este caso, las mujeres de esta iglesia local en particular no deberán usar pantalón de mujer, no porque la Biblia ordene aquello sino porque los pastores han ordenado eso y es obligación someterse a los dictámenes de los pastores. Esta es mi opinión en cuanto a este asunto.

  • 2ª Timoteo 1:5

    El nombre Eunice, aparece una sola vez en el Nuevo Testamento, en 2ª Timoteo 1:5 que dice: «trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.»

    Este texto está hablando de Timoteo. Aquí vemos que este personaje, Timoteo era un creyente de tercera generación, porque la primera generación, Loida, abuela de Timoteo era creyente, la segunda generación, Eunice, madre de Timoteo también era creyente.

    Aunque sin mencionar su nombre, se habla también de Eunice en Hechos 16:1 que dice: «Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego»

    De esto tenemos ya la información sobre Eunice. Se trata de una mujer judía de Listra, casada con un hombre no judío porque dice que era griego, y que fue madre de un gran hombre de Dios llamado Timoteo. Eunice era creyente, al igual que su madre que se llamaba Loida. El nombre Eunice significa victoriosa.

  • Eclesiastés 12:7

    Nos pide una explicación de Eclesiastés 12:7, en especial esa parte donde dice que el espíritu de los que mueren retorna a Dios, porque según los maestros de una secta falsa, esto significa que ninguna persona que muere va al infierno sino a Dios.

    Comencemos por dar lectura al texto bíblico materia de su consulta. Se encuentra en Eclesiastés 12:7, pero para ubicarnos dentro del contexto del versículo, vamos a leer primero el versículo 1 y después el versículo 7 del capítulo 12 de Eclesiastés.

    Eclesiastés12: 1 y 7 dice: «Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio»

    Este pasaje es uno de los más hermosos de toda la Biblia. Está dirigido a los jóvenes y básicamente es una orden a rendirse al Señor mientras la vida todavía está en la flor de la juventud.

    Muchas personas desobedecen este mandato cuando afirman: Ah, cuando sea viejo me ocuparé de Dios, ahora que soy joven quiero gozar de la vida, quiero vivir para mí mismo.

    De esa forma, si acaso llegan a viejos, entregan al Señor las sobras de la vida. ¿por qué es imperativo rendirse al Señor lo antes posible en la vida? pues para dar lo mejor de la vida al Señor, porque cuando llega la vejez a una persona, le vienen los achaques propios de la vejez, algo que encontramos hermosamente descrito en Eclesiastés 12: 2-6.

    por eso el texto leído dice: Ríndete al Señor en tu juventud, antes que vengan los días malos, los días de la vejez, cuando digas no tengo en ellos contentamiento.

    Estos días de vejez, o días malos como han sido llamados por Salomón el autor del libro de Eclesiastés, tienen su clímax con la muerte física. La muerte en su significado más general denota separación. En el caso de la muerte física es la separación entre la parte material de la persona, el cuerpo y la parte inmaterial de la persona, el alma y el espíritu.

    Alma y espíritu, las dos cosas, son a veces descritas en la Biblia como solo alma o como solo espíritu, de modo que bien podemos entender que cuando en el texto leído, el autor está hablando del espíritu está incluyendo también el alma.

    Muy bien. ¿Qué pasa con el cuerpo y el espíritu de toda persona que muere? El texto responde diciendo: El cuerpo, que básicamente es polvo, vuelve a la tierra. Con esto no hay ninguna dificultad en entender.

    Eso lo declara la Biblia en otros pasajes como Génesis 3:19 que dice: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás»

    La parte material de la persona volverá a la tierra. Esto lo sabemos todos. pero ¿qué pasa con la parte inmaterial de la persona, el alma y el espíritu? El texto que leímos dice: y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio. Esto no significa que todos los que mueren pasan a estar con Dios por la eternidad. De ninguna manera.

    Mire lo que dice la Biblia en Hebreos 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio»

    Muy interesante, ya se va completando el cuadro. El alma y espíritu de toda persona que muere vuelve a Dios que lo dio, pero no para pasar junto a Dios por la eternidad como afirman algunas sectas falsas, sino para presentarse a un juicio.

    Completemos ahora el cuadro. La base del juicio es muy sencilla. El Juez hará una sola pregunta: ¿Qué hiciste con mi Hijo Jesucristo quien murió en la cruz del Calvario por ti?

    Los que lo hemos recibido como nuestro Salvador seremos conducidos a la gloria eterna junto a Dios, pero los que han rehusado recibir a Cristo como Salvador irán al Hades, un lugar de tormento, también llamado infierno, y allí esperarán el Juicio del Gran Trono Blanco.

    Cuando sea el tiempo para presentarse a este juicio, su espíritu se unirá a su cuerpo en lo que se llama la resurrección de los incrédulos y en esas condiciones serán arrojados al Lago de Fuego, donde pasarán la eternidad en tormento.

    Eso lo tenemos descrito en Apocalipsis 20:11-14 que dice: «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pié ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego»

    Esto es lo que significa el texto leído. No se deje confundir por los maestros del error que usualmente toman textos fuera de contexto para hacerles decir lo que ellos quieren que digan.